COMENTARIO DE TEXTO: SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR. MIGUEL DE UNAMUNO. CAPÍTULO 8: RESUMEN, ESTRUCTURA, TEMA Y COMENTARIO DE OPINIÓN (MODELO SELECTIVIDAD ANDALUCÍA)

COMENTARIO DE TEXTO: SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR. MIGUEL DE UNAMUNO. CAPÍTULO 8: RESUMEN, ESTRUCTURA, TEMA Y COMENTARIO DE OPINIÓN (MODELO SELECTIVIDAD ANDALUCÍA).

INTRODUCCIÓN:

No existe una solución única para la resolución correcta de las preguntas de cometario. Para su elaboración debemos tener en cuenta los criterios dados desde Coordinación. Son públicos y están a disposición de todos los centros y los vocales que asisten a las pruebas. A continuación, desarrollamos un modelo de realización correcta de la prueba. En cuanto al comentario crítico, esbozaremos algunas ideas vinculadas con el contenido que podrían servirnos de base y que deberían ser ampliadas. Para la organización de contenidos y elaboración del comentario crítico, aconsejamos la lectura del apartado correspondiente a «Comentario de opinión» en <em>Cómo se hace un comentario de texto, Berenice, 2009 (3ª ed.).

SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR, DON MIGUEL DE UNAMUNO

COMENTARIO DE TEXTO, CAPÍTULO 8:

“Con aquella su constante actividad, con aquel mezclarse en las tareas y en las diversiones de todos, parecía querer huir de sí mismo, querer huir de su soledad. “Le temo a la soledad”, repetía. Mas aun así, de cuando en cuando se iba solo, orilla del lago, a las ruinas de aquella vieja abadía donde aún parecen reposar las almas de los piadosos cirtercienses a quienes ha sepultado en el olvido la Historia. Allí está la celda del llamado Padre Capitán, y en sus paredes se dice que aún quedan señales de las gotas de sangre con que las salpicó al mortificarse. ¿Qué pensaría allí nuestro don Manuel? Lo que sí recuerdo es que como una vez, hablando de la abadía, le preguntase yo cómo era que no se le había ocurrido ir al claustro, me contestó:

-No es sobre todo porque tenga, como tengo, mi hermana viuda y mi sobrino a quienes sostener, que Dios ayuda a sus pobres, sino porque yo no nací para ermitaño, para anacoreta; la soledad me mataría el alma, y en cuanto a un monasterio, mi monasterio es Valverde de Lucerna. Yo no debo vivir solo; yo no debo morir solo. Debo vivir para mi pueblo, morir para mi pueblo.. ¿Cómo voy a salvar mi alma si no salvo la de mi pueblo?

-Pero es que ha habido santos ermitaños, solitarios… -le dije.

-Sí, a ellos les dio el Señor la gracia de soledad que a mí me ha negado, y tengo que resignarme. Yo no puedo perder a mi pueblo para ganarme el alma. Así me ha hecho Dios. Yo no podría soportar las tentaciones del desierto. Yo no podría llevar solo la cruz del nacimiento.”

RESUMEN:

San Manuel multiplicaba su actividad como queriendo huir de sí mismo. Pero, a veces, se iba solo a orillas del lago, a las ruinas de la vieja abadía. Ante la pregunta de si no se planteó la vida monacal, responde que no fue por ocuparse de su familia sino porque no soportaba la soledad; no podía vivir solo ni morir solo. Su monasterio es el pueblo y la salvación de sus gentes está la salvación de su alma. Aunque se pueda ser santo en soledad, a él Dios no le había concedido esta gracia.

ESQUEMA:

El texto aparece estructurado en dos partes: una narrativa y otra dialogada. El esquema de organización de contenidos podría ser el siguiente:

  1. PARTE NARRATIVA:

………………..1.1 Don Manuel huye de la soledad multiplicando su actividad

………………..1.2 <pero> a veces busca la soledad en la abadía, junto al lago.

………………..1.3 ¿Por qué no buscó la santidad en la vida eremítica?

……….2. PARTE DIALOGADA:

………………..2.1 Reconocimiento de no poder asumir la vida ni la muerte en soledad.

