TEXTO VI: FRAGMENTO DE «LOS GIRASOLES CIEGOS». COMENTARIO DE TEXTO.

Los girasoles ciegos

LOS GIRASOLES CIEGOS

INTRODUCCIÓN:

Para las técnicas de comentario de opinión, ver el apartado correspondiente en CÓMO SE HACE UN COMENTARIO DE TEXTO. Berenice, 2009 (3ª edición). Debo insistir en que no hay un comentario único y que los enfoques y perspectivas pueden ser múltiples e igualmente válidos. Lo importante es que las ideas expuestas guarden relación con el contenido del texto escogido y sean expuestas de forma razonada a lo largo del comentario. La selección de enfoques y temas tratados dependerán del fragmento concreto que se seleccione del texto y nos sea propuesto para el comentario en el examen. Esa orientación concreta es la que vamos a tratar de comprender a continuación.

TEXTO (FRAGMENTO ESCOGIDO DE LOS GIRASOLES CIEGOS).

Una de las cosas que más me sorprende es que, inevitablemente, todos teníamos recuerdos de la guerra civil, del cerco de Madrid, de los acosos de las bombas y de los obuses. Sin embargo, nunca hablábamos de ello.

En el colegio, Franco, José Antonio Primo de Rivera, la Falange, el Movimiento eran cosas que habían aparecido como por ensalmo, que habían caído del cielo para poner orden en el caos, para devolver a los hombres la gloria y la cordura. No había víctimas, eran héroes, no había muertos, eran caídos por Dios y por España, y no había guerra porque la Victoria, al escribirse con mayúscula, era algo más parecido a la fuerza de la gravedad que a la resolución de un conflicto entre los hombres.

Del grupo de amigos que formaban parte de aquel universo sólo uno, Javier Ruiz Tapiador, vestía muy de tarde en tarde el uniforme de Flecha. Tenía ocho años y ya parecía un hombre en miniatura: hablaba con voz grave, tenía un tupé inalterable por la brillantina y una forma de vestir que reflejaba cierto bienestar en su familia. Su casa era caliente, y acogedora y, para corroborar su liderazgo, tenía un hermano mayor, Carlos, que nos contaba cuentos de terror a todo el grupo de amigos con una pasión en sus descripciones, con una maestría para crear situaciones horrendas, que aún hoy sigue sorprendiéndome su inefable capacidad de narrar historias improvisadas.

A la luz de una vela que le confería un aire fantasmal, hablando cadenciosamente y salpicando su narración de onomatopeyas escalofriantes, comenzaba siempre su relato hablándonos de unos hechos pavorosos que él había presenciado.

Los protagonistas eran siempre un grupo de niños de nuestra edad acosados por un ejército de leprosos que se movían lenta y amenazadoramente buscando nuestras vísceras como si fueran su única posibilidad de sobrevivir. La lepra no era una enfermedad infecciosa, era una enfermedad del alma y su peligro no estribaba en el contagio sino en su voracidad caníbal.

1ª) INDIQUE EL TEMA Y ESCRIBA UN RESUMEN DEL TEXTO:

TEMA: La posguerra desde la inocencia de la infancia

RESUMEN: En la posguerra no se hablaba de los recuerdos. Los vencedores camuflaban los horrores tras las palabras. Del grupo de amigos destacaba como líder Javier Ruiz Tapiador, por ser Flecha, tener una buena casa y un hermano mayor con una maravillosa capacidad para contar relatos de terror sobre niños de nuestra edad acosados por un ejército de leprosos caníbales.

2ª) INDIQUE LA ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS DEL TEXTO:

El texto se organiza en dos bloques de contenido, que podríamos nombrar como 1: Recuerdos de ambiente  (1º y 2º párrafo) y 2: Recuerdos sobre Javier y los amigos (3º, 4º y 5º párrafo). Dentro de cada uno de los apartados podemos distinguir los siguientes contenidos:

…………1) Recuerdos de ambiente (generales):

……………………..1.1. Los horrores en los recuerdos se silenciaban (L.1-3).

