ORTOGRAFÍA PRÁCTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (MÉTODO PROGRESIVO PARA ESCRIBIR CORRECTAMENTE AL DICTADO). Luis Miranda Podadera, undécima edición, Burgos, 1937.

ORTOGRAFÍA PRÁCTICA DE  LA LENGUA ESPAÑOLA (MÉTODO PROGRESIVO PARA ESCRIBIR CORRECTAMENTE AL DICTADO). Luis Miranda Podadera, undécima edición, Burgos, 1937.

A veces, los libros parece que tienen una vida propia, un destino incierto o caprichos difíciles de entender. Cuando nos incorporamos a clase en septiembre, una compañera me ofreció unos libros que habían llegado a sus manos por una desgracia. Un familiar había fallecido hacía tiempo, tenían que recoger sus cosas para dejar el piso vacío. Se obligó a recoger esos retazos de vida que tanto trabajo cuesta levantar, como si todavía se aferraran a la presencia de un dueño –ropa y fotografías, y cuadros, y libros, algún reloj suelto olvidado que marcó un tiempo que se agotó como su cuerda…-, un dueño que los eligió uno a uno, los amó, y que ya no regresará nunca aunque ellos no lo sepan: “Fuimos a la casa y, entre los libros, vi algunos de gramática y ortografía; pensé en ti, te los traeré para que los veas y te los quedes si te gustan”. Le di las gracias.

Al día siguiente, me encontré con cuatro joyas en mi casillero. Se trata de cuatro libros de época del profesor Luis Miranda Podadera. Todo un clásico en versión original.

El libro que tengo ante mí es una edición rústica apergaminada de unos quince por veintidós centímetros. A modo de presentación, aparecen dos párrafos de letra cursiva en el antetítulo: “Libro declarado de utilidad pública por el Ministerio de Instrucción y por el Consejo Nacional de Cultura”, y a la derecha: “Obra que ha merecido informe de mérito para el autor, emitido por la Academia Española de la Lengua”. El título destacado en letra cuadrada –en rojo- “ORTOGRAFÍA PRÁCTICA”; y, a modo de subtítulo, en azul desvaído, de formato algo más pequeño: “DE LA LENGUA ESPAÑOLA”. Continúa con dos líneas explicativas, que casi subrayan lo anterior y visualmente organizan una cascada descendente: “MÉTODO PROGRESIVO PARA ESCRIBIR CORRECTAMENTE AL DICTADO”. “POR” centrado en la línea introduce el nombre del autor, destacado, en rojo, en mayúscula, justo en el centro de la página: “LUIS MIRANDA PODADERA”. En azul destacado, “UNDÉCIMA EDICIÓN”. Un dibujo en el tercio inferior representa una pluma de ave –azul- en un tintero –rojo- que se apoya sobre cuatro cuartillas sueltas –rojas-. Es un tintero antiguo, de los de caja recubierta con cuero en relieve –o quizás estaño- apenas apuntado en un boceto estilizado. Finaliza la cubierta con la frase “UN TESORO PARA EL ALUMNO. EL MEJOR AUXILIAR DEL PROFESOR”. Ya a pie de página, centrado: “BURGOS. 1937”.

Hay restos de vida en mi libro, arrugas, manchas, pequeños desconchones, anotaciones y sellos. En el reverso de la portada aparece un nombre escrito con letra insegura: José Ortiz Rivas,  y debajo una firma -es muy curioso porque yo también firmo mis libros cuando entran en mi Biblioteca. Me da miedo de que el libro me haya elegido a mí para aumentar su colección de dueños-. Probablemente le fuera regalado por su padre. El autor dedica la obra a sus hijos: “A mis hijos / Para que lo utilicéis como guía en vues- / -tros estudios y os sirva de recuerdo / de lo mucho que os quiere / Vuestro padre- / Burgos, 1937”. Debajo de esta dedicatoria firma un tal Alberto Ortiz, como si quisiera trasladar estas buenas palabras a sus propios hijos. Y, aún más abajo,  vuelve a escribir su nombre quizás su segundo dueño, al que ya conocemos: José Ortiz Rivas. ¿Tuvo un dueño anterior en sus destinos? Es más que probable: en la página del prólogo, parte superior, aparece un sello, como de haber pertenecido a alguna biblioteca más o menos pública. En él se pude leer todavía: “Regimiento infantería…”. En la elipse interior: “trabajadores”. En el centro del sello, el dibujo de la corneta con la que se representa al cuerpo de infantería.

