MANUAL DE ORTOGRAFÍA Y REDACCIÓN. JOSÉ CARLOS ARANDA. BERENICE, 2010. COMENTADO POR SU AUTOR

El Manual de ortografía y redacción es una obra práctica que trata de proponer soluciones a los problemas habituales que encontramos al escribir.

Ha sido una obra compleja de elaborar por la ingente cantidad de información que se ha manejado, pero el resultado es un obra de aplicación en familia en el aula, porque se ha diseñado como obra autoaprendizaje y de consulta organizada con un principio metodológico nuevo nacido de la práctica docente.

¿CUÁL ESE PRINCIPIO METODOLÓGICO?

Con frecuencia me encuentro con alumnos que tienen buena disposición hacia el estudio pero presentan problemas de ortografía y redacción. No es fácil trabajar los problemas de redacción porque requiere ejercicio y corrección constantes tanto en las grafías, como en el uso de los signos de puntuación, como en la rectificación de errores de concordancia, vulgarismos, y malos hábitos en general. Durante años desarrollé un sistema de corrección en el aula. De forma sistemática, les mandaba una redacción semanal de una extensión mínima de tres carillas. Iba rotando los modos de expresión: narración, exposición, argumentación, descripción y diálogo. Les proponía un tema arbitrario y llamativo y ellos debían desarrollarlo: «Cuéntame qué te ocurrió aquel día que acabaste en el hospital», por ejemplo, o «Diálogo de lo que hablé con aquel amigo el día que falté a clase». El principio que inspiraba el método es que para aprender a escribir, hay que escribir. Para aprender a montar en bicicleta, hay que montar en bicicleta.

Durante la primera media hora de clase, llamaba a tres o cuatro alumnos a la mesa del profesor, corregía sus redacciones y anotaba sus faltas refiriéndolas a las reglas de ortografía: «Acentúo las agudas acabadas en vocal, «n» o «s»: camión, ardió, también, pensé, etc.», agrupando bajo el mismo epígrafe todas las faltas que guardaran relación con esa regla concreta. Nunca anotaba más de diez reglas en el cuaderno. El alumno debía, a continuación, repetir en su cuaderno cinco veces la frase anotada y, además, buscar la palabra en el diccionario, como medida de refuerzo, en caso de error ortográfico. Aprovechaba para hacerle ver los errores en los usos de signos de puntuación, orden lógico oracional, propiedad léxica… en definiva, consejos para mejorar su escritura.

El resultado era bueno y lograba una enorme mejoría en la fluidez, limpieza y estructura de los escritos. A continuación tuvimos el problema de la reducción del número de horas en la asignatura, pasamos de 4 a 3 horas semanales en 3º y 4º de la ESO y la rotación de correcciones disminuyó necesariamente. El método dejó de ser aplicable en el aula con esa estructura.

Sería muy interesante que el alumno pudiera hacer por sí mismo aquello que yo hacía por él. Esto es, la revisión, detección y corrección de errores de forma sistemática. La diferencia es que yo conocía las reglas y ellos -o los padres preocupados en muchos casos- no.

Este fue el inicio del planteamiento metodológico que aparece en la obra. Vamos a limpiar los errores ortográficos más frecuentes, pero de forma práctica. Para lograrlo necesitaba tres cosas: 1: Saber cuáles eran los errores ortográficos más frecuentes. 2: Secuenciar las reglas ortográficas y numerarlas para disponer de una guía de referencia interna. 3: Redactar una serie de dictados diseñados de tal forma que repasáramos todas las reglas e insistieran en los errores más frecuentes para evitarlos.

El primer objetivo lo logré anotando durante un año todos y cada uno de los errores corregidos. Elaboré una lista y la organicé porcentualmente sin distinción entre faltas de ortografía y de acentuación. El segundo objetivo me llevó a revisar, secuenciar y numerar  las reglas ortográficas dadas al uso por la RAE y los diferentes manuales publicados. El tercer objetivo lo realicé en dos fases: 60 dictados y 24 sesiones de aprendizaje sobre usos de puntuación.

