POESÍA EN VENA. 2010. IES EL TABLERO.

POESÍA EN VENA 2010. IES EL TABLERO. CÓRDOBA.

El acto comenzó con los nervios propios de la preparación, los medios técnicos siempre disponen de duendes traviesos capaces de las mayores diabluras. Pero todo estuvo a punto, las sillas bien ordenadas, los ordenadores conectados, la megafonía probada, la mesa bien dispuesta… Y a las 12 en punto iniciamos el acto con el tiempo tasado, pero dispuestos a compartir una mañana de poesía con la selección realizada por los propios participantes. Teníamos nuestro propio programa que fue repartido a los asistentes:

POESÍA EN VENA: IES EL TABLERO 2010 (2ª EDICIÓN)

CONFERENCIA

 

D. José María de la Torre García: “La poesía de Ricardo Molina, Grupo Cántico”.

RECITAL:

Primero: Rafael Alberti: “Qué cantan los poetas andaluces de ahora”, Jarcha.

1)      Ricardo Molina: “Elegías de Sandua”, Dª Natividad Molinero.

2)      Jorge Luis Borges: “Y uno aprende”, Dª María Ruiz Varo.

3)      Antonio González: soneto de amor, D. Antonio González.

Segundo: Antonio González: “Mi dulce niña”.

4)      Vicente Alexandre: “Se querían”, Dª Belén García.

5)      Miguel Hernández: “Sobre el cuerpo de la luna”, Dª Julia Herrera.

6)      Federico García Lorca: “Hijo de la luna”, Dª Paloma Membrillo.

Tercero: “Hijo de la luna”, Mecano.

7)      Federico García Lorca: “Granada, calle de Elvira”, Dª Pilar Mota.

8)      Luis Alberto Cuenca: “De tanto amarte”, Dª Marta Córdoba.

9)      Felipe Benítez Reyes: “Collage rosas”, Dª Beatriz Armenteros.

10)  Miguel Hernández: “Aceituneros”, D. Álvaro Álvarez.

Cuarto: Antonio Machado, “Saeta”, el Pele.

11)  Mario Benedetti, “No te rindas”, Dª Ángeles Benítez.

12)  Luis Cernuda: “Si el hombre pudiera lo que ama”, Dª Cyntia Cano  y Beatriz Aragón.

13)  Pablo Neruda: “Firewell”, Dª Laura Barros.

Quinto: Pablo Neruda: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”.

14)  Pedro Salinas; “Perdóname por ir así buscándote”, D. Francisco Trenas.

15)  José Hierro: “El enemigo”, Dª María Moral.

16)  Carlos de Ory: “Dame algo más que silencio o dulzura”, Dª Nuria Martos.

Sexto: Miguel Hernández: “Elegía a Ramón Sijé”, D. José Carlos Aranda y D. José Luis Moraño.

 

Actué como maestro de ceremonias y presenté al conferenciante, a don José María de la Torre, la parte académica del acto.

PRESENTACIÓN:

Abrimos esta edición de Poesía en vena con un invitado especial. Si el año pasado tuvimos la suerte de contar con la Illma. Sra. Dª María José Porro, en esta edición contamos en el Illmo. Sr. don José María de la Torre para, a través de él y gracias a él, reivindicar a uno de nuestros poetas injustamente olvidados: Ricardo Molina.

D. José María es andaluz, jiennense de Menjíbar. Debe su formación a la Universidad de Granada, allí cursó Filología Románica con maestros reconocidos y de renombre, como quien le dirigió la tesis de licenciatura, D. Gregorio Salvador. En sus primeros pasos en la investigación eligió la dialectología: Textos dialectales de Mengíbar. Pero debió llamarle más la literatura cuando, también en Granada, eligió al personaje de nuestro poeta, Ricardo Molina, para realizar su Tesis doctoral: Hacia una revisión crítica y hermenéutica de la vida y obra poética de Ricardo Molina, publicada en 1989. Otros artículos posteriores avalan esta vocación crítica, como el aparecido en 2009, en la Revista Séneca-digital sobre  POEMAS EN ESPAÑOL EN LA OBRA DE JUAN DE AGUILAR DE SACROSANCTAE VIRGINIS MONTIS ACUTI TRANSLATIONE ET MIRACULIS PANEGYRIS [1]: se refiere a seis poemas escritos en español por los componentes de la escuela antequerano-granadina, e insertos en esta obra, del siglo XVII.

En 2010, este mismo año, vuelve sobre el autor, sobre Ricardo Molina, con su obra Salmo del Ángel cautivo (Ricardo Molina y la crítica). Una cuidada edición a la que Ginés Liébana ha prestado en portada un ángel cabizbajo de alas plegadas.

Su vocación por la docencia está clara y nunca se ha desvinculado de ella. Ha impartido clases en las antiguas Universidades Laborales, hoy desaparecidas, y también en Intitutos como El Arahal de Sevilla, el Blas Infante o el Luis de Góngora ya en Córdoba. Después de obtener la condición de catedrático de Lengua Castellana y Literatura, sigue ejerciendo como profesor en la actualidad en el IES Séneca de nuestra capital.

A esto debemos añadir su experiencia en la Universidad, primero como profesor-tutor en el centro asociado a la UNED en Córdoba, y también como profesor en la Universidad Hassan II de Casablanca donde, además, fue asesor lingüístico de la Consejería de Educación de la Embajada de España en Rabat.

No necesita de más presentación, sé que sus palabras obviaran cualquier elogio superfluo o de ocasión. Debemos a su amistad con Natividad Molinero y a su disponibilidad de buen amigo, el que hoy esté entre nosotros dispuesto a compartir su tiempo y sus conocimientos. Agradezco, yo y todos nosotros, de corazón, su presencia.

La conferencia fue concreta y vino a analizar las líneas más importantes de las corrientes poéticas desde la posguerra a nuestros días. Situó en su contexto el grupo Cántico y disfrutamos revisando conceptos ya aprendidos entre la poesía social y la poesía de la experiencia, el clasicismo como clave del grupo cordobés y la reivindicación de la personalidad y el arte de Ricardo Molina como aglutinador y artífice de la estética del nuestros poetas. Don José María finalizó declamando un poema con el que se dio por concluida la conferencia propiamente dicha.

A partir de este momento, comenzaron las audiciones con una canción bandera de este acto, el poema de Rafael Alberti interpretado por el grupo Jarcha “¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora?” Una auténtica invitación a la expresión poética atemporal que conecta con todos y nos invita a reflexionar sobre el fenómeno de la poesía cotidiana y la vigencia de la creación poética en nuestras vidas.

Aquaviva (qué cantan los…)

Los comentarios que los participantes dejaron en el blog sirvieron de presentación para cada uno de ellos y fueron preparando el ambiente para la audición. Comenzó rompiendo el hielo la profesora Natividad Molinero que eligió al propio Ricardo Molina y sirvió de réplica y enlace entre la conferencia y las audiciones.

  1. Yo he elegido un poema de Ricardo Molina ( el gran olvidado del Grupo Cántico), profesor de Instituto, como nosotros. En concreto es la elegía VI de “Elegías de Sandua”. Como sabemos, Sandua era un viejo caserón de la sierra cordobesa y allí, entre el paisaje, Ricardo Molina nos canta a la vida, al amor y a la naturaleza.
    He elegido un texto que habla del amor, del primer amor ( a los quince años); es un texto de estilo sencillo pero elocuente y con mucha fuerza expresiva. Pienso que TODOS nos podemos ver reflejados en él porque….¿quién no ha sentido ese primer amor que tanto marca…..?