En algún momento de su historia, algún tintero se volcó y dejó manchado de azul cobalto las últimas páginas. El libro estaba cerrado, la tinta entró por el canto e impregnó las hojas hacia adentro. No hubo destrozos, la tinta se detuvo respetuosamente en el margen antes de profanar lo escrito. El lomo hace tiempo que fue reforzado con una fina tela blanca encolada. Aún así, algunos librillos del interior se rebelan y pugnan por romper el orden establecido.

Es un libro testigo de una época en la que “saber escribir” marcaba fronteras. La ortografía era materia exigible en las pruebas de ingreso y reválida, también entraba a formar parte de un buen número de oposiciones. Entonces, no existían los ordenadores, tampoco las fotocopiadoras, y las copias se hacían con papel de calco y en máquina de escribir… no había correctores automáticos, cada quien debía responsabilizarse de aquello que escribía y, como dice el autor en la introducción “Lo escrito, escrito queda”.

Fue un método y un libro que marcó a generaciones de españoles hasta convertirse en una referencia obligada para profesores, alumnos y opositores, su nombre se pronunciaba con reverencia -“el Miranda Podadera”-, como si todo el compendio de la dificultad de la ortografía en las pruebas escritas quedara encerrada, encriptada, tras esas palabras. Me trae a la memoria las bancas corridas, los agujeros en las mesas donde introducíamos un trozo de tiza para hacer tinta diluida con agua y, luego, mojar el plumín para dibujar las hojas de caligrafía con muchísimo cuidado, porque no podíamos borrar, y si lo hacíamos mal, teníamos que repetirlo, y si no acabábamos en el tiempo previsto, nos quedábamos sin recreo. Los plumines de hierro se deformaban inevitablemente, dejaban de retener la tinta y acababan con el fatídico goterón sobre el papel inmaculado. Tenías que aprender a tener el pulso exacto para aplicar la presión exacta… demasiada precisión para un niño de cuatro o cinco años, pero… funcionaba esa caligrafía inglesa cursiva entre dos rayas que educaba el trazo hasta conseguir que las líneas se convirtieran en letras legibles, enfiladas y homogéneas como un olivar.

Cuando lo abres comprendes el éxito del autor: un libro cuidado y bien diseñado. Plantea las reglas de ortografía, después una relación de palabras donde intervienen las grafías para practicar dictados por palabras. A continuación, se nos ofrecen dictados con frases donde encontramos palabras con dificultad insertas en su contexto. Grafía a grafía, norma a norma, vamos avanzando. Para finalizar, textos que combinan diferentes grados de dificultad, algunos aplicados en pruebas de oposición para garantizar al usuario el nivel requerido en el aprendizaje y la práctica. Sin duda fue una herramienta muy útil.

Ahora, a raíz de esta entrada, algunos lectores empiezan a enviarme noticias del autor. Manuel Ceballos, desde Santander, nos comenta: «Tuvo un tío Obispo que le matriculó en la Universidad Pontificia de Comillas (Cantabria) , de donde se salió dedicándose a vender quincalla por los trenes de cercanías de Santander en Cantabria ;  a la vez  estudiaba  para oposiciones a Correos donde obtuvo plaza en Potes (Cantabria) y donde se casó ,  luego fundó una escuela de lengua española para niños en la ciudad de Santander». Manuel sigue en contacto con sus familiares, me ofrece ponerme en contacto. Le doy las gracias. Pocas veces conocemos las vicisitudes que se esconden detrás de las páginas escritas y, a veces, superan con creces la mejor de las novelas.

Desde luego, prefiero la didáctica de aprendizaje que planteo en mi Manual de ortografía y redacción (Berenice, 2010) porque nos permite corregir de forma individualizada y acudir a la regla sólo cuando ésta es útil, es decir, un método inductivo y personalizado. Pero estamos hablando de una obra que en 1937, durante la Segunda República, plantea una sistematización del aprendizaje de forma coherente y progresiva. Es maravilloso.

Y a pesar del tiempo transcurrido –ochenta años-, y limando las características propias del estilo de la época, decidme si la idea expuesta no parece sacada de un periódico de ayer. En su prólogo, el autor nos dice: “El correcto uso ortográfico da idea de la cultura del individuo; es, por así decirlo, el barómetro que marca el grado de ilustración individual […] Y, sin embargo, es tan poca la atención que, en general, se dedica a corregir la escritura viciosa y tan grande, comúnmente, el abandono en el dominio de la ortografía, de la acentuación y de la puntuación, que forzosamente hay que confesar que se reduce a un tanto por ciento muy limitado el número de personas que no cometen yerro alguno ortográfico”.