Cada una de las unidades prácticas de aprendizaje aparece seguida de un «corrector». Cuando se revisa el escrito, el corrector te remite en cada posible error a la regla ortográfica que debes consultar para subsanar ese error y todos los vinculados con la regla en cuestión. De esa forma, hemos conseguido que lo que yo hacía en la mesa del profesor, pueda hacerse en casa.

Hay quien me pregunta por qué 60 y no 150 dictados. La respuesta es sencilla. Cuando me veía obligado a suspender a un alumno con problemas de ortografía quería tener un método que, durante los dos meses de verano, pudiera servirle para recuperar el problema. De esta forma, disponemos de 1 dictado por día durante los meses de julio y agosto (30 x 2 = 60). Las unidades están programadas para una duración aproximada de 1 hora entre la realización del dictado, corrección y actividades de recuperación.

¿CÓMO PUEDE USARSE EN EL AULA?

La aplicación en el aula es sencilla: 1 dictado por semana que se corrige y cuyas actividades de recuperación -que aparecen en el libro- deben realizarse en el cuaderno. La corrección puede realizarse en grupo -cruce de cuadernos y corrección en la pizarra- o individualmente por parte del profesor, lo que requerirá más tiempo. Si cada alumno dispone de su libro, lo ideal sería la autocorrección.

Esto nos permite la aplicación del método en 2 cursos -personalmente propongo 1º y 2º de la ESO. Los resultados prácticos han sido muy positivos. Este año he aplicado el método en dos grupos con dificultades severas de ortografía (Refuerzo de Lengua de 1º ESO y 2º de PCPI), los errores han disminuido en torno al 70 % con la aplicación de los 30 primeros dictados.

¿CÓMO PUEDE USARSE EN CASA?

Se trataría de un curso intensivo en el que realizaríamos 1 dictado por día durante el periodo vacacional. En una hora, se realiza el dictado, se corrige y se realizan las actividades de recuperación. Lo ideal es que dispongamos de alguien que nos haga el dictado, siempre podemos grabarlo previamente y oírlo, pero eso presenta el inconveniente de que visualizamos las grafías comprometidas como las correspondientes a homófonos o parónimos. Personalmente, lo pido como actividad de recuperación en verano y los alumnos me traen las actividades en septiembre para el examen.

El método presenta dos ventajas importantes: es intuitivo e individualiza las actividades en función de las dificultades personales de cada uno.

¿CÓMO FUNCIONA EL MÓDULO DE SIGNOS DE PUNTUACIÓN?

De forma muy similar con una leve variación. Las reglas sobre los usos de puntuación se conocen y se trabajan mucho menos. Y no es de extrañar porque es aburridísimo leer una regla detrás de otra, en primer lugar, y porque la lectura es la mejor escuela de aprendizaje. No obstante, el conocimiento de las normas siempre enriquece. De ahí que, en este caso, cada sesión de trabajo consta de dos apartados. El primero es un test sobre nuestros conocimientos teóricos: consiste en 5 ó 6 afirmaciones. Debemos decidir sin son falsas o verdaderas. Inmedatamente detrás, aparece el corrector con la solución y la regla que debemos consultar en caso de error. El segundo apartado es ya práctico y va desde lo más sencillo -uso de la coma en oraciones simples-, hasta lo más complejo -uso del corchete en textos, por ejemplo-. La dificultad es progresiva y cada unidad que avanzamos integra a modo de repaso todo lo anterior.

Como en el caso anterior, detrás de cada ejercicio o texto, aparece el corrector que te remite a la regla concreta que puedes consultar para saber por qué un signo puede o debe ser usado en ese lugar concreto. Vamos a la teoría, pero siempre partiendo de la práctica.

¿SE PUEDE USAR EN EL AULA?

Sí, aunque su aplicación en el aula se complica si no dispone cada alumno de su propio libro. En este apartado, aunque empezamos por sesiones sencillas y más o menos breves, las sesiones van ampliándose hasta acabar siendo textos. El test, por supuesto, es  de aplicación, los ejercicios prácticos se resuelven mejor individualmente.

¿A PARTIR DE QUE NIVEL ES RECOMENDABLE?

Considero que a partir de 4º de la ESO. Y resulta muy recomendable para alumnos que quieran mejorar en sus técnicas de expresión ya a partir de 1º de Bachillerato en adelante. Y, por supuesto, para cualquier profesional que quiera afianzar el uso de los signos de puntuación y quiera saber no solo que ahí va una coma, sino también por qué.

