SAN JUAN DE ÁVILA EN CÓRDOBA. EL CASO DE LA MUJER ARREPENTIDA (2). (Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba)

Casa-oratorio de San Juan de Ávila en Montilla

Primera parte de la historia en https://josecarlosaranda.com/2022/02/04/san-juan-de-avila-en-cordoba-el-caso-de-la-mujer-arrepentida-1-casos-raros-ocurridos-en-la-ciudad-de-cordoba/

Hacedme el favor de decirme, si sabéis, lo que hizo el Cupidito cuando vino y no halló en su casa a la señora. Yo lo contaré, dijo Domingo Excusado. Vuelto, pues, abrió la sala como acostumbrara, y no halló a doña María, que así se llamaba, y saliendo como un león desatado, preguntaba a (A) uno y a otro. Vase al mayordomo, pregúntale qué cuidado tiene de su casa y, al fin, como perro rabioso, viendo que nadie le daba cuenta de lo que preguntaba, los hacía pedazos entre las manos: excusábanse con decir que todos se fueron acompañándole y que no estaban avisados de nada. Al alboroto del amo y de las voces que daba, se fueron todos los criados y, entendida la contienda, dijo un mozo de caballos que a poco de haber salido el amo, entró uno con una escalera, que no conoció ni cuidó de ello por estar ocupado con los caballos, y que no pasó mucho tiempo cuando vio salir una mujer con tal vestido y sin chapines y tan deprisa que más corría que andaba, que él no había visto más que esto. Con estas señas, conoció que aquella era doña María y que, si fue para el sermón, quedaría para casada, pues fue para pecadores.(B)

Hizo luego mil diligencias, y la última fue enviar un criado a la casa donde estaba la señora preguntando si estaba en la casa una mujer de tales señas. No se previno esto y le respondieron que sí, que dentro estaba. Volvieron y dijeron al caballero lo que pasaba. Sabida la verdad, quedó fuera de su consideración que si el maestro Ávila intervenía en el negocio, lo había de vencer. Sin embargo, hizo una diligencia extraordinaria y fue que cercó toda la casa del depósito con gran porción de criados sin que la pudieran sacar sin venir la presa a las manos.

Alborotose todo el barrio viendo la prevención de los guardias, y nadie sabía la causa. Avisaron al maestro Ávila que, por evitar lo que pudiera suceder, se fue a casa del Corregidor, que era un caballero muy cristiano y contole lo que pasaba, y como buen juez, acudió al (A) remedio con la brevedad que había menester y fue que dio su misma carroza y hombres a caballo y de a pie y él, en persona, autorizó el hecho. Y sabida la voluntad del maestro Ávila, que convenía llevarla a Montilla a implorar la mediación de los Marqueses, que estimaban al Padre Ávila como a santo, se determinó llevarla allá aquella tarde.

Salió el Corregidor con el Padre y doña María en la carroza, corridas las cortinas, por la puerta del puente y andadas dos leguas se volvió el Corregidor. Finalmente, viendo el Cupidito que todas las puertas se le cerraban, acudió a un recurso que no fue menor desatino que el poner las guardas, y fue enviar un propio al Duque muy deprisa diciéndole en sustancia que el maestro Ávila le había quitado una mujer de que había recibido notable disgusto, y que sabía que marchaba adonde él estaba. Le suplicaba se la devolviera porque en ello recibiría merced. Lo que no surtió efecto (B), aunque el caballero era deudo de los Duques, porque hechos, estos señores, cargo del asunto, lejos de acceder a lo que les pedía, abominaron la demanda.

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

Transcripción del original, publicado en edición facsímil. Los números iniciales corresponden a los párrafos, los números entre corchetes a las páginas. Hemos respetado el léxico y la sintaxis por entender que se trata de un tesoro, pero hemos actualizado la ortografía para no inducir a error.

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SAN JUAN DE ÁVILA EN CÓRDOBA. EL CASO DE LA MUJER ARREPENTIDA (1) (Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba)

Gustado he de saber este caso que no sabía, y así yo os contaré lo que del Padre Ávila (B) supiese pero con la condición de que vos hagáis lo mismo. Yo lo prometo, dijo Colodro, pues me crie con un discípulo del maestro Ávila que de día ni de noche no dejaba de contar cosas admirables que le vio hacer. Mas vayamos a lo que importa y sabed que en la Iglesia Mayor de Córdoba, un mozo rico y noble llamado el Cupidito, el cual se había entregado a unos gustos con mucho escándalo de la ciudad, puso los ojos en una señora no menos principal que él ni menos dominada de sus pasiones.