………………..2.2 Afirmación de la aldea como su monasterio -su misión-.

………………..2.3 <porque> Dios no le ha concedido la gracia de la soledad.

La parte narrativa pone de manifiesto la contradicción entre el afán de hacer y los paseos en soledad de don Manuel. A través del diálogo se nos dan las claves del personaje.

TEMA:

La angustia de la propia soledad.

COMENTARIO DE MADUREZ:

El texto nos introduce en una interrogante sobre la actitud vital del protagonista en ese acercamiento progresivo que Ángela realiza sobre el secreto de don Manuel: su ausencia de fe. Ante la contradicción entre su frenética actividad y sus paseos en soledad, se cuestiona cómo no se planteó la vida eremítica en su camino hacia la santidad; pero la respuesta de don Manuel confirma que necesita la actividad y poner como objetivo de su ministerio la salvación de los demás para lograr la propia salvación. Entiende la capacidad de estar solo como una gracia divina que no le ha sido concedida. El texto nos proporciona tres claves básicas del personaje: la primera que Dios no le ha otorgado la gracia de la soledad; la segunda, que su monasterio, su camino hacia la santidad, es la propia aldea; y, la tercera, que sobre él y a través de sus actos, ejerce su ministerio. Hasta aquí todas las claves son ortodoxas. Pero aparecen, además otras dos claves detrás de esa cortina de humo tan correcta en el magisterio de la Iglesia: no aceptar la muerte en soledad, es decir, el miedo a la muerte; y la envidia de aquellos que se bastan a sí mismos, los ermitaños, en su camino hacia la salvación.

Son varios los temas que Unamuno plantea, pues, a través de este diálogo. Y quizás el más importante sea el tema de la soledad. Decía Antonio Machado “converso con ese hombre que siempre va conmigo /-quien habla solo, espera hablar a Dios un día-”, y, en efecto, a la soledad no puedes llevar sino lo que va contigo, lo que llevas dentro. ¿Y si lo que llevas dentro es la duda agónica? La soledad solo implicaría sufrimiento. Unamuno supera a través de su obra la dicotomía medieval que enfrentaba la razón y la fe. Lo que nuestra mente es capaz de racionalizar y aceptar como cierto a través de la experiencia palpable y aquello que aceptamos sin tener prueba empírica. Y lo supera introduciendo un tercer elemento inherente al propio ser humano: el sentimiento.

Hay en todos nosotros una ansiedad –sentimiento-, una sed de eternidad. Pero la puerta hacia la eternidad es Dios y el creer en Dios es un acto de fe. La angustia se produce en esa tensión, en esa lucha que ejerce nuestra voluntad por creer y lograr una proyección individualizada hacia el infinito, y la evidencia de la razón incapaz de aportar pruebas que secunden lo que el corazón necesita para alcanzar la tranquilidad. Entre la fe –afirmación ciega- y la razón atada a la evidencia, está el sentimiento del corazón humano que guía nuestros pasos continuamente. Cuando la duda no está resuelta, vives en la agonía, en la anticipación de la finitud de la muerte.

El siguiente problema es que la fe no es una conquista personal, es algo que se tiene o no se tiene, es un don que Dios concede arbitrariamente. Por eso, don Manuel, en el texto, traslada esa prerrogativa a la capacidad de estar solo. Aquel cuya fe acredita la eternidad, no tiene por qué sufrir, porque Dios actúa como principio organizador del universo, todo adquiere sentido en esta clave interpretativa: los buenos actos son premiados, los malos castigados, nuestros actos se encaminan hacia el juicio, la muerte es una puerta hacia el infinito.

Pero ante la duda, solo queda la supervivencia, y para sobrevivir, paliar esa angustia aplicando mecanismos de evasión. Entre ellos, el más importante, construir el ser a partir del hacer. Dicho de otro modo, soy lo que hago. Multiplicamos las acciones volcándonos en el mundo exterior, en el caso de don Manuel, en los demás porque cabe otra posibilidad que nos da el propio Unamuno, el que quizás solo alcance la eternidad quien luche por ella y sea capaz de concebirse como tal. Su eternidad, la eternidad de sus aldeanos salvados por su fe en su sencillez sin dudas, y a través del amor, sería una garantía de la propia eternidad, una forma de alcanzar el “ser” imposible de concebir sin la fe en Dios. Por eso, ese es su ministerio, debe salvarlos para salvar su propia alma.