¿ES UN LIBRO PARA EL PROFESOR?

Está pensado para mí, que soy profesor. Pero también está pensado para todo tipo de profesionales de la comunicación. Aparte de lo ya expuesto, imaginemos ahora que estoy en un curso donde los problemas ortográficos se centran muy particularmente en la distinción «s» y «z». Durante la elaboración del libro, no solo enumeré las reglas ortográficas, sino que también, como nota a pie de página, fui enumerando las palabras que cumplen la regla. Habitualmente se nos dan las excepciones, y está bien, pero además incluí el léxico vinculado a la regla. Eso, como profesor, me permite que, si en un momento determinado, tengo que programar actividades para mejorar en una grafía o regla concreta, pueda diseñar tantos dictados, ejercicios de búsqueda de palabras, sinónimos, etc. como quiera. Es una herramienta de enorme eficacia que me otorga la libertad de usar el libro como base de datos para elaborar mis propios ejercicios. Aquellos que resulten adecuados ante un problema de aula concreto.

Todas estas palabras anotadas, aparecen recogidas al final de la obra como un léxico referenciado a las reglas ortográficas. Consta de más de 2.500 palabras. Creo que es el primero escrito en lengua castellana. Nos permite consultar en un momento dado si la forma de escribir una palabra determinada, podemos explicarla a partir de una regla concreta.

NO TODOS LOS ERRORES DE REDACCIÓN SON ORTOGRÁFICOS, ¿CÓMO SE RESUELVE ESO EN EL LIBRO?:

Es cierto. De hecho, esos otros errores que tienen que ver con la concordancia formal entre palabras, concordancia modal en los verbos, uso inapropiado de palabras, error en el uso del género o número, etc. son las más difíciles de erradicar porque surgen de hábitos mal adquiridos en la lengua oral, y también de malas prácticas en los medios de comunicación.

El libro presenta cuatro apéndices que funcionan como herramienta de consulta. Ahí se sistematizan este tipo de errores. La clave está en que si dudas en la concordancia entre sujeto y predicado, buscas la palabra «concordancia» y podrás consultar los errores más frecuentes que se producen en este sentido, además de por qué se producen y cómo puedes evitarlos en caso de duda. También se incluye un apartado de dobletes, palabras que en un momento dado están admitidas como correctas de dos o más formas. Y dos apartados más donde me ocupo de los anglicismos y de los latinismos. Los primeros merecían una atención especial por su fuerte entrada en nuestro idioma. Los segundos, por la pervivencia de vocablos y expresiones que no siempre se usan correctamente y también pueden constituir fuente de error.

El resultado es una herramienta práctica de recuperación, aprendizaje y consulta permanente.

¿ESTÁS CONTENTO CON EL RESULTADO?

Ante una obra de esta envergadura, siempre te queda el resquemor de que hay cosas que han quedado atrás. La exhaustividad es imposible en una obra de esta naturaleza. Pero el resultado es realmente bueno. Creo que la editorial ha hecho un trabajo encomiable con la maquetación y los contenidos se presentan bien y se localizan con facilidad. Resulta muy práctico y cómodo de usar, aunque asusta el tamaño. Cuando lo vi ya publicado le comenté a David: «Creo que hemos conseguido dos primicias con este libro. El libro más grueso y el libro más caro de ortografía que hay en el mercado». Sí, el resultado es para estar contento.

José Carlos Aranda Aguilar

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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10 respuestas a MANUAL DE ORTOGRAFÍA Y REDACCIÓN. JOSÉ CARLOS ARANDA. BERENICE, 2010. COMENTADO POR SU AUTOR

  1. Gracias, ahora se que tengo que repetir el mio pero estoy a tiempo, lo recomendare tambien a mis amigos!

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  2. Estimado Bruno:
    Perdona que esta vez haya demorado la respuesta, estoy ahora preparando la presentación del día 14, pero me preocupa un dato en la contestación anterior. Cuando haces alusión a revolucionar lo esquemas en la empresa, utilizas el ejemplo «estimado, cliente». Observa que no es el caso explicado. Usamos la coma para separar el saludo («Hola, Bruno», «Buenos días, amigo mío», «Aquí me tienes otra vez, Julia»…) del vocativo («Bruno», «amigo mío», «Julia», etc.). En el ejemplo que usas en tu entrada, no estás utilizando un saludo de inicio sino un adjetivo referido al nombre («Estimado lector», «Querida Julia», «Apreciado amigo», «Estimado cliente», etc.). El adjetivo no debe separarse del nombre al que se refiere por una coma. Es un uso diferente al que habíamos explicado. No quisiera ser fuente de errores por equívocos. Un abrazo y hasta pronto.
    José Carlos Aranda.

