INTRODUCCIÓN:
Para las técnicas de comentario de opinión, ver el apartado correspondiente en CÓMO SE HACE UN COMENTARIO DE TEXTO. Berenice, 2009 (3ª edición). Debo insistir en que no hay un comentario único y que los enfoques y perspectivas pueden ser múltiples e igualmente válidos. Lo importante es que las ideas expuestas guarden relación con el contenido del texto escogido y sean expuestas de forma razonada a lo largo del comentario. La selección de enfoques y temas tratados dependerán del fragmento concreto que se seleccione del texto y nos sea propuesto para el comentario en el examen. Esa orientación concreta es la que vamos a tratar de comprender a continuación.
TEXTO X:
«El consumo responsable es una práctica aún incipiente en España, que pone el acento en el poder de los consumidores para conseguir una sociedad más justa. Apareció en Estados Unidos y en algunos países de Europa, como el Reino Unido e Italia y, desde hace unos cinco años, también se practica en España.
«El consumidor responsable es consciente de sus hábitos de consumo y crítico con el mundo en el que vive», explica Carlos Ballesteros, profesor de la Universidad Pontificia de Madrid, y uno de los pocos expertos españoles en esta materia. Por ejemplo, ante la compra de unas zapatillas de deporte, un consumidor responsable se preguntará qué hay detrás de ese producto y cómo se ha elaborado: ¿han trabajado niños en su fabricación?, ¿se han respetado los derechos laborales de los trabajadores?, ¿se ha tenido en cuenta el medio ambiente?
El consumo responsable, dice Ballesteros, «no se puede hacer en solitario. Es necesario estar en red, en contacto con gente que comparta nuestros puntos de vista». Y, además, estar bien informado. Opcions es una revista práctica, pionera en nuestro país, que informa sobre las condiciones en las que se elaboran los productos. Su directora, Montse Peirón, asegura que el objetivo del consumo responsable es «comprar una estantería sabiendo qué hay detrás del objeto, cómo se ha producido, en qué condiciones, qué hay detrás del entorno social y medioambiental».
Comercio justo y consumo responsable son dos conceptos que están muy ligados entre sí, pero que no deben confundirse. «El comercio justo sería una parte del consumo responsable, aunque no puede existir comercio justo sin consumidores responsables», dice Ballesteros: De lo que hay que huir, según el profesor, es del marketing con causa. «Si un gran marca apuesta por se solidaria, y además en Navidad, hay que empezar a sospechar». Para ser un comprador responsable se puede empezar por algo tan sencillo como observar nuestro consumo diario. El propio sentido común nos sugerirá cambios positivos. Los expertos aseguran que, a veces, las opciones más acertadas no coinciden con los productos más baratos, pero que, a la larga, cambiar los hábitos es rentable».
DESARROLLO COMENTADO DE LOS DISTINTOS APARTADOS:
El texto consta de 24 líneas. La extensión de referencia para el resumen será de unas 8 líneas aproximadamente en un solo párrafo. Las ideas esenciales del texto son las siguientes:
1: El consumo responsable es aún incipiente en España.
2: Otorga a los consumidores el PODER de lograr una sociedad más justa.
3: Para conseguirlo requiere algunas condiciones.
3.1.: Tomar conciencia de lo que se consume y ser crítico con el mundo circundante.
3.2.: Actuar en grupo con quienes comparten los mismos criterios.
3.3.: Estar bien informados (revistas, internet).
3.4.: Huir del marketing con causa (Navidad, por ejemplo).
3.5.: Preferir lo justo a lo barato (beneficio a largo plazo).
4: No puede existir el comercio justo sin consumidores responsables.
Si organizamos estas ideas de forma coherente, obtendremos un resumen parecido a esto:
El consumo responsable, incipiente en España, invita al consumidor a tomar conciencia de su poder para lograr una sociedad más justa. Para lograrlo se necesita tomar conciencia de lo que se consume diariamente y mantener una actitud crítica con lo que nos rodea. Se debe actuar en grupo con quienes comparten nuestras opiniones (1), manteniendo una información actualizada y prefiriendo lo más justo a lo más barato (2). No puede existir el comercio justo sin consumo responsable.
(1): Ahí podríamos añadir, entre paréntesis, “Ballesteros”.
(2): Aquí podríamos añadir, entre paréntesis, “Options, Montse Peirón”.
La organización de las ideas está bastante clara, se trata de establecer las condiciones que hacen posible el consumo responsable, y eso se hace a lo largo del texto. La idea principal aparece al principio del texto, “otorga a los consumidores el poder de lograr una sociedad más justa”. A partir de ahí se desarrollan y explican las condiciones que son necesarias para que el concepto de consumo responsable sea entendido y sea eficaz. Un posible esquema sería:
1: IDEA PRINCIPAL: El consumo responsable puede lograr una sociedad más justa.(L.1-4)
2: (CÓMO) Lograr un consumo responsable requiere:
CONDICIONES: 2.1.: Ser consciente de lo que compra (¿quién, cómo y dónde se ha hecho el producto). (L.5-11)
2.2.: Actuar en grupo con quienes comparten el mismo criterio. (L.11-12).