ELEGÍA VI– Poemas de Ricardo Molina
Te amé a los quince años. Tú tenias mi edad.
Te amé en la sierra verde bajo un sol de domingo,
cuando al volver de misa paseaba tu familia
por la larga avenida de viejos eucaliptos.

Te amé bajo los pinos de agujas amarillas,
sobre la tierra ocre perfumada de menta.
Te amé sobre las rocas tapizadas de musgo,
sobre los prados verdes y las crujientes eras.

Te amé. Te amé. Es cuanto puedo decir ahora,
mas no recuerdo cuándo empezamos a amarnos.
Todo empezó lo mismo que un claro día de junio
sobre la tierra en flor teníamos quince años.

¿Sería, sin embargo, otoño, primavera
o invierno? Ay, quién sabe cuál era la estación.
¿Te acuerdas tú? La Vida era un rosal al viento…
Ven y dime en qué tiempo empezó nuestro amor.

¿Qué importa que los años nos hayan separado,
qué importa si el recuerdo es lo mismo que un valle
por el cual caminamos cantando, sonriendo
y cogiendo sus flores de perfume inefable?

Oh amada cuyo nombre lejano y melancólico
mi corazón agita como el viento a los bosques,
ven y dime aquel tiempo de pinos murmurantes,
de arroyos, de montañas, de nubes y de amores.

Ven y dime que tú también me amaste entonces
en la sierra, en los pinos y en los negros ocasos.
Oh, dime que me amaste cuando sobre la tierra
ardiente y amarilla teníamos quince años.

A continuación, María Ruiz Varo nos trajo la voz de Jorge Luis Borges, ”Y uno aprende”, porque  me transmite fuerza y superación , ganas de mejorar con el tiempo al adquirir experiencia.  Con un vocabulario sencillo es capaz de mostrarnos la realidad. La reflexión final que yo obtengo es que no importa las veces que te caigas si consigues aprender y levantarte.

“Y uno aprende”

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor
no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender.
Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes…
y los futuros tienen una forma de
caerse en la mitad.
Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma, en lugar
de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende…
y con cada día uno aprende.

Jorge Luis Borges

Dimos la bienvenida a un nuevo profesor, Antonio González, que además de sus conocimientos, nos trae el aire fresco de ser poeta y cantautor. Primero lo escuchamos declamar un poema propio. Él había elegido “Amapola mía”, pero sobre la marcha, el día de antes, decidió sustituirlo por un soneto de su primera época que hablaba del agridulce de la pasión amorosa. No obstante, os dejo aquí sus primeras intenciones: …Para mí es un placer participar en este acto poético. De los poemas de mi cosecha me he decantado al final por uno de mi primera época, cuando aún era un joven universitario lector de Bécquer, Lorca y Neruda. No sé por qué, (con todos los poemas que tengo escritos), pero pensé en el público objetivo (jóvenes y adolescentes),y me dije “éste”.Se titula “Amapola mía” y es un canto elegíaco a una hermosa flor que durante un paseo primaveral encontré tirada en el campo. Hablo en él de la fragilidad de la existencia y de la importancia de las cosas sencillas. Es un poema que por encima de todo busca la emoción, supeditando a ella el resto de parámetros lógicos de un poema como son el ritmo o la métrica. Puede parecerme hoy día un poema algo cursi (pues ahora cultivo un estilo poético más desnudo), pero sigue emocionándome como el primer día. Y creo que el fundamento último de un buen poema no es otro que emocionar a sus destinatarios.

AMAPOLA MÍA

En tu campo de florecientes entrañas
estabas mudamente extendida
contemplando el horizonte inmenso,
tan lejos.

Estabas yerta en un campo vivo
pero tu aroma aún denotaba tu presencia
porque el aroma pertenece a lo divino.

Verte fue como ver el mar inmenso
desatado entre olas de granito,
como presenciar el fin de las cosas sencillas.

¡Qué bella estabas
y qué bello era el rojo fulgor de tu mirada!

Y pensar que el enemigo tuyo
habita en el aire que a cada instante respiras.

El viento puede arrojarte
hacia la inmensidad de lo oscuro.
El hombre puede tocarte
con sus pies de cargado plomo.
El animal que junto a ti transita
puede resquebrajarte sin piedad alguna.

Acechante están los lobos del día
por impedir que tú vivas.

Cuando te cogí, ¡que sí te cogí!
aún estabas casi entera,
aún conservabas el calor de tus espinas,
aún pertenecías a la vida.

Pero mis manos, carentes de poder curativo,
no podían devolverte tu raíz desprendida,
ni mi anhelo de poeta
podía escribir algo más bello y tierno.

Estabas como están los que atraviesan
el oscuro túnel de la muerte,
ensimismada y silenciosa
frágil y tersa.

¿Quién sembró tanto dolor
en tu corazón dormido,
quién te arrancó del suelo,
quién te cogió del campo florido?

Aún conservo en mis manos
la fragancia de tu último día viva
y creo verte alzarte vertical,
creo verte bella y altiva.

Aunque sé que existen otras como tú
que rezuman el aroma que tú describías
nunca podré sentir por otra flor
lo que por ti y por tu muerte yo sentía.

Vive en mí,
¡amapola mía!

Proyectamos una de sus actuaciones en directo: “Mi dulce niña». Creo que hay que ser valiente para desnudar los sentimientos en público y Antonio lo pasó regular aguantando el tipo durante la audición. Pero la reacción de la sala y los alumnos rompiendo en aplausos transmitió cómo habían agradecido el gesto, cómo les había llegado el mensaje y su voz.

”htthttp://www.youtube.com/watch?v=P9qIXmI4Sgs»Después continuamos las audiciones de la voz de otra profesora, Belén García, quien nos trajo a Vicente Alexandre en el poema “Se querían”: “Poema existencial, metafísico y surrealista. Me encanta este poeta porque me eleva a un mundo mágico donde anidan las metáforas que transmiten sentimientos profundos. La palabra está viva porque es necesaria y porque siempre comunica lo que el poeta pretende. Me dejo acariciar por su pluma y contemplo ese universo onírico donde anida el amor.”El amor “para el poeta es un juego de contrarios. Es vida y muerte a la vez. El amor es la fuerza que nos une y nos separa a los seres humanos. Nos destruye y nos ampara. Nos alegra y nos oprime. Con un panteísmo pesimista el amante renace en la sangre de la persona amada. Con una maestría única se describe la relación amorosa de dos amantes ebrios de amor y el poeta nos implica y nos hace partícipes de ese amor cuando al final dice: “Se querían, sabedlo”.

SE QUERÍAN

Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando…
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

 

 

Julia Herrera, alumna, eligió a Miguel Hernández, con su poema “Sobre el cuerpo de la luna”:  “No sólo lo he escogido para conmemorar a este gran poeta con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010), sino, además, porque considero que el contenido de este poema, el amar lo inalcanzable o simplemente el tener fe en algo que contradice a la razón, está vigente en nuestros días. A pesar de que no es un poema muy extenso, la cantidad de sentimientos que transmite por medio del ritmo y la musicalidad es delicioso, digno de hacerlo resaltar ante los demás”.

Sobre el cuerpo de la luna

nadie pone su calor.

Frente a frente sol y luna

entre la luna y el sol

que se buscan y no se hallan

tú y yo.

Pero por fin se hallarán

nos hallaremos, amor,

y el mundo será redondo

hacia nuestro corazón.

Paloma Membrillo y María Zafra eligieron a Federico García Lorca, el “Romance de la luna” porque: “…nos encanta el diálogo entre la luna y el niño, ese interés del niño por protegerla y la indiferencia mostrada por la luna que, al final, se lleva al niño con ella. También, lo que me hizo distinguir este poema entre los demás fue su ritmo y sus versos en los que da la sensación de que se está cantando (el aire la vela, vela; el aire la está velando), la musicalidad del poema que está más marcada en algunos versos. Es un poema entrañable y que me trasmite dulzura”. Lamentablemente, por cinco minutos, por un examen de última hora, no llegaron a tiempo. Pero presté mi voz a sus intenciones.