Sucedió que, por engaño, o por fuerza, se salió de la casa de sus padres y se fue a la casa del caballero. Estuvo sin salir de ella seis o siete años, en cuyo tiempo parió varias veces con tanto olvido de Dios que no salía para misa ni para nada de religión. Los parientes de la señora no lo ignoraban, pero no lo podían remediar, mas Dios lo dispuso de esta forma:

Era principio de Cuaresma y estaba el maestro Ávila predicando (A) en la ciudad. Seguíale toda ella de suerte que para oírle se iba a tomar lugar a las dos y tres de la mañana. Habiendo salido a sus negocios el caballero, uno de sus criados se volvió a casa admirado de ver la infinidad de gente que en la iglesia estaba y pasando por el aposento de la señora le dijo esto: “Fulano, ¿qué novedades hay en la ciudad? A lo que le contestó contándole lo que había visto, a lo que añadió que había en la ciudad un sacerdote llamado maestro Ávila tan gran predicador que todos le siguen para oírle. Fue tal el deseo de la señora de verle y oírle que sacándose una sortija del dedo le rogó por amor de Dios que le trajese un manto y la sacase de allí que le daba palabra de que para cuando su amo volviese ya estaría de vuelta. Creyose el buen escudero de las razones que le dijo y movido a compasión le trajo el manto y la sacó de allí.

La señora se fue al momento a la iglesia y logró colocarse frente al púlpito a tiempo (B) que estaba el predicador en él, y sucedió una cosa que, por ser particular y no fuera de propósito, la diré aquí: es, pues, que en aquel tiempo se decía el Credo antes del sermón, y desde el Concilio acá, se dice después del sermón. Sucedió que para oír este se fueron apretando muchísimo, y después que para oír el Evangelio se levantaron, al sentarse para principiar el sermón fue tanta la apretura que se quedaron ocho mujeres sin sitio, lo que extrañó toda la gente. Y hubo de salir el maestro de ceremonias con dos canónigos y no bastó para que hiciesen lugar a las mujeres. Viendo el Padre Ávila qu le impedían el sermón, dijo estas palabras: «La persona que no es comedida, más valiese que no hubiera nacido al mundo». Hizo tanta impresión estas palabras que luego se sentaron las mujeres y dieron lugar a las que estaban en pie y pudieron caber otras tantas, lo que he referido para que se (A) vea cuánta era la energía de sus palabras.

Comenzó pues el sermón encaminado todo a la señora como si se le hubiese revelado su miserable estado. Dijo los grandes castigos que Dios había hecho por él, trayendo mil lugares de la Sagrada Escritura, las penas preparadas a lo que de propósito se están en los pecados y, finalmente, dijo las piadosas que eran las entrañas de Dios para los que vuelven a él. Fue tanta la impresión de estas razones que, concluido el sermón, se fue derramando lágrimas al Padre Ávila pidiéndole rogase a Dios por ella, que era la peor mujer del mudo. El reverendo Padre la llevó a un confesionario a pesar de lo cansado que estaba. Después de haber confesado la señora sus culpas, le pidió por las entrañas de Dios la defendiese del enojo del caballero, que desde allí iría adonde la mandase confiando en él y pidiéndole favor y ayuda. Y se encargó de un negocio tan arduo y dificultoso, y llevó a la señora a casa de unos principales señores junto a la Magdalena. La señora de esta casa era muy sierva de Dios, y así que llegaron contó el Padre Ávila en pocas palabras la historia referida; y fue de tanto consuelo la conversión de la pobre señora y que su casa fuese el amparo de persona tan afligida que es dudoso quien tuviera en esto más placer. Acariciola y animola a la perseverancia prometiendo su ayuda y dando mil gracias de que Dios la hubiese traído a su casa ocasión de tanto merecimiento. Con esto comieron no sin lágrimas de alegría, que es regalo que hace Dios a los que le sirven.