El mundo actual nos proporciona un sinfín de mecanismos evasivos que nos permiten sobrevivir sin pensar en una sucesión continua de imágenes y sonidos, de forma pasiva –como la televisión- o de forma activa –videojuegos, Internet, etc.-, y esta evasión en compañía virtual e inútil resulta el gran descubrimiento de nuestro tiempo. Hemos creado una sociedad en la que lo habitual es “no pensar”. Sin embargo, poco ha cambiado la cuestión desde que Unamuno escribiera la obra. La muerte es inevitable, y cuando te asomas a esta realidad solo puedes sentir vértigo y buscar tu postura personal ante el gran misterio de lo que nos espera más allá.

José Carlos Aranda

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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13 respuestas a COMENTARIO DE TEXTO: SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR. MIGUEL DE UNAMUNO. CAPÍTULO 8: RESUMEN, ESTRUCTURA, TEMA Y COMENTARIO DE OPINIÓN (MODELO SELECTIVIDAD ANDALUCÍA)

  1. Pingback: San Manuel Bueno, mártir | lenguasinplan

  2. Como las dos preguntas van referidas al mismo libro, me gustaría que leyeras esta entrada http://wp.me/pTRlh-s, ahí encontrarás las claves básicas de comentario para la obra. Lo que no te quede claro, pregúntamelo, ¿vale?

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  3. Y de el fragmento »Él me hizo un hombre nuevo, un verdadero Lázaro, un resucitado -me decía-. Él me dio la fe» ..?????

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  4. Cuales son las ideas contenidas en el fragmento »Yo no debo vivir solo; yo no debo morir solo. Debo vivir para mi pueblo, morir para mi pueblo. ¿Cómo voy a salvar mi alma si no salvo la de mi pueblo?»

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  5. maria dijo:

    podria resolver el fragmento de texto de san manuel de selectividad andalucia junio 2012 gracias

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  6. Pingback: Guía de lectura de San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno | Tranquilación

  7. El fragmento es muy corto para hablar de partes. En este caso, lo aconsejable es seguir la estructura externa. Se trata de un diálogo entre dos interlocutores estructurado en dos fases (preguntas y respuestas)

    1) Lázaro exige la verdad
    ……1.1.[pero] Don Manuel niega que su verdad pueda ser divulgada.
    ……1.2.[porque] Solo traería angustia a los demás.
    2) Lázaro pregunta el porqué de esta revelación a él.
    ……2.1.[porque] Necesita comunicárselo a alguien.
    ……2.2.[pero] No puede hacerlo a todos sin condenarlos al sufrimiento de enfrentarse a su propia muerte.
    ……2.3.[por lo tanto] Toda religión es buena.
    3) Si vive para la felicidad de los demás, no puede decir su verdad.

    Las preguntas de Lázaro funcionan a modo de interrogaciones retóricas que nos permiten comprender las claves de conducta del personaje central, don Manuel. A través de las respuestas justifica su forma de actuar.

    Espero que te sirva de ayuda.
    José Carlos Aranda

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  8. Patricia dijo:

    ¡Hola! ¿Me podría ayudar y aconsejar sobre como se dividiría en partes el fragmento de una conversación que tiene Lázaro con su hermana, en el libro de «San Manuel Bueno Mártir»?
    El fragmento seleccionado es el siguiente:
    (…) Y no me olvidaré jamás del día en que diciéndole yo: «Pero, Don Manuel, la verdad, la verdad ante todo», él, temblando, me susurró al oído -y eso que estábamos solos en medio del campo-: «¿La verdad? La verdad, Lázaro, es acaso algo terrible, algo intolerable, algo mortal; la gente sencilla no podría vivir con ella». «¿Y por qué me la deja entrever ahora aquí, como en confesión?», le dije. Y él: «Por que si no, me atormentaría tanto, tanto, que acabaría gritándola en medio de la plaza, y eso jamás, jamás, jamás. Yo estoy para hacer vivir a las almas de mis feligreses, para hacerles felices, para hacerles que se sueñen inmortales y no para matarles. Lo que aquí hace falta es que vivan sanamente, que vivan en unanimidad de sentido, y con la verdad, con mi verdad, no vivirían. Y esto hace la Iglesia, hacerlos vivir. ¿Religión verdadera? Todas la religiones son verdaderas en cuanto hacen vivir espiritualmente a los pueblos que las profesan, en cuanto las consuelan de haber tenido que nacer para morir, y para cada pueblo la religión más verdadera es la tuya, la que ha hecho. ¿Y la mía? La mía es consolarme en consolar a los demás, aunque el consuelo que les doy no sea el mío». Jamás olvidaré estas sus palabras.