ROMANCE DE LA LUNA, LUNA

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.

Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

 

La poesía es música, es ritmo. Las interferencias son continuas. Tenemos muchos poemas musicados por grandes compositores, como también tenemos temas inspirados en poemas que juegan a reinventar el mito. Por eso disfrutamos de esa “reinvención” del mito que realiza el grupo Mecano con su canción “Hijo de la luna”.

http://www.youtube.com/watch?v=kgVFy0vdfCo

Pilar Mota, también profesora, retomó la poesía. Ella volvió a dejarse atrapar por la voz de Federico García Lorca en un poema poco frecuente pero vinculado a sus vivencias personales, por ser “un poema castizo y entrañable a mi Granada, ciudad en la que viví parte de mi infancia y madurez. Mis lazos con ella son de amor ,de dolor y de trabajo incansable, pues allí me formé”.

GRANADA

Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Una vestida de verde,
otra de malva, y la otra,
un corselete escocés
con cintas hasta la cola.

Las que van delante, garzas
la que va detrás, paloma,
abren por las alamedas
muselinas misteriosas.
¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas
mientras sufren en la umbría
el surtidor y la rosa?

¿Qué galanes las esperan?
¿Bajo qué mirto reposan?
¿Qué manos roban perfumes
a sus dos flores redondas?

Nadie va con ellas, nadie;
dos garzas y una paloma.
Pero en el mundo hay galanes
que se tapan con las hojas.
La catedral ha dejado
bronces que la brisa toma;
El Genil duerme a sus bueyes
y el Dauro a sus mariposas.

La noche viene cargada
con sus colinas de sombra;
una enseña los zapatos
entre volantes de blonda;
la mayor abre sus ojos
y la menor los entorna.

¿Quién serán aquellas tres
de alto pecho y larga cola?
¿Por qué agitan los pañuelos?
¿Adónde irán a estas horas?
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.

 

Nuestra alumna Marta Córdoba se dejó llevar por  Luis Alberto de Cuenca, por su poema “De tanto amarte y tanto no quererte”: “Lo he escogido porque es un poema que descubrí hace poco y que cuando lo leí, tuve la sensación de que llevaba esperándome desde hace mucho tiempo. Sus palabras dejaron mudas las mías. Es asombrosa la manera de expresar con las palabras ese dolor tan intenso que te hace desesperar, cuando el amor ya se ha cansado de ti. Y así creo que Luis Alberto de Cuenca habla por todos, sabiendo transmitir esa sensación  que alguna vez el amor nos hace sentir”.

De tanto amarte y tanto no quererte

te has cansado de mí y de mis locuras

y le has prendido fuego a nuestra historia.

Tu ropa no perfuma ya la casa.

No queda una palabra de cariño

suspendida en el aire, ni una hebra

de azabache en la almohada. Sólo flores

secas entre las páginas del libro

de nuestro amor, y cálices de angustia,

y un delirio de sombras en la calle.

Beatriz Armenteros puso voz al vitalismo de Felipe Benítez Reyes con su poema “Collige Rosas”: “…desde que lo leí me encanto en sus primeras líneas, me da unas ganas de vivir, de disfrutar cada momento como si fuera el ultimo, en cada palabra es una gran motivación para vivir”.

Apurar este día

Como si fuese el último.

Quemarlo

Como el último cigarrillo que le queda al insomne

Demorarlo en los labios

Como la sílaba ultima de una fórmula mágica

Que dependa de él – como esa moneda

Que el suicida dudoso lanza al aire –

El exacto sentido de la vida,

Ese desorden

De quimeras que mueren en las manos

Como rosas pisadas,

Sangrantes de color y aturdimiento.

Álvaro Álvarez prefirió la poesía social de Miguel Hernández en un poema que fue y sigue siendo todo un himno, “Aceituneros”: “Me he decantado a leer este poema porque es un canto que incita al cambio social cuando hay condiciones muy adversas, casi de esclavitud. Hoy día, que hay una profunda transformación social en Europa conviene recordar estos poemas del poeta del pueblo.
También ha influido que este poema lo leía cuando era pequeño en la cama, cuando había tiempo para dedicarse a la lectura, mas allá de la obligatoria”.

ACEITUNEROS

Andaluces de Jaén,

aceituneros altivos,

decidme en el alma: ¿quién,

quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,

ni el dinero, ni el señor,

sino la tierra callada,

el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura

y a los planetas unidos,

los tres dieron la hermosura

de los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,

dijeron al pie del viento.

Y el olivo alzó una mano

poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,

aceituneros altivos,

decidme en el alma: ¿quién

amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,

no la del explotador
que se enriqueció en la herida

generosa del sudor.

No la del terrateniente

que os sepultó en la pobreza,

que os pisoteó la frente,

que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afán

consagró al centro del día

eran principio de un pan

que sólo el otro comía.

¡Cuántos siglos de aceituna,

los pies y las manos presos,

sol a sol y luna a luna,

pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,

aceituneros altivos,

pregunta mi alma: ¿de quién,

de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava

sobre tus piedras lunares,

no vayas a ser esclava

con todos tus olivares.

Dentro de la claridad

del aceite y sus aromas,

indican tu libertad

la libertad de tus lomas.

En este punto, hacemos un alto en el acto para rendir dos homenajes: el primero al flamenco como forma de expresión artística con motivo de su reconocimiento como Patrimonio Universal de la Humanidad; el segundo como homenaje a recientemente fallecido maestro Enrique Morente. Para hacerlo seleccionamos un poema de uno de nuestros poetas más universales, Antonio Machado, “La saeta”, cantado por un maestro flamenco, “El Pele”. La intensidad que gana el poema en el desgarro de la voz gitana del cataor cordobés es maravillosa.

Aquí os dejo un enlace del poema cantado por el Camarón y Joan Manuel Serrat, tiene más de dos millones de visitas en la red: http://www.youtube.com/watch?v=NLbxlViBIk4

Y así retomamos las lecturas con una selección iberoamericana. El primer poeta seleccionado por Ángeles Benitez es Mario Benedetti, “No te rindas”, “Porque la vida puede tener muchas sombras, unas en nosotros mismos: por lo que nos da miedo afrontar, por los temores de no poder; otras que nos asaltan a veces en el camino: pequeñas o grandes decepciones, tristezas, pérdidas… Este poema nos recuerda la inmensa fuerza interior que podemos tener, que además se multiplica con el apoyo de los que nos quieren y así poder superar todo y disfrutar la vida. Por eso lo he elegido, por eso y porque Benedetti es uno de mis poetas favoritos”.

No te rindas, aun estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,

No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola/o,
porque yo te quiero.

Cyntia Cano y Beatriz Aragón, se decantaron por Luis Cernuda, por  «Si el hombre pudiera decir lo que ama» …debido a que a ambas nos ha transmitido que el amor es la única verdad y libertad, y que es lo único que da sentido a la vida. Creemos que será interesante para que todo el mundo pueda apreciar el gran trabajo de este autor de este sentimiento”.