Continúa en https://josecarlosaranda.com/2022/02/06/san-juan-de-avila-en-cordoba-el-caso-de-la-mujer-arrepentida-2-casos-raros-ocurridos-en-la-ciudad-de-cordoba/

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

Transcripción del original, publicado en edición facsímil. Los números iniciales corresponden a los párrafos, los números entre corchetes a las páginas. Hemos respetado el léxico y la sintaxis por entender que se trata de un tesoro, pero hemos actualizado la ortografía para no inducir a error.

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VIDA Y ANÉCDOTAS DEL PADRE ÁVILA (SAN JUAN DE ÁVILA) EN CÓRDOBA AL QUE DEBEMOS LA FUNDACIÓN DE SEMINARIO DE SAN PELAGIO (1) (Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba)

Todo lo dicho es para mí indicio de que sabéis muchas cosas de Córdoba y así, por el gusto (A) que tengo de saber cosas de mi patria, os ruego que lo que os preguntase y vos supieseis me lo digáis, y yo prometo lo mismo; y así, os suplico si tenéis notica de las cosas que el Padre Ávila hizo en Córdoba me lo contéis que son tantas que ponen admiración.

Y son para calificación de este grande predicador, dijo el Padre Antonio Carrillo, Prior de San Pablo de Córdoba, que si a San Pablo habían de entender dos hombres, el uno era el Padre Ávila y el otro estaba por nacer por la grandeza de espíritu que mostró leyendo sus epístolas en aquella ciudad con espanto y asombro de toda ella. Tuvo juntos, en el Alcázar Viejo, para principio de una religión que quería fundar, más de veinte compañeros y, cuando supo que el bienaventurado Padre Ignacio le había ganado la mano, dio infinitas gracias a Dios, aconsejando a sus compañeros que entrasen en aquella religión que era la que él quería fundar. Y, entre otros que entraron fue el conde de Bailén, don Diego de Guzmán, el Padre Gonzalo Gómez y el Padre Barajas. (&6)

  1. Su visión reformista del clero basada en la pobreza, la caridad y la educación le valieron el ser procesado y pasar un año en la cárcel de Sevilla. Para ampliar: https://www.diariocordoba.com/opinion/2020/02/06/san-juan-avila-visito-cordoba-36066255.html
  2. Tiene dedicada una parroquia en Córdoba próxima a los antiguos cuarteles de Lepanto (Parroquia San Juan de Ávila, C/ Escritor Rafael Pavón, 6, 14007 Córdoba)

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

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LA CRUZ DEL CRISTIANO CAUTIVO. LEYENDAS DE LA MEZQUITA-CATEDRAL DE CÓRDOBA (Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba)

Mucho me he holgado, pero deseo saber qué origen tiene un crucifijo que está en una columna de la Iglesia Mayor, y me haga la merced de decirlo si lo sabe.

Se sabe por tradición de nuestros padres que, antiguamente en Córdoba, un cristiano cautivo y gran siervo de Dios, oprimido por la esclavitud y deseoso de consuelo del cielo, con la uña formó un crucifijo en una columna de jaspe negro entre las 802 (1) que aquella iglesia tiene (2); dícese que hallada que fue la sagrada figura, escandalizados los moros de que en su mezquita se hubiese hecho semejante cosa, fue sentenciado a horca y se ejecutó el suplicio en otra nave enfrente. Yo vi la soga que aún duraba en 1584 y adoré el crucifijo que tiene delante una rejita de hierro. (&8)(3)