……………………..1.2. Los eufemismos de los vencedores pretendían transformar la realidad y los recuerdos (víctimas/héroes; muertos/caídos por Dios; guerra/Victoria, etc.)(L.4-10)

………..2) Recuerdos sobre Javier y los amigos (concretos).

……………………2.1. Descripción de Javier (L. 11-14)

……………………2.2. El magnetismo de su hermano Carlos (L.15-19)

………………………………….a) Su capacidad para inventar y contar historias de terror (L.20-3).

………………………………….b) Estructura del relato de terror: a) Principio de hechos vividos, b) niños, pandilla, protagonista, c) Leprosos antropófagos, antagonista (L.24-29).

ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO DE OPINIÓN:

El texto nos presenta varias opciones a través de las ideas expresadas: en el primer párrafo nos habla del silencio que sellaba los horrores de los recuerdos de la guerra. Hay silencios complices, silencios culpables y silencios necesarios. Complices cuando sancionamos con nuestro silencio un orden establecido, silenciamos lo que no nos interesa recordar, lo que no nos interesa que nos sea recordado porque evidencia la mentira en la que vivimos, nuestra falta de honestidad. Es el silencio de quien impone un nuevo orden basado en los horrores. Hay otro silencio culpable, el de quien puede hablar y silencia por su propio interés aún consciente de la doblez de su actitud. Hay un silencio necesario, irremediable, el de aquellos a los que la vida no da otra opción. Este es el silencio del texto. El silencio de quienes con su voz se exponen al exterminio, el silencio cantado por Quevedo cuando se quejaba de vivir en un país donde siempre había que silenciar lo que se siente, siempre hay que sentir lo que se dice. Es el silencio impuesto por el instinto de supervivencia.

La idea expuesta en el segundo párrafo no es menos interesante para comentar: el poder de la palabra para transformar la realidad y el recuerdo. El uso de eufemismos que ocultan o disfrazan la realidad tras las palabras. El texto nos ofrece algunos ejemplos, pero es una práctica continua que podemos observar en el lenguaje del poder no solo en aquella época, sino siempre. Parece que una crisis lo es menos cuando se nombra como «desaceleración económica», o que una bajada de sueldo lo es menos si se trata de un «ajuste presupuestario», o que los despidos no duelen tanto si se nombran como un «reajuste de plantilla», que el paro no es lo mismo que «desempleo», o que una suspensión de pagos da miedo mientras que una «concurso de acreedores» es algo menos serio, casi televisivo. El fondo, los significados, son el mismo, pero endulzan la realidad, la hacen digerible enfocándola desde la perspectiva que en cada momento interesa destacar.

La tercera idea intereresante es la asociación que realiza el texto entre la «afinidad» al poder y la prosperidad familiar o personal. La afinidad queda expresada por la exhibición que su amigo hace de los símbolos del nuevo poder: uniforme de flecha, voz grave, tupé inalterable, brillantina. Y el bienestar familiar en su forma de vestir, su casa caliente y acogedora. Durante la transición española se acuñó el término «chaquetero» para señalar a la persona que se cambiaba de chaqueta y de discurso para lograr la afinidad con los vencedores en las elecciones, cambiar de bando y seguir viviendo de la política. ¿Sigue siendo el arribismo, el peloteo, el hacer pasillos, la hipocresía y la adulación un forma de medrar en la vida?  Y no nos referimos solo al ámbito político o sindical, también en ámbitos como el académico o el empresarial. Ya sé que la respuesta es que sí, la siguiente pregunta es ¿hasta qué punto es ético o moral usar las influencias por proximidad o las apariencias para medrar a costa de quien puede valer más que otro?