Sí, definitivamente, no hay nada nuevo bajo el sol -«Nihil novum sub solem»-. Saludo al antiguo maestro desde aquí, desde el siglo XXI. Su rigor y sus opiniones fueron precedentes y me hacen sentir continuador de una línea de pensamiento y de esfuerzo. Me hace sentir la esperanza de que alguien, algún día, tomará mi libro entre sus manos y conducirá a su vez el testigo hacia el futuro. Y será también sensible a un nombre, a un tono de papel, a unas manchas de tinta…

José Carlos Aranda Aguilar

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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11 respuestas a ORTOGRAFÍA PRÁCTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (MÉTODO PROGRESIVO PARA ESCRIBIR CORRECTAMENTE AL DICTADO). Luis Miranda Podadera, undécima edición, Burgos, 1937.

  1. ¡¡¡ ¡ En mi comentario anterior , en el Servidor , está plasmado el error vitrial , por el correcto » Trivial» , que es lo correcto para definir las cosas de «poca monta » , «sin importancia» , «insignificante» , » Etc.» ; por cuanto, ….. ¡ donde en mi comentario aparece «vitrial» entiéndase «Trivial» . !!!

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  2. ¡¡¡ En sincero homenaje al Insigne Señor don Luis Miranda de Podadera , traslado en este comentario , el » EJERCICIO XXXII , de su magnífico libro «ORTOGRAFÍA PRÁCTICA , Décimo Cuarta Edición . MADRID * 1940 » ; que , TITULA Y DICE :

    » EDAD CONTEMPORÄNEA
    No era necesario alardear de perspicaz zahorí para vaticinar nuestro adverso horóscopo, después de haber declarado la guerra a Francia por llevar al patíbulo a Luis XVI, de haber perdido nuestra escuadra en el infausto y glorioso combate de Trafalgar, de la inexplicable tolerancia con las audaces huestes de Napoleón I, que invadieron la Nación so pretexto de ir contra Portugal, y de la inercia de Carlos IV , echado totalmente en brazos del beocio y boyante favorito Godoy , que en unión de la Reina llevaban entrambos al país a tanta desventura. Hastiado el pueblo del constante trejemaneje político, resurgió de su letárgica inacción, amotinándose en Aranjuez y obligando al imbele Carlos IV a addicar en su hijo Fernando VII.
    Bonaparte se entrevistó con Fernando en Francia, y, sin más preámbulos, con capciosa añagaza, sin reflexionar en la inviolabilidad, le retuvo prisionero en Valencey.
    El día 2 de mayo de 1808, los madrileños armaron una enorme batahola, y al cortar los tiros de los caballos enganchados en el vehículo que había de llevara Francia a los augustos infantes, sobrevino la luctuosa y caótica jornada en la que inmortalizaron sus nombres Daoiz, Velarde y Ruiz, y comenzó la guerra de la independencia.
    La invasión francesa se dedicó al pillaje y cometió abominables estragos y herejías en joyas histórico-artísticas.
    Rehechos los hispánicos, con tal fuerza y sin alardes , castigaron las ínfulas de los facciosos gabachos, que reseñados constan en la Historia los bravos éxitos de las batallas de Talavera, Alhuera, Arapiles, Vitoria, San Marcial y los heroicos sitios de Zaragoza y Gerona.
    Arrojados acá y acullá los franceses de la Península, llegó de su cautiberio Fernando VII, apodado el Deseado.
    A la muerte de Fernando, le sucedió su hija Isabel, de tres años de edad, bajo la regencia de su madre , María Cristina, a la que combatieron durante siete años los carlistas , secuaces del hermano de Fernando VII. hasta que los generales Espartero y Maroto pactaron el convenio de Vergara.
    A pesar de todo, Isabel II abandonópara siempre la Corona con motivo de una insurrección insinuada en la bahia de Cádiz , provocada y dirigida por los generales Prim, Serrano y Topete, que nombraron un gobierno provisional a su cargo. Los perturbadores movimientos les impidieron regir el país, y por conducto de Prim brindaron la Corona a don Amadeo de Saboya. Al poco tiempo vino la República, que tuvo sucesivamente de Presidentes a Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar.
    Un pronunciamiento iniciado por el General Martínez Campos restauró la Monarquía Borbónica y la puso en manos de Alfonso XII, hijo de Isabel II. A la muerte de éste, rigió su viuda, doña María Cristina, durante la menor edad del Rey Alfonso XIII, y el l4 de abril de 1931, ante una votación popular adversa a la Monarquía, volvió a instaurarse la República en España, cuyas Cortes eligieron como primer Presidente a D. Niceto Alcalá Zamora. A pesar de haber procurado satisfacer las ambiciones de los dirigentes marxistas, éstos le declararon guerra sin cuartel, por lo que no llegó a finalizar el periodo legal de su mando, pues le destituyeron las Cortes y fué sustituido por Manuel Azaña.» .