  1. En realidad, la mezquita cuenta con unas 1300 columnas de mármol, jaspe y granito con bases y capiteles tallados que reflejan y reinterpretan un vocabulario clásico, sobre las que se apoyan un total de trescientos sesenta y cinco arcos de herradura bicolores.
  2. Encima de la cruz raza una inscripción » este es el santo cristo que lo hizo el cautivo con la uña». Y a la derecha, un cartel posterior -¿XVIII?- que en español vendría a decir «EL CAUTIVO CON GRAN FE/ EN AQUESTE DURO MÁRMOL/ CON LA UÑA SEÑALO/ A CRISTO CRUCIFICADO/ SIENDO ESTA IGLESIA MEZQUITA/ DONDE LO MARTIRIZARON.
  3. El bajorrelieve de la izquierda es posterior, representa a un cautivo en camisola con grilletes y una soga al cuello. Representa la tradición.
  4. Siendo yo pequeño, en mis paseos por la catedral, se decía que si le acercabas al rostro una cerilla, el cautivo lloraba. Y sí que lo hicimos, y muchas veces, y lo vimos llorar, ya no sé si era mi imaginación infantil, la cera de las cerillas que usábamos o la composición del material de que está hecho, ahí queda el misterio. Estaba tan arraigada esta tradición que el rostro acabó por ennegrecerse y, con el tiempo, acabaron por ponerle un cristal y una valla para evitar el deterioro de la imagen.
  5. Para más información: http://enigmasdecordoba.blogspot.com/2011/02/el-enigma-de-lacruz-del-cautivo.html#:~:text=En%20la%20Mezquita%20de%20C%C3%B3rdoba,de%20islamizaci%C3%B3n%20de%20la%20sociedad

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

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LA TORRE DE LA MALMUERTA (ORIGEN Y NOMBRE) (Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba)

Torre de la Malmuerta

Una torre hay, dijo Colodro, frente a los frailes de la Merced, que se llama Malmuerta, y deseo saber por qué motivo se le puso ese nombre.

Yo me maravillo de que no lo sepáis por ser muy público. Sucedió, pues, que dos deudos principales, por diferencias que tuvieron, se desafiaron saliéndose a matar. Y el uno de ellos, llevando armas aventajadas, mató al otro. Procedió la justicia contra el reo y convencida del crimen fue condenado a muerte. Mas los reyes, estando en aquel tiempo nece- (B)-sitados de hombres y dineros, conmutaron la muerte en que hiciese una torre o fortaleza que se llamase la Torre de la Malmuerta aludiendo a la causa porque fue hecha.

Nota: A lo largo del tiempo se ha especulado con otros orígenes. Es un monumento singular que ha dado lugar a otras leyendas, pero esta es la primera noticia documental que tenemos.

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

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LA PUERTA DEL COLODRO (ORIGEN DEL NOMBRE) (Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba)

Por Dios, me cuadra, dijo Colodro, y tengo por cierto que lo mismo debió de ser de la del Colodro que está entre la Excusada y la del Rincón. Yo hice diligencias, dice Domingo, y supe de un hombre muy versado en historias que la puerta del Colodro la entro uno llamado Álvaro Colodro, valiente soldado, y de él tomó nombre la puerta.

Nota 1: Soledad Carrasquilla, a quien agradezco su comentario, amplía la información en este enlace: https://www.facebook.com/…/a.12888577…/1663511190372864/.

Nota 2: Según este texto, se trataba de dos puertas diferentes.

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

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CÓMO LOGRÓ FERNANDO III CONQUISTAR CÓRDOBA… LA PUERTA DEL EXCUSADO

PUERTA DE EXCUSADO Y COLODRO ¿LA MISMA?

CAPÍTULO 1º

En la feria de Daimiel concurrieron dos mercaderes, el uno llamado Colodro y el otro Excusado. Llego Colodro a una parada y le dieron el último cuarto que había quedado. Llegó después Excusado buscando posada. Por estar todos ocupados y viéndole Colodro afligido, pareciéndole hombre honrado le ofreció su cuarto y agradeciendo la merced que se le hacía, se van al cuarto y piden de cenar. De sobremesa, le dijo Colodro a Excusado que cuál era su patria, a que le contestó que Córdoba. Amigo, hace días que no residía en ella. Una puerta, dijo entonces Colodro que se llama Excusada. Es verdad, dijo Domingo, y a lo que entiendo por eso me llamaron a mí así, porque nací cerca de ella. Pues por lo mismo hubieron a mí de llamarme Colodro, porque nací cca de la puerta que tiene este nombre, y quisiera saber por qué esa puerta que os nombré se llama Excusada.

Pláceme, dijo Excusado, y principió a decir de esta manera:

(&2) Habiendo venido a ganar a Córdoba el Rey don Fernando III el Santo, la cercó y apretó de suerte que no se podía entrar ni salir de ella. Acudieron al rey moro y le dijeron que por aquella parte que cae a la sierra se podía abrir un postigo para entrar ganado. Pareció bien al rey y dio licencia para que se abriese por donde entró por algunos días ganado y otros bastimentos. Vino esto a noticia de algunos soldados y con un ardid extraño se metieron entre el mismo ganado doce de ellos con apercibimiento de que en siendo la refriega comenzada acudiesen los que quedaban en acechanza.

