BASTARDOS. Enrique Vila. Córdoba, Arcopress, 2010.
El subtítulo añade «Una experiencia personal y profesional sobre madres e hijos que se buscan».
Me llegó el libro a través de un amigo que me comentó el interés del tema que trataba, el de hijos que buscan sus orígenes, que tratan de localizar a sus madres que los abandonaron al nacer; de casos en los que se ha logrado este contacto y de la recreación de la historia que dio lugar al embarazo y el abandono de los hijos. Además del tema, que de por sí es interesante, hay otro factor que abunda en el interés de la obra: el autor. Nunca había oído hablar de Enrique Vila, se trata de un abogado valenciano, «bastardo», abandonado en la casa cuna de Santa Isabel de Valencia en 1965. Fue adoptado y estudió Derecho. Hoy ejerce como abogado y se ha especializado en casos como el suyo, en personas que quieren conocer sus orígenes, a realizar las investigaciones oportunas y defender sus derechos ante los tribunales. Esta labor le ha llevado a comprometerse cada vez más con organizaciones que se dedican a esta labor. Para no ahondar más en esta faceta, os dejo una dirección donde podréis ampliar la información si os interesa: http://bufetevila.blogspot.com/
El libro nos relata casos reales que han podido ser resueltos. El autor ha novelado en tercera persona estas historias y nos ha conducido desde los prolegómenos y el instante de la concepción, hasta el momento del reencuentro años después. Finaliza el libro con un anecdotario de los casos tratados que resultaron fraudes más o menos irrisorios.
El libro no me ha gustado por la redacción y el enfoque de los temas. La redacción adolece de un estilo pobre y reiterativo, en especial me resulta difícil el abuso de la anteposición de adjetivos y el mal uso -quizás por influencia del lenguaje jurídico- de los gerundios usados con valor de futuro. En cuanto al enfoque, el narrador en tercera persona juzga y justifica continuamente épocas y personajes de forma, a mi juicio, excesiva en un relato novelado. Tampoco me ha gustado, por innecesario, el sexo explícito que el propio autor explica en la introducción como una necesidad que no aprecio.
Tiene de positivo el libro el acercamiento, desde la experiencia propia y profesional, a un tema tan controvertido y duro en la realidad social. Si nos atenemos a los hechos en sí, resulta un magnífico punto de partida para la reflexión acerca de experiencias tan duras y sobre la necesidad de un tratamiento legal lógico donde prime el derecho de un hijo a conocer sus orígenes por encima del derecho a la privacidad de los datos, cuando quien trata de indagar sobre ellos es alguien con un interés legítimo y existen claros indicios de autenticidad en sus pretensiones.
No deja de ser ejemplarizante el valor de estas madres que asumieron traer a su hijo al mundo a pesar de todo, a pesar de las circunstancias en que fueron concebidos -algunas de una dureza brutal-, de la época, de sus miedos… Ejemplarizantes porque optaron por la vida y la renuncia antes que por la muerte. También en el libro tenemos la fuerza de la gratitud, el amor y el perdón que, en muchos casos -al menos en los que recoge la obra-, mueve a los hijos hacia esas madres que en su día decidieron transmitirles la vida.
Quiero acabar felicitando a D. Enrique Vila por su labor y, muy especialmente por su vida; y agradecerle el que haya compartido experiencias tan personales con todos sus lectores que nos permitan acercarnos a ese laberinto vital de quien vive buscando claves de su propia existencia que le han sido vedadas.
José Carlos Aranda Aguilar
Tu comentario ha sido censurado, igual que mi entrada. Me pondré en contacto con el administrador, si logro averiguar cómo se hace, para que me den una explicación. Gracias y un abrazo. José Carlos Aranda.
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No podía esperar a intercambiar pareceres contigo acerca de BASTARDOS. Qué lástima que un tema tan sensible que debería estar escrito con el corazón, lo esté directamente con los genitales. Llevo avanzada su lectura porque, como sabes, las historias me son especialmente cercanas, pero no entiendo el porqué de esos relatos eróticos más bien vulgares, casi pornográficos, acaparando una serie de realidades donde lo que importa de verdad es la ausencia de la verdadera madre.
Mentiría si dijera que no me emociona el final de cada caso, pero eso lo debo en parte a mi imaginación que, sin querer, fantasea con la posibilidad de que cada una de esas historias esté contada por otros: Benedetti, Delibes, Borges, Vargas Llosa, García Márquez, Pérez Galdós… etc. ¿Cómo las reescribirían?
Bueno, seguiremos hablando cuando lo acabe y haya aumentado el número de posibles escritores de categoría para fantasear emocionalmente con lo mismo, pero dicho de otro modo.
Un abrazo
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