Si el hombre pudiera decir lo que ama,

si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo

como una nube en la luz;

si como muros que se derrumban,

para saludar la verdad erguida en medio,

pudiera derrumbar su cuerpo,

dejando sólo la verdad de su amor,

la verdad de sí mismo,

que no se llama gloria, fortuna o ambición,

sino amor o deseo,

yo sería aquel que imaginaba;

aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos

proclama ante los hombres la verdad ignorada,

la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien

cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;

alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina

por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,

y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu

como leños perdidos que el mar anega o levanta

libremente, con la libertad del amor,

la única libertad que me exalta,

la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:

si no te conozco, no he vivido;

si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Y Laura Barros decidió poner voz a Pablo Neruda optando por lo menos conocido, “Firewell”, según sus propias palabras: “… he escogido este, quizás porque el otro poema es mas conocido, más típico (No te quiero sino porque te quiero y de quererte a no quererte llego…) y a mi me gustan más las cosas desconocidas.  El poema es Firewell, no me siento personalmente identificada con la tematica del poema ya que habla de un futuro hijo entre el poeta y la amada, simplemente ha sido de los pocos poemas que me ha trasmitido un gran sentimiento al leerlo, ya que a mi la poesia de nunca me ha llamado la atención, ahora me he dado cuenta de que puede transmitir mucho si te paras a comprenderla”.

Desde el fondo de ti, y arrodillado,

desde el fondo de ti, y arrodillado,

un niño triste, como yo, nos mira.

Por esa vida que arderá en sus venas

tendrían que amarrarse nuestras vidas.

Por esas manos, hijas de tus manos,

tendrían que matar las manos mías.

Por sus ojos abiertos en la tierra

veré en los tuyos lágrimas un día.

Yo no lo quiero, Amada.

Para que nada nos amarre que no nos una nada.

Ni la palabra que aromó tu boca,

ni lo que no dijeron las palabras.

Ni la fiesta de amor que no tuvimos,

ni tus sollozos junto a la ventana.

Amo el amor de los marineros que besan y se van.

Dejan una promesa. No vuelven nunca más.

En cada puerto una mujer espera: los marineros besan y se van.

Una noche se acuestan con la muerte en el lecho del mar.

Amo el amor que se reparte en besos, lecho y pan.

Amor que puede ser eterno y puede ser fugaz.

Amor que quiere libertarse para volver a amar.

Amor divinizado que se acerca Amor divinizado que se va.

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,

ya no se endulzará junto a ti mi dolor.

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada

y hacia donde camines llevarás mi dolor.

Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos

un recodo en la ruta donde el amor pasó.

Fui tuyo, fuiste mía. Tu serás del que te ame,

del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.

Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.

Desde tu corazón me dice adiós un niño.

Y yo le digo adiós.

Hay un poema que inevitablemente sale de este poeta, “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”. Este año lo reservé para presentarlo interpretado por un autor iberoamericano. La dulzura de su voz, la sencillez en la expresión, la intimidad de su tono le han valido más de diez millones de visitas en Youtube. Merece la pena escucharlo. (http://www.youtube.com/watch?v=8YFxgEp2O6c)

Y ya nos adentramos en el tramo final del acto. Francisco Trenas escogió un poema estudiado en clase, “Perdóname por ir así buscándote”: “…porque me siento identificado con el poema por como una persona le quiere demostrar a otra su valores más positivos y su verdadero ser. En mi caso como un grupo de amigos nos reunimos todas las semanas y entre todos aportamos nuestras virtudes y defectos y nos descubrimos como personas”.

Perdóname por ir así buscándote       

tan torpemente, dentro

de ti.
Perdóname el dolor alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en lo alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eres.

María Moral eligió el poema  «El enemigo» de Jose Hierro: “… pienso que es especial ya que nos advierte sobre las consecuencias que tiene el estar enamorado, y no solo nos habla de lo bonito que es el amor. Pienso que es bonito, pero como todo tiene sus consecuencias”.
Nos mira. Nos está acechando. Dentro
de ti, dentro de mí, nos mira. Clama
sin voz, a pleno corazón. Su llama
se ha encarnizado en nuestro oscuro centro.

Vive en nosotros. Quiere herirnos. Entro
dentro de ti. Aúlla, ruge, brama.
Huyo, y su negra sombra se derrama,
noche total que sale a nuestro encuentro.

Y crece sin parar. Nos arrebata
como a escamas de octubre el viento. Mata
más que el olvido. Abrasa con carbones
inextinguibles. Deja devastados
días de sueños. Malaventurados
los que le abrimos nuestros corazones.

Y Nuria Martos eligió  a un poeta que hace su aparición por primera vez en estos actos, Carlos de Ory con su poema “Dame”: “… porque me he sentido identificada y me ha transmitido mucho en pocos versos”

Dame algo más que silencio o dulzura
Algo que tengas y no sepas
No quiero regalos exquisitos
Dame una piedra

No te quedes quieto mirándome
como si quisieras decirme
que hay demasiadas cosas mudas
debajo de lo que se dice

Dame algo lento y delgado
como un cuchillo por la espalda
Y si no tienes nada que darme
¡dame todo lo que te falta!

Para finalizar el este evento de “Poesía en vena 2010” tenía preparado algo muy especial. A lo largo del acto, se fue notando el centenario de Miguel Hernández que hemos venido celebrando durante este año. No es para menos, uno de los más grandes poetas de nuestra literatura. Quería acabar el acto aprovechando la oportunidad que nos brinda para rendirle mi particular homenaje. Como es bueno tener amigos, me llevé a uno muy querido, a José Luis Moraño, joven violinista que dará que hablar, ya lo veréis; él nos acompañó con su violín en los compases de la que puede ser la mejor elegía que nunca se haya compuesto para llorar a un amigo. Resulta muy difícil pasear por ella sin que un nudo atenace la garganta. La

Elegía a Ramón Sijé.

En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las ladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

A todos los que habéis hecho posible esta reedición, a mis compañeros profesores, a los alumnos que han decidido participar, a quienes han prestado su tiempo y su dedicación para procurar el ambiente necesario, a Joaquín, por poner los cables en su sitio, a José Carlos por ocuparse del sonido, a vosotros, que diez minutos antes andabais pintando una pancarta para adornar la mesa y que saliera en la fotografía del Diario Córdoba –que no llegó a salir-, al equipo directivo con su colaboración y sus detalles para nuestros invitados, y, muy especialmente, a don José María de la Torre por su participación… a todos, este departamento de Lengua del IES El Tablero y yo, personalmente, os damos las gracias desde esta página.

José Carlos Aranda Aguilar. IES El Tablero. Diciembre 2010.

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
Esta entrada fue publicada en ACTOS. Guarda el enlace permanente.

35 respuestas a POESÍA EN VENA. 2010. IES EL TABLERO.

  1. Pingback: Los números de 2010 | Josecarlosarandalengua's Blog

  2. María Moral Manzano dijo:

    Buenas Jose Carlos. Quería dejar mi poema separado del de Nuria y dejar mi comentario con respecto a este poema que yo he elegido para el martes. He elegido «El enemigo» de Jose Hierro. Este poema pienso que es especial ya que nos advierte sobre las consecuencia que tiene el estar enamorado, y no solo nos habla de lo bonito que es el amor. Pienso que es bonito, pero como todo tiene sus consecuencias. Un abrazo.

    El enemigo

    Nos mira. Nos está acechando. Dentro
    de ti, dentro de mí, nos mira. Clama
    sin voz, a pleno corazón. Su llama
    se ha encarnizado en nuestro oscuro centro.

    Vive en nosotros. Quiere herirnos. Entro
    dentro de ti. Aúlla, ruge, brama.
    Huyo, y su negra sombra se derrama,
    noche total que sale a nuestro encuentro.

    Y crece sin parar. Nos arrebata
    como a escamas de octubre el viento. Mata
    más que el olvido. Abrasa con carbones
    inextinguibles. Deja devastados
    días de sueños. Malaventurados
    los que le abrimos nuestros corazones.

