LOS PROFESORES Y FACEBOOK. TEMA DE REFLEXIÓN.

LOS PROFESORES Y FACEBOOK. TEMA DE REFLEXIÓN:

Las herramientas ni son buenas ni son malas en sí mismas, depende del uso que hagamos de ellas. En una época en la que Internet forma ya parte de nuestras vidas, también es lógico que se incorpore a la relación alumno-profesor; pero parece que el uso no siempre es el adecuado o, al menos, eso se desprende de este artículo que me envía el doctor Juan Luis Sevilla, hombre comprometido con la labor educativa en la Facultad de Derecho y que me honra con su amistad a pesar de haber sido alumno del que suscribe hace más de veinte años.

No pretendo expresar una opinión cerrada al respecto porque, aunque uso la Red para comunicarme con mis alumnos -este blog es una buena muestra de ello- no comparto los usos descritos en este artículo. Para empezar, no pertenezco ni a Facebook ni a ninguna otra red social, y, para seguir, creo que lo mejor que puedo ser es «profesor» de mis alumnos: amigos ya tienen bastantes y la edad y la diferencia de funciones que desempañamos en la relación entiendo que impiden un trato de confianza en la inmediatez. Con el tiempo, como me ocurrió con el remitente de este artículo, puede que la relación acabe siendo personal y de amistad. Cuando eso sucede, es maravilloso.

Introduzco, pues, este artículo en el blog como motivo de reflexión. Me gustaría que comentarais vuestra opinión al respecto. El tema bien merece un comentario de opinión como los que se aplican en Selectividad:

¿Profesor o amigo? El desafío de Facebook

Massimo Borghesi, 21/02/2011

La relación «virtual» entre profesores y alumnos en Facebook, ¿sirve para motivar el interés escolar de los chicos o más bien para confundir los roles de cada uno, en una ambigua identificación entre profesor y amigo? Este tema, tratado en el periódico de la izquierda francesa Liberation, ha tenido eco estos días en varias columnas del Corriere della Sera.

Una investigación realizada por el portal skuola.net con una muestra de mil estudiantes concluye que el 8% de los encuestados se relaciona con sus profesores a través de Facebook. ¿Cómo se puede valorar este tipo de contactos, cada vez más frecuentes, en el mundo de las redes sociales? Las opiniones al respecto son de lo más diverso.

Muchos critican estos contactos «virtuales» porque podrían generar preferencias en la relación entre profesores y alumnos al desaparecer la imparcialidad del juicio y dar paso a una cercanía que, vista desde fuera, puede parecer sospechosa. La relación debe ser con todos o con ninguno. Por otra parte, el profesor no debe ser «amigo» de sus alumnos, debe ser su profesor, y basta; maestro, no colega. El profesor «amigo» reproduce el equívoco del padre «amigo» de sus hijos, aquél que renuncia a ser autoridad por la ilusión de ser joven entre los jóvenes, simpático, atractivo. El vínculo creado en Facebook enfatizaría así un narcisismo rampante, hedonista, una homologación en los gustos y preferencias. Las consecuencias serían una renuncia al respeto, que exige distancia, a la separación de roles, a la obligación de situarse como modelo y no como igual. Preocupaciones que, visto el comportamiento de ciertos profesores en Facebook, no son del todo infundadas.

El profesor que, en su lenguaje y en sus modos, juega a ser un chaval no se hace amigo de sus alumnos, sólo pierde su credibilidad y su estima. En algunos casos se han tomado medidas drásticas. Como en Estados Unidos, en Virginia, donde se está preparando la votación de un documento que recomienda a los profesores que eviten tener contacto con sus alumnos a través de internet. Una solución radical que elimina posibles distorsiones pero también todo lo que tiene de positivo la platea de Facebook.

Paolo Di Stefano escribe en el Corriere: «En el fondo, no hay nada más parecido a una clase escolar que una red social. No en vano, Facebook nació precisamente en el ámbito de los college americanos para simplificar la comunicación interna en el campus». Es verdad que conlleva un riesgo, más grave aún que el amiguismo narcisista: que el diálogo nade en el vacío del ciberespacio para interrumpirse después en la realidad escolar cotidiana. Como observa Giuseppe Bertagna, profesor ordinario de Pedagogía en la Universidad de Bergamo, es bueno que los profesores «hablen con sus alumnos, que construyan una escuela que no sea distante ni burocrática, en vez de hacerse confidencias a distancia. El problema es que se hacen amigos en Facebook sólo para tener una coartada que les permita estar al tanto de lo que sucede en clase. Pero la educación necesita inflexiones de voz, movimiento de manos, ceños fruncidos». Así es. La educación se fundamenta en una relación personal, directa y no virtual, entre un profesor que no renuncia a ser maestro y un alumno que no se niega a ser discípulo. Ninguna escuela (o universidad) a distancia podrá eliminar la importancia de esta «fisicidad», de esta relación intersubjetiva y concreta.

