Con la popularización del computador, especialmente de los micro-computadores y de programas para diferentes propósitos, se abre la posibilidad de un nuevo instrumento para el desarrollo de la inteligencia, bien sea porque los programas concebidos para desarrollarla aumentan su efectividad con el uso del computador, o porque los programas desarrollados en el campo de la informática produzcan efectos positivos sobre la inteligencia o pensamiento. Aunque no parece haber un proyecto para el desarrollo de la inteligencia que abarque el entrenamiento en un grupo amplio de habilidades y esté concebido para ser ejecutado en el computador, sí existen programas o sistemas que tienen la pretensión o el supuesto de desarrollar habilidades intelectuales, como es el caso del LOGO. En otros, la pretensión es menos explícita, pero surge la pregunta acerca del tipo de destrezas intelectuales que desarrollan o pueden desarrollar dichos programas o sistemas. El objeto de la presente revisión será analizar en qué medida el uso de programas, sistemas, o el aprendizaje de la programación, todo lo cual cae dentro del campo de la informática, puede producir efectos positivos sobre la inteligencia.
La mayor parte de los autores insisten en que estos sistemas le deben mostrar al usuario la lógica o el camino para llegar a la decisión. Woods [7] señala que se deben construir programas que vayan más allá y tomen en cuenta la información del consultante, de modo que se llegue conjuntamente a la solución.
¿Promueven estos sistemas la habilidad para la toma de decisiones? En el caso de que al usuario le presenten sólo la decisión o solución correcta, evidentemente no. Pero otra puede ser la situación cuando se presentan los pasos para llegar a la decisión y la lógica de ésta. En el caso de los sistemas expertos grandes, referidos a un dominio muy amplio, y donde es necesario tener a mano una gran cantidad de información o de variables para la toma de decisiones, probablemente el uso del sistema no mejore las habilidades de quien lo usa. En lo referente a sistemas más pequeños, si los pasos para la toma de decisiones se hacen explícitos y se dan oportunidades de práctica, probablemente se logre la transferencia de alto nivel
propuesta por Perkins.
Rominoszowski [6] considera que los sistemas expertos que pretenden ser sólo una herramienta para la solución de ciertos problemas pueden convertirse, en manos de un profesor experto, en un poderoso medio para el aprendizaje, si se facilita el descubrimiento de las estructuras cognoscitivas que contiene la base de conocimientos del sistema. De esta manera, en lugar de ser una amenaza para el pensamiento independiente del estudiante promovería el pensamiento analítico y productivo. El que esto se logre, parecería depender menos, según el autor mencionado, de las características del sistema y más de la existencia de un buen pedagogo, capaz de usar el sistema de una manera activa y flexible.
Sistemas tutoriales inteligentes
Estos sistemas buscan asumir algunas de las funciones de un tutor o profesor. Según Ross [8], deben contener cinco elementos: 1) un conocimiento de la materia, 2) conocimiento del estudiante, ésto es, un modelo del estudiante y de la forma en que aprende; 3) conocimiento de las estrategias de enseñanza, 4) conocimiento de cómo aplicar las estrategias de enseñanza a un individuo particular, y 5) un algoritmo, según el cual, dadas las respuestas pasadas y presentes del estudiante, las combine para producir una respuesta tutorial. Esta puede ser del tipo de crítica constructiva u hostil, preguntas, proposiciones socráticas, ejemplos constructivos, etc.
En primer lugar, es escasa la investigación empírica orientada a verificar la eficacia del uso de programas o de las actividades de programación sobre el desarrollo de habilidades cognoscitivas.
El uso de sistemas expertos puede contribuir al desarrollo de habilidades cognoscitivas generales cuando al usuario se le enseña el principio general subyacente a la solución de un problema o la estrategia seguida para arrivar a la solución, además de proporcionarle oportunidades de práctica. Esta función probablemente la podrán cumplir mejor sistemas referentes a un dominio que no requieran una cantidad excesiva de información o variables para la solución del problema. Los sistemas tutoriales inteligentes, aunque podrían propiciar un desarrollo cognoscitivo de alto nivel, no han demostrado aún su eficacia y están lejos de poder ser utilizados como una herramienta para dicho propósito. En cuanto al aprendizaje de la programación en sí, ha producido hasta ahora resultados sólo en habilidades muy específicas, aunque hay algunas investigaciones alentadoras.
Se requiere por tanto más investigación acerca de los efectos sobre el pensamiento en general y sobre los efectos motivadores que pueda representar para el estudiante el uso de una nueva tecnología. Este solo factor motivacional puede producir mayores ganancias sobre el desarrollo intelectual en comparación con formas tradicionales de entrenamiento. Esto, sin embargo, debe pesarse frente el costo de las máquinas y sistemas y a la carga cognoscitiva que, según algunos autores, representa tener que dominar un sistema para resolver problemas que podrían ser resueltos sin mucha dificultad prescindiendo de la máquina.