    Me gusta

  3. ¿Dónde estaría yo mientras tú andabas de exámenes (con acento por aquello de que es esdrújula ¿no?)? Sabes que es un poema por el que siento cierta debilidad, así que sea él y tú bienvenidos. Un abrazo. José Carlos Aranda.

    Me gusta

  4. Muchísimas gracias, Laura, por animarte a hacerte presente en el acto. El poema es precioso y amplía el espectro de la temática del recital. Nos vemos el lunes. Un abrazo. José Carlos Aranda.

    Me gusta

  5. FRANCISCO TRENAS dijo:

    Jose carlos ,ante todo perdón por la tardanza ,pero bien sabes que los examenes nos han tenido muy liados. En cuanto a este acto ,he querido coger este poema de Pedro Salinas titulado «Perdóname por ir así buscandote».He elegido este poema porque me siento identificado con el poema por como una persona le quiere demostrar a otra su valores mas positivos y su verdadero ser.En mi caso como un grupo de amigos nos reunimos todas las semanas y entre todos aportamos nuestras virtudes y defectos y nos descubrimos como personas. Un saludo ,nos vemos el lunes.

    Perdóname por ir así buscándote
    tan torpemente, dentro –
    de ti. –
    Perdóname el dolor alguna vez. –
    Es que quiero sacar 5
    de ti tu mejor tú. –
    Ese que no te viste y que yo veo, –
    nadador por tu fondo, preciosísimo. –
    Y cogerlo –
    y tenerlo yo en lo alto como tiene 10
    el árbol la luz última –
    que le ha encontrado al sol. –
    Y entonces tú –
    en su busca vendrías, a lo alto. –
    Para llegar a él 15
    subida sobre ti, como te quiero, –
    tocando ya tan sólo a tu pasado –
    con las puntas rosadas de tus pies, –
    en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo –
    de ti a ti misma. 20
    Y que a mi amor entonces le conteste –
    la nueva criatura que tú eres.

    Me gusta

  6. Laura Barros Ocaña dijo:

    Jose Carlos ya por fin te dejo el poema que voy a leer, aunque aún estoy dudando entre este y otro poema, ambos de Neruda, es que los dos tienen algo que me ha llamado la atención, los dos me han encantado cada uno a su manera, finalmente he escogido este, quizás porque el otro poema es mas conocido, más típico (No te quiero sino porque te quiero y de quererte a no quererte llego…) y a mi me gustan más las cosas desconocidas. El poema es Firewell, no me siento personalmente identificada con la tematica del poema ya que habla de un futuro hijo entre el poeta y la amada, simplemente ha sido de los pocos poemas que me ha trasmitido un gran sentimiento al leerlo, ya que a mi la poesia de nunca me ha llamado la atención, ahora me he dado cuenta de que puede transmitir mucho si te paras a comprenderla.

    Desde el fondo de ti, y arrodillado,
    un niño triste, como yo, nos mira.
    Por esa vida que arderá en sus venas
    tendrían que amarrarse nuestras vidas.
    Por esas manos, hijas de tus manos,
    tendrían que matar las manos mías.
    Por sus ojos abiertos en la tierra
    veré en los tuyos lágrimas un día.

    Yo no lo quiero, Amada.
    Para que nada nos amarre
    que no nos una nada.
    Ni la palabra que aromó tu boca,
    ni lo que no dijeron las palabras.
    Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
    ni tus sollozos junto a la ventana.

    Amo el amor de los marineros
    que besan y se van.
    Dejan una promesa.
    No vuelven nunca más.
    En cada puerto una mujer espera:
    los marineros besan y se van.
    Una noche se acuestan con la muerte
    en el lecho del mar.

    Amo el amor que se reparte
    en besos, lecho y pan.
    Amor que puede ser eterno
    y puede ser fugaz.
    Amor que quiere libertarse
    para volver a amar.
    Amor divinizado que se acerca
    Amor divinizado que se va.

    Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
    ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
    Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
    y hacia donde camines llevarás mi dolor.
    Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
    un recodo en la ruta donde el amor pasó.
    Fui tuyo, fuiste mía. Tu serás del que te ame,
    del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
    Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
    Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
    Desde tu corazón me dice adiós un niño.
    Y yo le digo adiós.

    Me gusta

  7. Gracias, Nuria, es justo lo que quería, saber lo que te había hecho sentir para transmitirlo así en tu presentación. Nos mueven las emociones, ¿verdad? Y como dice Natividad… Un abrazo y hasta mañana. José Carlos Aranda.

    Me gusta

  8. Alvaro Álvarez Lñopez dijo:

    Buenas Jose Carlos, al final me he animado a leer un poema en el acto de poesía en vena. Voy a leer un poema de Miguel Hernández, «ACEITUNEROS».
    Me he decantado a leer este poema porque es un canto que incita al cambio social cuando hay condiciones muy adversas, casi de esclavitud. Hoy día, que hay una profunda transformación social en Europa conviene recordar estos poemas del poeta del pueblo.
    También ha influido que este poema lo leía cuando era pequeño en la cama, cuando había tiempo para dedicarse a la lectura, mas allá de la obligatoria.
    Saludos

    ACEITUNEROS

    Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    decidme en el alma: ¿quién,
    quién levantó los olivos?

    No los levantó la nada,
    ni el dinero, ni el señor,
    sino la tierra callada,
    el trabajo y el sudor.

    Unidos al agua pura
    y a los planetas unidos,
    los tres dieron la hermosura
    de los troncos retorcidos.

    Levántate, olivo cano,
    dijeron al pie del viento.
    Y el olivo alzó una mano
    poderosa de cimiento.

    Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    decidme en el alma: ¿quién
    amamantó los olivos?

    Vuestra sangre, vuestra vida,
    no la del explotador
    que se enriqueció en la herida
    generosa del sudor.

    No la del terrateniente
    que os sepultó en la pobreza,
    que os pisoteó la frente,
    que os redujo la cabeza.

    Árboles que vuestro afán
    consagró al centro del día
    eran principio de un pan
    que sólo el otro comía.

    ¡Cuántos siglos de aceituna,
    los pies y las manos presos,
    sol a sol y luna a luna,
    pesan sobre vuestros huesos!

    Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    pregunta mi alma: ¿de quién,
    de quién son estos olivos?

    Jaén, levántate brava
    sobre tus piedras lunares,
    no vayas a ser esclava
    con todos tus olivares.

    Dentro de la claridad
    del aceite y sus aromas,
    indican tu libertad
    la libertad de tus lomas.

    Me gusta

  9. Pues claro, me gustaría que esto fuera un diálogo, y si lo mantenemos abierto todo el año, mejor que mejor. Gracias por dar esa pincelada. Un abrazo, Natividad.

    Me gusta

  10. Nuria dijo:

    No sabría explicarlo bien con palabras, nose la primera vez que lo vimos en clase me llegó y luego lo leí a parte, me recuerda a alguien que se encuentra locamente enamorado y no está totalmente seguro de ser correspondido, pues esta chica no le dice nada sólo existe el silencio y esto le hace desesperarse porque no llega a conocer realmente lo que siente la chica por él.. aunque muchas veces es cierto que las palabras no tienen porque decirlo todo. En fin es un poema que la gente debería conocer.

    Me gusta

  11. Natividad Molinero Torres dijo:

    No sé si debo responder pero, al leer tu comentario, he sentido un impulso incontenible de hacerlo. Las palabras nunca se quedan mudas, más bien las has encontrado. El poema refleja, tal vez, el sentimiento que has vivido en alguna ocasión, por eso te ha llenado y se ha apropiado de tu «dolor».
    Marta, tienes una sensibilidad exquisita para la poesía. Un beso

    Me gusta

  12. Gracias Nuria por acudir. Es un poema precioso. Trata de explicarme algo más tus sensaciones ante el poema. José Carlos Aranda.