Es más; llegados a este punto, ¿quién puede negar, como escribe Di Stefano, «que la ventana de internet no pueda abrir puertas más grandes, face to face, para una comunicación sana entre maestro y alumno?». Si el portal del profesor no es un lugar -como suele suceder- dedicado a los chismes y confesiones íntimas, sino de intercambio ideal con colegas y amigos, si es el ámbito en que se comparten artículos, ensayos, temas de actualidad, ponencias, exposiciones, explicaciones de argumentos desarrollados en clase, ¿por qué de algo así deberían quedar excluidos los alumnos? Si fuera así, nos encontraríamos con la paradoja de un profesor que comparte los resultados de sus reflexiones potencialmente con todos excepto con sus propios alumnos, con aquellos con los que precisamente tiene la responsabilidad ideal y educativa más grande.

Se trata, naturalmente, de elecciones libres. No todos tienen los mismos intereses ni las mismas motivaciones. Por eso, los profesores que utilizan Facebook como un espacio esencialmente privado, como un lugar de relax y ocio, tal vez deberían prohibir el acceso a su perfil a sus alumnos, pues en este caso la relación no sería de ninguna ayuda y sólo contribuiría a confundir los roles. Es diferente el caso de aquellos para los que las redes sociales resultan una ventana abierta al mundo, un lugar de intercambio de ideas y de conocimientos que pueden convertirse en algo no sólo «virtual». Aquí se abre la posibilidad de un nuevo areópago, de un encuentro ideal entre alumnos y profesores que amplía, con formas nuevas y originales, la realidad del horario escolar.

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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6 respuestas a LOS PROFESORES Y FACEBOOK. TEMA DE REFLEXIÓN.

  1. Me parece una magnífica reflexión donde aportas grandes verdades sobre la carga social que trata de volcarse sobre el maestro y el profesor. No puedo estar más de acuerdo. Solo disiento en que no somos solo «instruimos», el hecho de educar es inherente a la profesión, y educamos a través de nuestros actos y desde la disciplina en la que cada cual instruye. Educamos desde la puntualidad o el tono, el diálogo en clase o la pulcritud, educamos mientras respiramos y, querámoslo o no, somo referentes en ideas y conductas. Otra cosa, como muy bien dices, es que se confunda lo esencial con lo accesorio y aquí haya que ser y se nos exija ser «sacerdotes» educadores, psicólogos, pedagogos y asistentes sociales cuando hemos estudiado, simplemente, literatura o matemáticas. Y no deja de ser curioso, también, el que la sociedad se crea con derecho a exigir o imponer determinadas conductas por el hecho de pertenecer a este gremio. Muy interesante aportación. Gracias.

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  2. Luciole dijo:

    La pregunta que me surge ante estas reflexiones es la siguiente ¿no es «el profesor» persona, ciudadano, hijo de vecino, luego de su jornada de trabajo?. Si bien es cierto que la polémica gira en torno a la necesidad de proteger a los jóvenes, no es menos cierto que «el profesor» no es esclavo de su profesión. A ningún dentista, veterinario, abogado, arquitecto u otro, se atreverían a vedarle tal libertad (hablar con sus clientes) fuera de sus horas de trabajo. La respuesta obvia es que «ellos no forman personas», pues los profesores tampoco, es la familia la que moldea al sujeto, el profesor instruye, que es distinto. Sin embargo se insiste en colocar sobre sus hombros una carga social imposible de llevar. No ha hecho «votos» que lo obliguen las 24 horas del día a una suerte de «sacerdocio», con estándares que condicionen su vida, en cuanto a derecho.
    Sólo creo que NADIE debería coartar la libertad de cada uno de relacionarse con quien quiera, a la hora que quiera, o participar de lo que quiera, fuera de su horario laboral. En EEUU la escalada de delitos y violencia justifica una ley (Missouri), como toda ley, en resguardo del bienestar social y la protección del indefenso. Somos los padres los que debemos custodiar a nuestros hijos, a cualquier costo.
    El profesor no es un apóstol, y tiene los mismos derechos que cualquier otro profesional.

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  3. Gracias por la aportación. La página ofrece importantes consejos para quienes decidan usar redes sociales en clase, aunque personalmente no comparto la recomendación.
    José Carlos Aranda

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  4. Hola, aquí dejo un post muy interesante sobre este tema: Las Mejores Prácticas para los Educadores en Facebook: http://publicidad-en-facebook.com/blog/13-las-mejores-practicas-para-los-educadores-en-facebook

    saludos

    Luis Manuel Mazorra

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  5. Estoy de acuerdo. Se trata de una herramienta, la clave está en el uso que se haga de ella, en saber poner límites adecuados. Gracias por la intervención. José Carlos Aranda.

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  6. Teresa dijo:

    La utilización de las redes sociales por parte de los profesores requiere una total separación entre el ámbito público y el privado, ambos no pueden, ni deben ser mezclados. La tarea del profesor debe ser educadora y formadora y cualquer medio que lo haga posible es bienvenido, pero se deben tener muy claros los límites.

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