Por último, creo que otra línea interesante de comentario es el desarrollo de la alegoría que aparece en los dos últimos párrafos: los cuentos de terror. Podemos estar hablando de la intolerancia como enfermedad social, del rechazo a quienes no son como nosotros, a quienes necesitamos a toda costa destruir para nuestra propia supervivencia. El intolerante no piensa, como los leprosos se mueven siempre en masa, lenta y amenazadoramente. El problema no es que sea una enfermedad infecciosa porque no pueden contaminarte con sus creencias, sino su voracidad caníbal, devorar, destruir a los demás, a quienes no son como ellos.  El asunto no es sencillo de reflexionar, sería un lugar común asociar dictadura con intolerancia y ausencia de libertad, pero en ese caso el obligar a la expresión de un pensamiento único es algo explícito. Si dices algo contrario al régimen, te meten en la cárcel. Pero, por eso, preserva la libertad del alma. Sabes dónde estás tú y qué quieres. Se convierte en enfermedad del alma cuando te transformas en un leproso y denuncias a tu vecino porque en su intimidad lo has oído expresarse contra lo «politicamente correcto». ¿Estamos viviendo ahora una epidemia de lepra intolerante bajo la bandera de la tolerancia? ¿Podemos, en nuestra sociedad moderna expresar nuestras opiniones sinceras sin correr el riesgo de ser anulado como indeseable bajo estigmas como «homófobo», «intolerante», «fascista», «xenófobo», «machista», u otra etiqueta parecida? ¿Te sientes libre para expresar tu opinión en grupo? Es posible que esta enfermedad del alma que nos describe el autor siempre haya existido por la propia naturaleza humana: nazis-judíos; proletarios-burgueses; cristianos-moriscos; musulmanes-cristianos; ingleses-indios, etc.

José Carlos Aranda Aguilar

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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13 respuestas a TEXTO VI: FRAGMENTO DE «LOS GIRASOLES CIEGOS». COMENTARIO DE TEXTO.

  1. Esa es una interpretación muy plausible en sentido alegórico. No se trata solo de aceptar, sino de asumir «su» verdad como la única realidad posible.. Cuando eso sucede solo queda fagocitar -transformar- a todo aquel que no es como tú o destruirlo. Es el principio de cualquier totalitarismo sea del signo que sea. Suerte, Paula.

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  2. Paula dijo:

    Hola. En primer lugar quiero felicitarle por el blog, me está siendo de gran ayuda para selectividad. ¡Tengo el examen en dos días!
    Estaba leyendo estas ideas para comentario de texto y, la verdad, cuando me estaba leyendo el libro de Alberto Méndez, no comprendí muy bien lo que quiere decir cuando se refiere a la figura del leproso. ¿La está comparando con el resto de personas que aceptan la Dictadura y dejan atrás sus principios y es por eso por lo que la llama «enfermedad del alma», (ya que pierden su verdadera esencia y se dejan llevar por las ideas que les han impuesto)? ¡Muchísimas gracias!

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  3. En efecto, a eso me refiero. En cuanto al tema, pregúntate qué idea ha tratado de transmitir al lector el autor en el fragmento y exprésala de la forma más breve posible. Elio, lo que sucede es que no hay una única respuesta válida. Esto no son matemáticas. Importa la aproximación lógica al texto.

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  4. Elio dijo:

    Si claro pero ¿podría ayudarme a sacar el tema de ese fragmento y decirme si mis ideas para comentar son apropiadas?
    Lo que usted dice yo creo que el protagonista se queda sin su «sol» sin Elena y ahora sin guerra mucha gente no sabe por donde tirar por ejemplo cuando pierde el trabajo, tiene que vivir de limosnas y no sabe qué hacer. Gracias.

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  5. Elio, no estoy evaluando, estoy cambiando impresiones contigo.

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  6. Elio dijo:

    Es muy complicado ¿propone usted como tema de ese fragmento «el amor se abre paso en situaciones difíciles» y si pusiera «el primer beso al bebé»?
    ¿no admitiría mis ideas en el comentario crítico (el hambre de la posguerra, si es un poco egoista condenar ese niño a la muerte)? Bueno ideas no se me ocurren más que esas para el comentario gracias otra vez.

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  7. El caso, Salvador, es que tras la constatación que entrecomillas, absolutamente desoladora y cierta, viene la paradoja de la afirmación de la vida. Este sería un tema, pero creo que el tema a abordar sería el límite del ser humano cuando su «sol», el motivo de su existencia, se rompe. Cuando eso sucede todos somos «girasoles ciegos», seres que han perdido su esencia. A partir de ese momento, la vida se convierte en un sinsentido. Pero las situaciones extremas, la guerra, puede sacar de nosotros lo peor y lo mejor del ser humano. El amor acaba por imponerse aunque la muerte sea inevitable, hasta el último aliento. También hoy, sin el sinsentido de la guerra, vivimos situaciones de «girasoles ciegos» al vernos abocados a paradojas en las que lo que nos es más querido nos es arrebatado, ¿se te ocurren algunos ejemplos? Ánimo.