    Me gusta

  13. Nuria Martos y María Moral Manzano dijo:

    Hola José Carlos, yo, Nuria he elegido el poema «Dame» de Carlos de Ory, porque me he sentido identificada y me ha transmitido mucho en pocos versos y Maria ha elegido » el enemigo» de José Hierro, porque le ha encantado la forma con la que describe el amor y las consecuencias que conlleva.

    Dame algo más que silencio o dulzura
    Algo que tengas y no sepas
    No quiero regalos exquisitos
    Dame una piedra

    No te quedes quieto mirándome
    como si quisieras decirme
    que hay demasiadas cosas mudas
    debajo de lo que se dice

    Dame algo lento y delgado
    como un cuchillo por la espalda
    Y si no tienes nada que darme
    ¡dame todo lo que te falta!

    El enemigo

    Nos mira. Nos está acechando. Dentro
    de ti, dentro de mí, nos mira. Clama
    sin voz, a pleno corazón. Su llama
    se ha encarnizado en nuestro oscuro centro.

    Vive en nosotros. Quiere herirnos. Entro
    dentro de ti. Aúlla, ruge, brama.
    Huyo, y su negra sombra se derrama,
    noche total que sale a nuestro encuentro.

    Y crece sin parar. Nos arrebata
    como a escamas de octubre el viento. Mata
    más que el olvido. Abrasa con carbones
    inextinguibles. Deja devastados
    días de sueños. Malaventurados
    los que le abrimos nuestros corazones.

    Me gusta

  14. Nuria Martos dijo:

    hola Jose Carlos,he elegido el poema «Dame» de Carlos de Ory, porque me he sentido identificada y me ha transmitido mucho en pocos versos.

    Dame algo más que silencio o dulzura
    Algo que tengas y no sepas
    No quiero regalos exquisitos
    Dame una piedra

    No te quedes quieto mirándome
    como si quisieras decirme
    que hay demasiadas cosas mudas
    debajo de lo que se dice

    Dame algo lento y delgado
    como un cuchillo por la espalda
    Y si no tienes nada que darme
    ¡dame todo lo que te falta!

    Me gusta

  15. ¡Me encanta teneros en la actividad! Nos vemos el lunes. Id preparándolo. Gracias. José Carlos Aranda

    Me gusta

  16. ¡Me encanta teneros en la actividad! No vemos el lunes. Id preparándolo. Gracias. José Carlos Aranda

    Me gusta

  17. Cynthia Cano y Beatriz Aragón dijo:

    José Carlos, hemos escogido el poema «Si el hombre pudiera decir lo que ama» de Luis Cernuda debido a que a ambas nos ha transmitido que el amor es la única verdad y libertad y que es lo único que da sentido a la vida. Creemos que sera interesante para que todo el mundo pueda apreciar el gran trabajo de este autor de este sentimiento.

    Si el hombre pudiera decir lo que ama,
    si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
    como una nube en la luz;
    si como muros que se derrumban,
    para saludar la verdad erguida en medio,
    pudiera derrumbar su cuerpo,
    dejando sólo la verdad de su amor,
    la verdad de sí mismo,
    que no se llama gloria, fortuna o ambición,
    sino amor o deseo,
    yo sería aquel que imaginaba;
    aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
    proclama ante los hombres la verdad ignorada,
    la verdad de su amor verdadero.

    Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
    cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
    alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
    por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
    y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
    como leños perdidos que el mar anega o levanta
    libremente, con la libertad del amor,
    la única libertad que me exalta,
    la única libertad por que muero.

    Tú justificas mi existencia:
    si no te conozco, no he vivido;
    si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

    Me gusta

  18. Beatriz, gracias por anticipado. No somos genios, ninguno. Todos tenemos que agradecer el que estés dispuesta a compartir con nosotros esos sentimientos y el que hagas el esfuerzo de ponerlo en palabras. Recuerda la frase de Séneca: «No es que no nos atrevamos porque las cosas sean difíciles; resultan difíciles porque no nos atrevemos». Ya te has atrevido. Enhorabuena, verás como te resulta fácil. Un abrazo.

    Me gusta

  19. Esa es la magia de la poesía. Me encanta que lo hayas descubierto tan pronto porque te acompañará el resto de tu vida. Un abrazo. Nos vemos mañana.

    Me gusta

  20. Beatriz Armenteros Luque dijo:

    Buenas noches José Carlos, yo estoy encantada de poder participar en el recital de poesía aunque no sé si tengo el suficiente talento como para hacerlo, pero me atreveré. El poema que yo voy a leer es de Felipe Benítez Reyes llamado ‘’collage rosas«, desde que lo leí me encanto en sus primeras líneas me da unas ganas de vivir de disfrutar cada momento como si fuera el ultimo, en cada palabra es una gran motivación para vivir.

    Apurar este día
    Como si fuese el último.
    Quemarlo
    Como el último cigarrillo que le queda al insomne
    Demorarlo en los labios
    Como la sílaba ultima de una fórmula mágica
    Que dependa de él – como esa moneda
    Que el suicida dudoso lanza al aire –
    El exacto sentido de la vida,
    Ese desorden
    De quimeras que mueren en las manos
    Como rosas pisadas,
    Sangrantes de color y aturdimiento.

    Me gusta

  21. Marta Córdoba dijo:

    José Carlos, a mi me gustaría leer un poema de Luis Alberto de Cuenca. Lo he escogido porque es un poema que descubrí hace poco y que cuando lo leí, tuve la sensación de que llevaba esperándome desde hace mucho tiempo. Sus palabras dejaron mudas las mías. Es asombrosa la manera de expresar con las palabras ese dolor tan intenso que te hace desesperar, cuando el amor ya se ha cansado de ti. Y así creo que Luis Alberto de Cuenca habla por todos, sabiendo transmitir esa sensación que alguna vez el amor nos hace sentir.

    De tanto amarte y tanto no quererte
    te has cansado de mí y de mis locuras
    y le has prendido fuego a nuestra historia.
    Tu ropa no perfuma ya la casa.
    No queda una palabra de cariño
    suspendida en el aire, ni una hebra
    de azabache en la almohada. Sólo flores
    secas entre las páginas del libro
    de nuestro amor, y cálices de angustia,
    y un delirio de sombras en la calle.

    Me gusta

  22. Gracias, Natividad, más porque sé el esfuerzo que realizas, el poema es precioso. Un abrazo.

    José Carlos Aranda.

    Me gusta

  23. Natividad Molinero Torres dijo:

    Jose Carlos:
    Yo he elegido un poema de Ricardo Molina ( el gran olvidado del Grupo Cántico), profesor de Instituto, como nosotros. En concreto es la elegía VI de «Elegías de Sandua». Como sabemos, Sandua era un viejo caserón de la sierra cordobesa y allí, entre el paisaje, Ricardo Molina nos canta a la vida, al amor y a la naturaleza.
    He elegido un texto que habla del amor, del primer amor ( a los quince años); es un texto de estilo sencillo pero elocuente y con mucha fuerza expresiva. Pienso que TODOS nos podemos ver reflejados en él porque….¿quién no ha sentido ese primer amor que tanto marca…..?
    ElegÍa vi – Poemas de Ricardo Molina

    Poemas » ricardo molina » elegia vi

    ElegÍa vi
    Te amé a los quince años. Tú tenias mi edad.
    Te amé en la sierra verde bajo un sol de domingo,
    cuando al volver de misa paseaba tu familia
    por la larga avenida de viejos eucaliptos.