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  3. No es de extrañar, Bruno. Está tan calentito que el libro aún no ha sido presentado. La presentación tendrá lugar el próximo jueves 14 de julio aquí en Córdoba. Si te apetece acércarte, estaremos a las 9 de la noche en el palacio de los Manríquez (Los Patios de la Aljama), en la judería de Córdoba, en el Patio de los Magnolios. Una buena excusa para pasear. Hasta pronto.
    José Carlos Aranda.

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  4. Bruno dijo:

    Hola, José Carlos:

    Gracias por tu pronta y clara respuesta. He tomado nota de tus comentarios.

    Debo admitir que no estaba al tanto de tu nuevo libro, lo pondré en mi lista para el futuro. Eso sí, primero tendré que terminar con el Manual de Ortografía y Redacción. Como he explicado, lo he comprado hace poco. Me ha gustado la organización, lo fácil que es encontrar un tema en particular. Es una especie de «diccionario de ortografía y redacción», precisamente lo que andaba buscando para solucionar las dudas que me surgen a menudo.

    Por lo que me comentas, asumo entonces que debería dirigirme al cliente de la misma forma: «Estimado, Cliente:». Creo que tendré que revolucionar mi ámbito laboral, ya que en la oficina comenzamos todos nuestros correo de igual manera jaja.

    Por último, creo que debo disculparme ya que en tu entrada de arriba indicas que se puede hojear (con «h»), y ahí voy yo y hago caso omiso. Bueno: «Errare humanum est». Me consuelo con Cicerón.

    Nuevamente, muchas gracias por tomarte el tiempo de responder y espero poder proveerte de más «feedback» una vez haya avanzado con el libro, y así poder también luego *hojear tu nueva publicación.

    Bruno.

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  5. Hola, Bruno:

    En primer lugar, gracias por la confianza que has depositado en la obra, confío en que no te defraude. Respecto a la consulta concreta que realizas sería interesante aclarar algunos aspectos:

    1) El tratamiento de los párrafos en los correos electrónicos es algo diferente al de los textos de composición habituales. De ahí que la editorial considerara pertinente dedicar un libro a la “redacción para profesionales e internautas” pensando en quienes usamos habitualmente el ordenador como vehículo de información y comunicación. En este libro que acaba de aparecer (Manual de redacción para profesionales e internautas. Córdoba: Berenice, 2011) hay un epígrafe dedicado a las normas de redacción para el correo electrónico donde me ocupo de los errores más frecuentes (págs. 67 y siguientes).

    Básicamente, están caracterizados por su brevedad, por lo que salvo casos excepcionales, constarán de un párrafo central, aparte del encabezamiento (saludo y vocativo de cortesía) y despedida. Cuando queremos aportar claridad, es bueno utilizar algún ordenador del discurso como, si te fijas, yo mismo he hecho en este correo (“En primer lugar…”, “Respecto a…” o podríamos haber utilizado “En segundo lugar…”. La respuesta a la pregunta que planteas es que hiciste bien en agruparlo en un único párrafo.

    2) En segundo lugar, aprovechando la confianza que depositas en mi persona, conviene tener en cuenta las siguientes normas:
    – El saludo se separa del vocativo de cortesía por una coma (R 622), Mejor “Hola, José Carlos:”
    – El saludo de cortesía se debe separar del cuerpo del texto por dos puntos, es incorrecto usar la coma en estos casos (R 637).

    Gracias de nuevo por la confianza, espero que la respuesta te sea de utilidad. Hasta pronto:

    José Carlos Aranda Aguilar.