Al fin, viéndose dentro de la puerta, sacaron las armas y comenzaron como leones a matar moros de tal modo que en breve tiempo, con ayuda de sus compañeros se hicieron dueños de la puerta y de las (bis) torres inmediatas. Sabido por el rey moro lo que pasaba dijo: “Bien excusada hubiera sido allí aquella puerta”, y desde entonces le quedó el nombre.

Nota: Las primeras páginas no tienen numeración

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

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CUANDO NO TE PUEDES FIAR NI DE TU NOVIO

CASO PARECIDO AL PASADO AUNQUE SIN MUERTE ALGUNA (B)

214: Admirado quedo, dice Colodro del caso que me habéis contado, y a mi ver es uno de los más extraños que yo he oído, y casi a invitación de ese os tengo de contar otro que sucedió en nuestra patria que me lo contó el Padre Balderrama Provincial de San Agustín de la ciudad de Córdoba, que aunque en él no hubo muerte fue harto notable, y es de esta manera. En Córdoba había un principalísimo caballero el cual tenía una hija, la cual por su mucha nobleza y riqueza, no la pensaba casar menos que con un gran título. Tratando de esto, la señora lo hizo mejor, que fue poner los ojos en un caballero de poca calidad que esto tienen las mujeres antojadizas, trabándose los dos por tercerías y billetes, porque en público no se atreviera ni aun a pasear la calle. Anduvieron algunos meses de esta manera aguardando ocasión de que su padre muriese y pareciéndoles que iba a la larga [208] se resolvió la señora que la sacase de casa de su padre a un lugar de allí cerca. Pareciole bien al caballero, señalaron el día y llegado tomó un famoso caballo y vínose al puesto donde la señora le aguardaba. Tomola a las ancas del caballo y caminó con ella casi dos leguas.

215: En este tiempo fue el cobarde caballero considerando el laberinto en que se había metido y que según su padre era poderoso y endiablado. Le pareció era imposible escaparse de sus manos. Y así, arrepentido de lo hecho se resolvió de dejar a la pobre señora en aquel desierto metiéndose en lo más espeso de él y viéndose allí, se echó del caballo y él las lio con toda la priesa posible y se volvió a su casa sin haber bastado mil ruegos y plegarias que la pobre señora hizo. Quedó la infeliz peor que la pasada, en mitad de aquellos montes sin saber qué hacer. Comenzó como una mujer aburrida a maldecir su aflicción y loca determinación, arrancábase los cabellos, abofe-(B)-teábase el rostro, ponía los ojos en que medio podía tomar en aquel aprieto y no hallaba ninguno, oía cerca de sí los ahullidos de los lobos y otras salvajinas que para la afligida señora eran aullidos de demonios. El silencio de la noche le apretaba el corazón y lo que más le acababa la vida era pensar lo que su padre hacía en echándola de menos y sabiendo su liviandad y el mal retorno y paga que daba a su cansada vejez y al mucho amor y regalo que siempre le había hecho, no dejándola de querer y adorándola. Y al fin la campanada que había de dar en la ciudad y en toda España su atrevimiento.

216: Viéndose cercada de angustias y sin remedio humano acudió a Dios como a su padre de misericordias, pidiole con todo su corazón que no la desamparase ni mirase a sus graves culpas, prometiéndole una muy grande enmienda de su vida y en particular de meterse monja y servirle toda su vida si de aquel aprieto la sacaba. [209] Hecho este voto comenzó a dar gritos y voces que los metía en el cielo y el Señor de él, que no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva, permitió que un caballero de la ciudad, muy gran cristiano y de los que llaman alumbrados, había salido en día antes de un lugarejo para venirse a Córdoba y por permisión divina, había perdido el camino y andaba metido en el mismo bosque sin saber dónde iba, yendo y revolviendo a una y otra parte y andando en esto oyó las voces y gemidos que no le causaron poco espanto y temor, entendiendo si sus pecados lo habían traído por aquel lugar y a aquellas horas, encomendándose a Dios y viendo que perseveraban y que parecían voces de mujer, determinó irse acercando y ver qué podía ser aquello. Fue prosiguiendo su camino hasta que vino a llegar donde la pobre señora estaba. El caballero, entendiendo alguna ánima en pena, la comenzó a conjurar de parte de Dios, que le dijese quien era (B) y qué quería.