    Te amé bajo los pinos de agujas amarillas,
    sobre la tierra ocre perfumada de menta.
    Te amé sobre las rocas tapizadas de musgo,
    sobre los prados verdes y las crujientes eras.

    Te amé. Te amé. Es cuanto puedo decir ahora,
    mas no recuerdo cuándo empezamos a amarnos.
    Todo empezó lo mismo que un claro día de junio
    sobre la tierra en flor teníamos quince años.

    ¿Sería, sin embargo, otoño, primavera
    o invierno? Ay, quién sabe cuál era la estación.
    ¿Te acuerdas tú? La Vida era un rosal al viento…
    Ven y dime en qué tiempo empezó nuestro amor.

    ¿Qué importa que los años nos hayan separado,
    qué importa si el recuerdo es lo mismo que un valle
    por el cual caminamos cantando, sonriendo
    y cogiendo sus flores de perfume inefable?

    Oh amada cuyo nombre lejano y melancólico
    mi corazón agita como el viento a los bosques,
    ven y dime aquel tiempo de pinos murmurantes,
    de arroyos, de montañas, de nubes y de amores.

    Ven y dime que tú también me amaste entonces
    en la sierra, en los pinos y en los negros ocasos.
    Oh, dime que me amaste cuando sobre la tierra
    ardiente y amarilla teníamos quince años.

    Me gusta

  24. No sé qué me gusta más, si el poema o tu comentario. Gracias por participar. Un abrazo, Julia.

    Me gusta

  25. Julia Herrera Isac dijo:

    José Carlos, el poema que me gustaría recitar es »Sobre el cuerpo de la luna» de Miguel Hernández. No sólo lo he escogido para conmemorar a este gran poeta con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010), sino que además, porque considero que el contenido de este poema, el amar lo inalcanzable o simplemente el tener fe en algo que se contradice a la razón, está vigente en nuestros días. A pesar de que no es un poema muy extenso, la cantidad de sentimientos que transmite por medio del ritmo y la musicalidad es delicioso, digno de hacerlo resaltar ante los demás.

    Sobre el cuerpo de la luna
    nadie pone su calor.
    Frente a frente sol y luna
    entre la luna y el sol
    que se buscan y no se hallan
    tú y yo.
    Pero por fin se hallarán
    nos hallaremos, amor,
    y el mundo será redondo
    hacia nuestro corazón.

    Me gusta

  26. Antonio, muchísimas gracias por tu participación. Tener entre nosotros a un poeta y cantautor es todo un lujo. Nos vemos mañana. Un abrazo.

    José Carlos Aranda.

    Me gusta

  27. antonio gonzález dijo:

    Hola,José Carlos…Para mí es un placer participar en este acto poético.De los poemas de mi cosecha me he decantado al final por uno de mi primera época,cuando aún era un joven universitario lector de Bécquer, Lorca y Neruda.No sé por qué, (con todos los poemas que tengo escritos), pero pensé en el público objetivo (jóvenes y adolescentes),y me dije «éste».Se titula «Amapola mía» y es un canto elegíaco a una hermosa flor que durante un paseo primaveral encontré tirada en el campo. Hablo en él de la fragilidad de la existencia y de la importancia de las cosas sencillas. Es un poema que por encima de todo busca la emoción, supeditando a ella el resto de parámetros lógicos de un poema como son el ritmo o la métrica. Puede parecerme hoy día un poema algo cursi (pues ahora cultivo un estilo poético más desnudo), pero sigue emocionándome como el primer día.Y creo que el fundamento último de un buen poema no es otro que emocionar a sus destinatarios.

    AMAPOLA MÍA

    En tu campo de florecientes entrañas
    estabas mudamente extendida
    contemplando el horizonte inmenso,
    tan lejos.

    Estabas yerta en un campo vivo
    pero tu aroma aún denotaba tu presencia
    porque el aroma pertenece a lo divino.

    Verte fue como ver el mar inmenso
    desatado entre olas de granito,
    como presenciar el fin de las cosas sencillas.

    ¡Qué bella estabas
    y qué bello era el rojo fulgor de tu mirada!

    Y pensar que el enemigo tuyo
    habita en el aire que a cada instante respiras.

    El viento puede arrojarte
    hacia la inmensidad de lo oscuro.
    El hombre puede tocarte
    con sus pies de cargado plomo.
    El animal que junto a ti transita
    puede resquebrajarte sin piedad alguna.

    Acechante están los lobos del día
    por impedir que tú vivas.

    Cuando te cogí, ¡que sí te cogí!
    aún estabas casi entera,
    aún conservabas el calor de tus espinas,
    aún pertenecías a la vida.

    Pero mis manos, carentes de poder curativo,
    no podían devolverte tu raíz desprendida,
    ni mi anhelo de poeta
    podía escribir algo más bello y tierno.

    Estabas como están los que atraviesan
    el oscuro túnel de la muerte,
    ensimismada y silenciosa
    frágil y tersa.

    ¿Quién sembró tanto dolor
    en tu corazón dormido,
    quién te arrancó del suelo,
    quién te cogió del campo florido?

    Aún conservo en mis manos
    la fragancia de tu último día viva
    y creo verte alzarte vertical,
    creo verte bella y altiva.

    Aunque sé que existen otras como tú
    que rezuman el aroma que tú describías
    nunca podré sentir por otra flor
    lo que por ti y por tu muerte yo sentía.

    Vive en mí,
    ¡amapola mía!

    Me gusta

  28. Sabes que me encanta Lorca, y éste poema tiene algo especial que tú has captado: dulzura, frialdad, misterio, ritmo. Allí te espero.

    Me gusta

  29. Paloma Membrillo dijo:

    Jose Carlos, he escogido el poema “Romance de la luna” de Federico García Lorca, que recitaré junto a María Zafra. Lo he elegido porque me encanta el diálogo entre la luna y el niño, ese interés del niño por protegerla y la indiferencia mostrada por la luna que, al final, se lleva al niño con ella. También, lo que me hizo distinguir este poema entre los demás fue su ritmo y sus versos en los que da la sensación de que se está cantando (el aire la vela, vela; el aire la está velando), la musicalidad del poema que está más marcada en algunos versos. Es un poema entrañable y que me trasmite dulzura.

    ROMANCE DE LA LUNA, LUNA

    La luna vino a la fragua
    con su polisón de nardos.
    El niño la mira, mira.
    El niño la está mirando.

    En el aire conmovido
    mueve la luna sus brazos
    y enseña, lúbrica y pura,
    sus senos de duro estaño.

    Huye luna, luna, luna.
    Si vinieran los gitanos,
    harían con tu corazón
    collares y anillos blancos.

    Niño, déjame que baile.
    Cuando vengan los gitanos,
    te encontrarán sobre el yunque
    con los ojillos cerrados.

    Huye luna, luna, luna,
    que ya siento sus caballos.

    Niño, déjame, no pises
    mi blancor almidonado.

    El jinete se acercaba
    tocando el tambor del llano.
    Dentro de la fragua el niño,
    tiene los ojos cerrados.

    Por el olivar venían,
    bronce y sueño, los gitanos.
    Las cabezas levantadas
    y los ojos entornados.

    Cómo canta la zumaya,
    ¡ay, cómo canta en el árbol!
    Por el cielo va la luna
    con un niño de la mano.

    Dentro de la fragua lloran,
    dando gritos, los gitanos.
    El aire la vela, vela.
    El aire la está velando

    Paloma Membrillo Ruiz

    Me gusta

  30. Belén García dijo:

    José Carlos voy a recitar el poema «Se querían » de Vicente Aleixandre. (No sé si ya está escogido).