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  6. Bruno dijo:

    Hola José Carlos,

    Quería pedirte una aclaración con respecto a un tema que tratas en tu libro.

    En el capítulo donde se explica la correcta utilización del punto y aparte, escribes: «Cuando hemos acabado de expresar un idea completa, matizada y queramos pasar a otra que amplía, restringe o cambia de perspectiva de enfoque de lo que venimos expresando, debemos cambiar de párrafo.»

    Pues bien, el otro día me encontraba respondiendo un correo en el trabajo y me surgió una duda.

    Tenía que responderle a un cliente una consulta, y empecé de la siguiente manera:

    Estimado Fulano,

    Gracias por su correo. Explicación de su duda.

    Mi inquietud es: está el texto de arriba bien redactado, o debería ser:

    Estimado Fulano,

    Gracias por su correo.

    Explicación de su duda.

    ¡Muchas gracias! Tengo tu libro desde hace poco (aún no lo he ojeado todo), pero lo mantengo siempre a mano ya que es muy útil a la hora de redactar un texto.

    Bruno.

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  7. Lola Hermoso Porras dijo:

    Gracias a ti, Jose Carlos:
    Tengo que reconocer que también me has ayudado a resolver bastantes dudas que he despejado fácilmente. El sistema de referencias del autocorrector es muy bueno.
    A veces dudamos de lo más evidente de ver tantas y tantas faltas de ortografía.
    Un saludo.

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  8. Muchísimas gracias por compartir tu experiencia y la metodología de aplicación. Personalmente, en el libro recomendaba su utilización en 1º y 2º de la ESO. Es la primera experiencia del método de la recurrencia aplicada a niveles de primaria. Por eso, precisamente, tiene tanto valor. Desde aquí animo a los usuarios, profesores o particulares, que hayan seguido el método a compartir sus propias experiencias. Un abrazo y hasta pronto.

    José Carlos Aranda.

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  9. Mª Dolores Hermoso Porras dijo:

    Soy profesora de Lengua de 5º de Educación Primaria y me gustaría compartir la experiencia tan gratificante que ha supuesto la aplicación de la metodología de este libro a mis alumnos.
    Cuando el «Manual» llegó a mis manos lo vi tan extenso y diferente a los manuales al uso que no creí que fuera aplicable a este nivel, pero nada que ver con la realidad.
    Comencé a realizar los dictados a diario, por el orden numérico del Manual. Un alumno lo realizaba en la pizarra y el resto en su cuaderno. Al principio eran reacios a salir por el miedo a cometer faltas, pero pronto vieron que lo realmente importante era ver dónde fallaban y poner remedio (les insistía en que todos cometemos errores, el gran error es no reconocerlo y no subsanarlo); pronto querían salir todos voluntarios.
    La corrección era sobre la pizarra con tiza de otro color y cada alumno se autocorregía su ejercicio. Recalcábamos los errores yéndonos a la reseña que ofrece el autor con la regla que sigue y sus excepciones. En las palabras desconocidas, leíamos su significado y su procedencia (increible cómo se empapaban de toda la información y cómo les llamaban la atencíón los términos homófonos que también veíamos en plan «curiosidad»). Los aciertos también los recalcábamos para recordar y por si algún alumno había errado.
    También solía ayudarme de un sistema ideográfico muy personal que intentaba que ellos asimilaran como propio, por ejemplo en la palabra «vello» le dibujábamos pelillos a la «V» .
    Una vez terminada la corrección, y, como mero control, pedía que alzaran la mano quienes no habían cometido faltas o quienes habían cometido una, dos, tres, o más (no se me podía olvidar este detalle, pues ellos me lo recordaban con insistencia). Les resultaba muy motivador ver cómo el número de faltas cometidas iba en descenso de forma considerable.
    El resultado, MAGNÍFICO.

    Mª Dolores Hermoso; Colegio Jesús Nazareno, Córdoba.

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  10. Antonio Trujillo dijo:

    ¿Cómo puedo conseguir el libro? ¿de qué editorial es? ¿se me puede mandar por agencia y abonar el importe al recibirlo? ¿por transferencia bancaria? ¿coste?
    Muchas gracias, em encanta el blog y la forma de trabajar que tienes (perdón por el tuteo…). Attre. Antonio Trujillo García

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