[Y aquí finaliza el relato con una tachadura, ¿quieres tú escribir un final?]

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

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SEIS CONSEJOS PARA CUIDAR TU CEREBRO

Somos lo que hacemos, nuestros hábitos determinan nuestro estado de ánimo y de eso va a depender el que nos sintamos mejor o peor. Pero hay hábitos saludables para el cerebro que conviene implementar en nuestras vidas para mantenernos activos. A todos se nos recomienda el ejercicio, pero a ningún deportista se le recomienda que lea, por ejemplo. En este vídeo se nos habla de seis consejos:

1) La importancia de mantener una vidas social activa -somos seres sociales y crecemos con los vínvulos y el afecto-.

2) Hacer ejercicio -mejora la memoria y previene la degradación neuronal a partir de los 65 años-.

3) Ser optimistas -no podemos cambiar la realidad, pero sí podemos decidir cómo reaccionamos ante ella-,.

4) Cuidar la alimentación sana -verduras, fruta, pescado…-.

5) Mantener activa nuestra mente enfrentándonos a nuevos retos.

6) Dormir bien -el sueño es fundamental para mantener el equilibrio hormonal y consolidar la memoria y el aprendizaje-.

Os dejo el enlace a este vídeo, no dura mucho y confío en que os sea útil

. https://fb.watch/aPk8LcRVpT/

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CUANDO LAS PRISAS POR CASARSE TERMINAN EN TRAGEDIA

Perdida en el bosque una noche oscura y tenebrosa…

CASO ESPECIAL QUE SUCEDIÓ A UNA SEÑORA TRATANDO CASAR CON UN PARIENTE SUYO FORASTERO.

208: Por remate de tantos cuentos como hanse contado, dice Excusado, os diré uno que me contó un hijo de Córdoba y es de esta suerte. Un caballero de Córdoba tenía una hija que le había quedado de la primera mujer, era ya casadera y de ordinario se llevan mal con las madrastras. La de esta señora salió tan endiablada que la pobre señora no la podía sufrir. Padeció todo lo que pudo y viéndose apurada, trató de decirlo a su padre el desconsuelo con que vivía con su madrastra y pedirle que por la sangre de Jesucristo que la casase o metiese monja porque ya no la podía llevar. El padre, que no ignoraba lo que su hija había dicho trató con ella de casarla con un pariente suyo que vivía dos o tres leguas de Córdoba, holgó la señora de ella y teniendo el sí de su padre trató de la hora del casamiento en el cual no hubo contradicción sino mucho gusto de todos. Hizose el asiento y escritura y dentro de pocos días diole al desposado una calentura la cual fue causa para que el casamiento se dilatase. La mala madrastra, sabiendo lo que pasaba dio en atormentar a la pobre señora en tanto grado que estuvo por irse aburrida de su casa. Viendo que sus trabajos se le doblaban de nuevo, hallándose en este aprieto se resolvió de escribir una carta a su esposo pidiéndole por las entrañas de Dios que la sacase de allí porque se le acababa la vida con el maltratamiento de su madrastra.

209: Su esposo le respondió que por poca salud no se había acabado aquel negocio, que en estando algo mejor no se dilataría una hora. La pobre señora no creyó que estaba tan mal, y así le volvió a escribir que [205] viniese aquella noche y la llevase a su casa y sería su enfemera y que si esto no hacia entendería que no la amaba. Diole pena al pobre caballero la carta y razones tan apretadas y así se animó sacando fuerzas de flaqueza. Mandó que le ensillasen un caballo diciendo que se quería ir a pasear un rato y a tomar el fresco, que aderezasen la cena que él vendría presto. Alegrose su padre y madre y toda la casa por ser único de ella y su mucha bondad lo merecía. No quiso llevar criado consigo aunque le importunaron diciendo que no era menester y que presto volvería. Con esto se fue dejándolos a todos alegres por parecerles que era verdadera la mejoría.