    Muchas gracias por su ayuda.

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  9. Te puedo dar alguna idea para ayudarte en el desarrollo. En el texto, don Manuel habla con Lázaro y le revela su secreto: él no tiene fe. Sin embargo ha decidido actuar para mantener la fe en el pueblo. Ideas clave son que él cree que la gente sencilla no podría vivir en el conocimiento de su finitud; en la certeza de que no hay un más allá, ¿qué sentido tendría la vida? Se plantea aquí la perspectiva de Lázaro que cree en la verdad como algo absoluto e incuesionable, frente a don Manuel que considera la verdad como algo subjetivo («su verdad») y pragmático. Lo importante no es qué es o no verdad, sino qué hacer con ella. Se plantean cuestiones de índole ética y moral -un sacerdote ejerciendo su ministerio sin fe es una contradicción- y otras de índole práctica -si no puedo sostener la bombona sobre mi hombro y, para aliviarme, la descargo sobre la espalda de mi hijo de cuatro años, sé dos cosas: la primera, la bombona seguirá ahí, no he logrado solucionar el problema de su traslado, tendré que volverla a coger; y, la más importante, habré destrozado a mi hijo que ni tiene fuerza ni peso para soportar lo que he descargado sobre él-. Don Manuel, y a través de él Unamuno, nos está diciendo que debemos ser prácticos y actuar no en función de lo que a nosotros nos alivia -gritar su secreto en la plaza-, sino en función de lo que a los demás ayuda o hace más felices. Entiende que las mentes simples -como el niño- no soportaría el peso de la angustia vital que a él le supone la falta de fe, entiende que la vida eterna evita esa angustia. Mejor dejarlos que crean. En otro capítulo nos dice que hay dos tipos de hombres nefastos para la humanidad: el primero, el que teniendo fe se empeña en obligar a los demás a renunciar a la alegría de vivir por la vida del más allá; el segundo, el que no teniéndola, se empeña en obligar a los demás a renunciar al consuelo de pensar en la vida del más allá. Unamuno nos plantea así tres dilemas existenciales: 1) ¿Existe Dios? 2) ¿Qué siento como ser humano ante aquello que creo? 3) ¿Qué debo hacer con mi verdad? Cada uno deberá reesolverlos para sí mismo, pero observa cómo cada pregunta que respondas, planteará a su vez nuevas interrogantes.

    Ánimo y a pensar se ha dicho.
    José Carlos Aranda

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  10. Mari Loli dijo:

    Hola, me podría ayudar a hacer un comentario crítico sobre un fragmento de una conversación entre Lázaro y su hermana?
    El fragmento comienza en (…) Y no me olvidaré jamás del día en que diciéndole yo…hasta «Jamás olvidaré estas sus palabras».
    Muchas Gracias.

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  11. Pingback: SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR. Miguel de Unamuno (RESUMEN DE LA OBRA) | Josecarlosarandalengua's Blog

  12. Lo siento, en este caso no puedo ayudar. No obstante, dejo tu pregunta en el blog por si algún visitante quiere responderla. Hasta pronto.
    José Carlos Aranda

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  13. Ana Gómez Lucena dijo:

    Hola. me podrias decir otra obra que enfoque el mismo tema de este fragmento de otro autor de la misma época? MUCHAS GRACIAS HACE DE GRAN AYUDA ESTAS ENTRADAS ENHORABUENA.

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