    Poema existencial , metafísico y surrealista.
    Me encanta este poeta porque me eleva a un mundo mágico donde anidan las metáforas que transmiten sentimientos profundos. La palabra está viva porque es necesaria y porque siempre comunica lo que el poeta pretende.Me dejo acariciar por su pluma y contemplo ese universo onírico donde anida el amor.»El amor «para el poeta es un juego de contrarios. Es vida y muerte a la vez. El amor es la fuerza que nos une y nos separa a los seres humanos.Nos destruye y nos ampara.Nos alegra y nos oprime. Con un panteísmo pesimista el amante renace en la sangre de la persona amada. Con una maestría única se describe la relación amorosa de dos amantes ebrios de amor y el poeta nos implica y nos hace partícipes de ese amor cuando al final dice: «Se querían, sabedlo» .

    José Carlos incluye el poema y mi comentario en POESÍA EN VENA .Muchas gracias.

    SE QUERÍAN

    Se querían.
    Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
    labios saliendo de la noche dura,
    labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
    Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

    Se querían como las flores a las espinas hondas,
    a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
    cuando los rostros giran melancólicamente,
    giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

    Se querían de noche, cuando los perros hondos
    laten bajo la tierra y los valles se estiran
    como lomos arcaicos que se sienten repasados:
    caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

    Se querían de amor entre la madrugada,
    entre las duras piedras cerradas de la noche,
    duras como los cuerpos helados por las horas,
    duras como los besos de diente a diente solo.

    Se querían de día, playa que va creciendo,
    ondas que por los pies acarician los muslos,
    cuerpos que se levantan de la tierra y flotando…
    Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

    Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
    mar altísimo y joven, intimidad extensa,
    soledad de lo vivo, horizontes remotos
    ligados como cuerpos en soledad cantando.

    Amando. Se querían como la luna lúcida,
    como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
    dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
    donde los peces rojos van y vienen sin música.

    Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
    ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
    mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
    metal, música, labio, silencio, vegetal,
    mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

    Me gusta

  31. Gracias, Ángeles por colaborar en el acto. El poema elegido es precioso, uno de los más sugerentes de Benedetti. Creo que este año van ganando los autores hispanoamericanos. Un abrazo.

    Me gusta

  32. Ángeles Benítez dijo:

    NO TE RINDAS de Mario Benedetti

    Porque la vida puede tener muchas sombras, unas en nosotros mismos: por lo que nos da miedo afrontar, por los temores de no poder; otras que nos asaltan a veces en el camino: pequeñas o grandes decepciones, tristezas, pérdidas… Este poema nos recuerda la inmensa fuerza interior que podemos tener, que además se multiplica con el apoyo de los que nos quieren y así poder superar todo y disfrutar la vida. Por eso lo he elegido, por eso y porque Benedetti es uno de mis poetas favoritos.

    No te rindas, aun estás a tiempo
    de alcanzar y comenzar de nuevo,
    aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
    liberar el lastre, retomar el vuelo.

    No te rindas que la vida es eso,
    continuar el viaje,
    perseguir tus sueños,
    destrabar el tiempo,
    correr los escombros y destapar el cielo.

    No te rindas, por favor no cedas,
    aunque el frío queme,
    aunque el miedo muerda,
    aunque el sol se esconda y se calle el viento,
    aun hay fuego en tu alma,
    aun hay vida en tus sueños,
    porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
    porque lo has querido y porque te quiero.

    Porque existe el vino y el amor, es cierto,
    porque no hay heridas que no cure el tiempo,
    abrir las puertas quitar los cerrojos,
    abandonar las murallas que te protegieron.

    Vivir la vida y aceptar el reto,
    recuperar la risa, ensayar el canto,
    bajar la guardia y extender las manos,
    desplegar las alas e intentar de nuevo,
    celebrar la vida y retomar los cielos,

    No te rindas por favor no cedas,
    aunque el frío queme,
    aunque el miedo muerda,
    aunque el sol se ponga y se calle el viento,
    aun hay fuego en tu alma,
    aun hay vida en tus sueños,
    porque cada día es un comienzo,
    porque esta es la hora y el mejor momento,
    porque no estas sola/o,
    porque yo te quiero.

    Me gusta

  33. Muchísimas gracias por tu participación. Me encanta que Lorca vuelva entre nosotros y que lo haga de tu mano, con tu voz; y también Granada, de la que algún sufrimiento guardo preparando la tesis de mano de un granadino hoy ausente, José Andrés de Molina -también algún recuerdo entre atardeceres allá en el Generalife, pero eso no se cuenta-. Estás apuntada. Un abrazo.

    José Carlos Aranda.

    Me gusta

  34. Pilar Mota Espina dijo:

    Jose Carlos
    en esta 2º edición de POESÍA EN VENA ,mi elección se va a Lorca, con un poema castizo y entrañable a mi Granada, ciudad en la que viví parte de mi infancia y madurez. Mis lazos con ella son de amor ,de dolor y de trabajo incansable, pues allí me formé.

    GRANADA

    Granada, calle de Elvira,
    donde viven las manolas,
    las que se van a la Alhambra,
    las tres y las cuatro solas.
    Una vestida de verde,
    otra de malva, y la otra,
    un corselete escocés
    con cintas hasta la cola.

    Las que van delante, garzas
    la que va detrás, paloma,
    abren por las alamedas
    muselinas misteriosas.
    ¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
    ¿Adónde irán las manolas
    mientras sufren en la umbría
    el surtidor y la rosa?

    ¿Qué galanes las esperan?
    ¿Bajo qué mirto reposan?
    ¿Qué manos roban perfumes
    a sus dos flores redondas?

    Nadie va con ellas, nadie;
    dos garzas y una paloma.
    Pero en el mundo hay galanes
    que se tapan con las hojas.
    La catedral ha dejado
    bronces que la brisa toma;
    El Genil duerme a sus bueyes
    y el Dauro a sus mariposas.

    La noche viene cargada
    con sus colinas de sombra;
    una enseña los zapatos
    entre volantes de blonda;
    la mayor abre sus ojos
    y la menor los entorna.

    ¿Quién serán aquellas tres
    de alto pecho y larga cola?
    ¿Por qué agitan los pañuelos?
    ¿Adónde irán a estas horas?
    Granada, calle de Elvira,
    donde viven las manolas,
    las que se van a la Alhambra,
    las tres y las cuatro solas.

    Me gusta

  35. María Ruiz Varo:

    Jose Carlos me gustaría leer »Y uno aprende» de Borges , me transmite fuerza y superación ,de mejorar con el tiempo al adquirir experiencia , con un vocabulario sencillo es capaz de mostrarnos la realidad.La reflexión final que yo obtengo es que no importa las veces que te caigas si consigues aprender y levantarte.

    Después de un tiempo,
    uno aprende la sutil diferencia
    entre sostener una mano
    y encadenar un alma,
    y uno aprende que el amor
    no significa acostarse
    y una compañía no significa seguridad
    y uno empieza a aprender.
    Que los besos no son contratos
    y los regalos no son promesas
    y uno empieza a aceptar sus derrotas
    con la cabeza alta y los ojos abiertos
    y uno aprende a construir
    todos sus caminos en el hoy,
    porque el terreno de mañana
    es demasiado inseguro para planes…
    y los futuros tienen una forma de
    caerse en la mitad.
    Y después de un tiempo
    uno aprende que si es demasiado,
    hasta el calorcito del sol quema.
    Así que uno planta su propio jardín
    y decora su propia alma, en lugar
    de esperar a que alguien le traiga flores.
    Y uno aprende que realmente puede aguantar,
    que uno realmente es fuerte,
    que uno realmente vale,
    y uno aprende y aprende…
    y con cada día uno aprende.

    Jorge Luis Borges

    Me gusta

Deja un comentario