210: En saliendo del lugar, torció luego el camino y llegó a las once de la noche a un postigo falso adonde la señora le dijo que viniese. Llegó a tiempo que ya la referida le estaba aguardando y sin ser sentido de nadie la cogió a las ancas y se volvieron de la ciudad caminando a gran priesa. Sucedió que en la mitad del camino le sobrevino al caballero un desmayo mortal, con que se echó del caballo abajo. La pobre señora hizo lo propio, tomolo en su regazo limpiándole el sudor no menos desmayada y afligida que su esposo (B), adivinándole el corazón el suceso que había de tener aquella su desdichada salida. Estuvo con este desmayo un rato, y cuando volvió en sí le pidió a su esposa que fuese en su sobrero por un poco de agua a una fuente que cerca de allí estaba porque padecía de sed. La desdichada señora fue hacia donde le dijo con el cuidado y la solicitud que se puede imaginar. La noche era oscura y tenebrosa y la pobre señora no acertó a tomar la senda y así se fue entrando en un monte adentro tan espeso y lleno de zarzales que a cada paso que daba iba dejando ya la toca, ya la jervilla (1) ya el pedazo de saya. Y al fin se vino a hallar en el mayor aprieto que se ha visto humana criatura en estos tiempos y viéndose en este miserable estado acudió a Dios y a sus santos, dando gritos y alaridos que los ponía en el cielo, llamando a la Reina de los Ángeles, y como Madre tan piadosa, acudió a la necesidad de esta [206] atribulada mujer, y fue de esta manera.

211: Que un primo de esta señora se había salido la tarde antes a cazar por aquel bosque, y estando él y sus criados reposando los despertó el ruido de voces que dando estaba la afligida señora. Vistiose el caballero de esfuerzo, acompañose de curiosidad, subió en su caballo mandando a sus criados que todos se estuviesen quedos, que él volvería presto. Metió mano a su espada y caminó hacia donde se daban las voces, y llegando cerca, conoció ser de mujer afligida. Fue metiendo por el bosque adentro hacia donde estaba y halló a la pobre señora enredada entre mil malezas, de donde no podía ir atrás ni adelante, con que era su trabajo mucho. Hablola el caballero preguntándole quién era. Ella le respondió que una mujer sin ventura pues la había traído a trance el más extraño que jamás se había oído, pues estaba ya por expirar, que le pedía por las entrañas de Dios (B) que la sacase de allí, y luego le daría cuenta de sus desventuras. Apeose el caballero y haciendo camino con la espada, la sacó rogándole le dijese quién era y quién la había metido en aquellos breñales.

212: Ella le contó en breves palabras toda su tragedia. Oyéndola su primo, quedó fuera de sí, determinó decirle quién era. Oído por la pobre señora, dio mil gracias a Dios por la singular merced que le había hecho trayéndole en aquel desconsuelo la prenda que más estimaba en esta vida. Fueron adonde había quedado el enfermo para aliviarlo de la aflicción en que había quedado. Saliendo al camino hallaron el caballo y dieron voces a su amo nombrándole por su nombre. Al fin dieron con él y viendo que no respondía ni despertaba le cogieron de la mano y hallaron estar muerto. La pobre señora, viendo que ella era la causa de la muerte de su futuro esposo fueron tantas [207] las lástimas que hizo que enternecerían las piedras.

213: Finalmente, después de haber hecho mil llantos, el primo le dijo que mirase lo que pensaba hacer, porque venía cerca el día. Ella le dijo que lo que él ordenase ella daba por hecho. Él dijo que pues ya aquello estaba en aquel estado y en su casa no se había sabido de su salida y que ni sus padres del desposado tampoco habían sabido su venida, que su parecer era que se volviese a su casa de su padre. Y con esta resolución la tomó a las ancas del caballo y la metió en su casa por el postigo por donde había salido sin que criatura humana los sintiese. Ella le rindió las gracias por la merced que le había hecho encargándole el secreto. Él lo prometió y se fue. Después se supo este caso y se tuvo por uno de los más extraños que han sucedido en toda España por las muchas circunstancias que tuvo.

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

Transcripción del original, publicado en edición facsímil. Los números iniciales corresponden a los párrafos, los números entre corchetes a las páginas. Hemos respetado el léxico y la sintaxis por entender que se trata de un tesoro, pero hemos actualizado la ortografía para no inducir a error

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