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  8. Elio dijo:

    Si lo he leído entero pero si pone en el texto: «Es terrible, pero debe de tener ya tres o cuatro meses y nadie le había besado hasta hoy. El miedo, el frío, el hambre, la rabia y la soledad desalojan la ternura». ¿usted propondría otro tema? Es difícil saber de qué trata.
    En el comentario crítico sería aceptado por los profesores hablar del hambre de la posguerra, si es un poco egoista condenar ese niño a la muerte. No sé como hacerlo. Gracias estoy leyendo todo su blog.

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  9. Elio, los textos literarios son más complicados a la hora de determinar el tema, es normal que a veces nos sintamos perdidos. Como positivo tiene el que el número de respuestas válidas se amplían. No obstante, yo entiendo el texto en el sentido contrario «El amor se abre paso incluso ante el hambre». De hecho, si contextualizas el fragmento sabrás que la muerte de la mujer lo sumerge en la tentación de dejar morir al bebé y dejarse morir a sí mismo. Es el amor el que supera la desesperanza. Un abrazo y muchísimo ánimo.

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  10. Elio dijo:

    Me ha encantado esta novela es fácil de leer pero algunos exámenes que han puesto en la PAU me complican la vida ¿me puede ayudar con el tema? El hambre impide las muestras de cariño? un saludo su blog es de lo mejor.
    OPCIÓN A)

    El niño está enfermo. Casi no se mueve. He matado la vaca y le estoy dando su sangre. Pero apenas logra tragar algo. He hervido trozos de carne y huesos hasta hacer un caldo espeso y oscuro. Se lo estoy dando disuelto en agua de nieve. Todo huele, otra vez, a muerte.
    Está muy caliente. Ahora escribo con él en mi regazo y duerme. ¡Cuánto le quiero! Le he cantado una canción triste de Federico
    Llanto de una calavera
    que espera un beso de oro.
    (Fuera viento sombrío
    y estrellas turbias).
    Ya no recuerdo los poemas que recitaba a los soldados. Con el hambre lo primero que se muere es la memoria. No logro escribir un solo verso y, sin embargo, en mi cabeza resuenan mil nanas para mi hijo. Todas tienen la misma letra: ¡Elena!
    Hoy le he besado. Por primera vez le he besado. Se me habían olvidado mis labios de no usarlos. ¿Qué habrá sentido él ante el primer contacto con el frío? Es terrible, pero debe de tener ya tres o cuatro meses y nadie le había besado hasta hoy. Él y yo sabemos qué largo es el tiempo sin un beso y ahora, probablemente, no nos quede suficiente para resarcirnos. El miedo, el frío, el hambre, la rabia y la soledad desalojan la ternura. Sólo regresa como un cuervo cuando olisquea el amor y la muerte. Y ahora ha regresado confundida. Olfatea ambas cosas. ¿Hay ternuras blancas y ternuras negras? Elena, ¿de qué color era tu ternura? Ya no lo recuerdo, ni siquiera sé si lo que siento es pena. Pero le he besado sin tratar de suplantarte.
    ALBERTO MÉNDEZ, Los girasoles ciegos

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  11. Pingback: Comentario resuelto de Los girasoles ciegos | blogolengua

  12. En primer lugar, feliz año nuevo y gracias por su amabilidad. El texto escogido creo que no ha salido en Selectividad. Cuando elijo un texto que ha salido o se ha propuesto para la prueba suelo indicarlo en el título. Seguimos en contacto.
    José Carlos Aranda

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  13. Ana Gómez Lucena dijo:

    holaa y ante todo enhorabuena por este blog que me sirve de gran ayudaa !
    quería hacerle una prepregunta y es si el anterior fragmento de los girasoles ciegos ya ha caido en algun examen de selectividad? GRACIAS.

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