    Amas colaborar en Memorias del Insigne Excelentísimo Señor Don Luis Miranda de Podadera ( q.e.d y e.l.g.s l. t. n.S.J. – Amén – .

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  3. Agradezco el comentario fruto, sin duda, de la amistad. Un abrazo, Manuel.

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  4. ¡¡¡ La resplandeciente senda acrisolada que nos dejó patrimonio para secular seculorum el Excelentísimo Señor Don Luis Miranda de Podadera ( q. e. p y en g. de D. descanse ) , con sus virtuales obras y títulos » El Podadera » , la continúa Don José Carlos Aranda Aguilar constantemente día a día , que lo imparte y lo comparte en la enseñanza con sus alumnos y en cuantas tantas conferencias y comparecencias tiene al cabo de los días !!! .

    Saludos .

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  5. Pilar Diez Coballes : ¡ Por si no viste mi anterior comentario al respecto , aquí te pongo mi teléfono fijo 942229648 , y móvil 601360703 y mi E.mail . Cantidad de Librerías hay en España donde obtener todos los libros antiguos de Luis Miranda de Podadera . Pinchalo en Busca Google y lo verás todos ellos Editados por Hernando en Madrid y Barcelona . Te he puesto mis teléfonos y mi E.mail , para lo que al respecto se te ofrezca

    Atento Cordial Saludo,
    Manuel Ceballos Gómez.

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  6. A Pilar Diez Coballes : ¡ Tanto en Librerías en León (Ponferrada) y en otras tantas y cuantas libnrerias en el resto de España disponen a la venta de todos o casi todos libros antiguos de Luis Miranda de Podadera. . De hecho recientemente he conseguido un ejemplar de cada uno de todos los editador por Hernando en Madrid . Para lo que al respecto se les ofrezca pueden contactar con migo Manuel Ceballos Gómez .
    .- Al efecto , en el Busca de Google entrar escribiendo » Todos los libros antiguos de Luis Miranda de Podadera en español » y en la única ventana aparece el mentado título y pinchando en el aparece otra ventana con todos y cada uno de los títulos y las librerías en España donde obtenerlos .
    .- Espero haber colaborado : ¡ El Excelentísimo Señor Don Luis Miranda de podadera , q.e.d y en la gloria le tenga nuestro Señor Jesucristo ; bien merecido tiene , que en todas las ciudades españolas y americanas le deberían dedicar esculturas y calles , en agradecimiento de todos los que aprendimos de sus enseñanzas por medio de sus libros !

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  7. La car ta ro sa te tra ce a, e, i, o ,u : Se escriben con b salvo excepciones .

    Di jo le en cla se con mo fa sal sel sil sol sul : Se escriben con v salvo excepciones .

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  8. Antonio G dijo:

    tri tur un su cu ca gal ver si al ur tu ti to ra ri tre……
    Empieza la letania:
    Se escriben con B las palabras que empiezan por TRI como tribuna..menos trivial.
    Se escriben con B las palabras que empiezan por TUR como turbante……
    Y asi continuamos hasta el final de las silabas.
    También estaba para la V, la G y J…………..no lo recuerdo todo, pero mas de 40 años no dan para muchos recuerdos (algo si que queda).

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  9. montse dijo:

    Me trae gratos recuerdos de mi niñez, muchos dictados he hecho de este libro, donde lo puedo comprar

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  10. Lo siento, no puedo ayudar. Queda aquí su pregunta por si algún lector puede responder desde este blog y estaré atento por si localizo algún ejemplar en librería de viejo. Hasta pronto.

    José Carlos Aranda.

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  11. Pilar Diez Coballes dijo:

    Ese libro, «el Podadera» le llamaba mi padre.
    Cuando yo era niña, preparando el Ingreso para el bachiller y tenía alguna duda sobre ortografía, le preguntaba a mi padre y él siempre me decia : «coge el podadera».
    Por causas ajenas, ese libro desapareció de casa y me gustaría conseguirlo, pero que sea, ese que vd. desccribe también y que me recuerda tanto las tardes frías del invierno leonés, haciendo dictados, escuchando la voz grave y cadenciosa de mi querido padre.
    Podrían decirme donde puedo conseguir ese libro con el título en rojo y subtitulo en azul?
    Muchas gracias

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