2.3.: Mantenerse bien informados (revistas-“Options”-, internet). (L.12-16).
2.4.: Huir del marketing con causa (Navidad). (L.19-20)
2.5.: Preferir lo justo a lo barato. (L.23-24)
3: (CONCLUSIÓN) No puede existir un comercio justo sin consumidores responsables en el día a día. (L.17-19)
PÁRRAFO EXPLICATIVO: La organización es claramente deductiva: el punto 2 es un desarrollo de uno de los elementos lógicos de la afirmación principal “consumo responsable”. No obstante, el punto 3, que actúa a modo de conclusión reiterando la idea principal y avanzando un paso –el objetivo será llegar a tener un comercio responsable- puede llevarnos a pensar que la estructura es encuadrada, y no estaría mal. La sintaxis de los párrafos es claramente estructural, no se han usado procedimientos extralingüísticos ni lingüísticos en los encabezamientos de los párrafos que nos indiquen la relación lógica de los contenidos.
Respecto al tema, podríamos enunciarlo así:
«Con el consumo responsable sostenido y conjunto se puede lograr una sociedad más justa».
ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO CRÍTICO:
1) Desde el punto de vista de las sociedades industrializadas (primer mundo), la idea de contribuir con nuestro consumo a una socidad más justa es atractiva. Sabemos que muchos países productores logran unos precios competitivos gracias a unas condiciones de trabajo infrahumanas: niños trabajando, turnos de trabajo agotadores, salarios ínfimos, etc. La última noticia que ha saltado a los medios de comunicación ha sido el suicidio de 9 trabajadores chinos en protesta por sus condiciones laborales. Todos deseamos que estas condiciones cambien y que se respeten un mínimo de derechos -jornada máxima, vacaciones pagadas, sanidad, desempleo, etc.- que para nosotros son derechos elementales que tenemos asumidos y consideramos necesarios en cualquier sociedad por el más elemental sentido de la justicia social.
Pero sucede que no todo el mundo vive en este primer mundo. Más de las dos terceras partes de la población mundial viven en países en vías de desarrollo o sin desarrollar con problemas totalmente diferentes a los nuestros. Para un niño en África, China o la India, en muchos países de Sudamérica, el problema no es la garantía de sus derechos sociales, sino la mera supervivencia diaria. ¿De qué le sirven los derechos si no tienen qué comer, no disponen de agua potable, la mortalidad por infecciones es altísima, no tienen escuelas ni industria? Puede ocurrir que lo que a nosotros nos escandaliza -ganar 100 euros al mes, por ejemplo- para ellos suponga una bendición porque les otorga el pasaporte para su propia supervivencia y la de su familia. Actuar éticamente para evitar estos abusos, puede conducir a la ruina de estas vidas. No es justo. Desde nuestra mentalidad occidental es una aberración. Tan solo hace cincuenta años, en España, había familias que entregaban a sus hijas en las casa «pudientes» como «criadas», es decir, para trabajar sin sueldo y sin vacaciones a cambio de «ser criadas o alimentadas» por la familia que las acogía. Cuando hacían esto no debemos pensar que lo hicieran por ganas de desprenderse de sus hijos, simplemente la alternativa era la muerte porque no tenían con qué alimentarlos.
2) La opción de no comprar marcas fabricadas en condiciones que no nos ofrezcan garantías suficientes en cuanto a su proceso de elaboración puede arruinar las economías emergentes de países menos desarrollados -pensemos en Marruecos, por ejemplo-. La opción de superviviencia para la población de estos países, si carecen de la posibilidad de trabajar en su país, es la emigración a cualquier precio. Estamos abonando el terreno para las mafias y el «asalto» de fronteras, lícito por cuanto se plantea como una necesidad vital. Quizás esta solución tampoco nos resulte atractiva, especialmente a nosotros, país fronterizo. No porque nos negemos a acoger a inmigrantes, sino porque sabemos de emigración -hace 50 años los españoles se vieron obligados a trabajar en Alemania, Francia o Suiza- y sabemos que quien emigra es un desarraigado que trabaja y sueña con su tierra y su familia.
3) Por otra parte, es criticable que las «marcas» usen determinados fetiches para incrementar las ventas. Nos referimos a ideas como «solidaridad», «ecológico», «ligth». En el caso que nos ocupa, sabe que crear en el comprador la conciencia de que con su «consumo» ayuda a los más necesitados, es una fórmula que vende porque nos permite ponernos la venda en los ojos y pensar que somos parte de la solución y no del problema. Dormimos más tranquilos. El problema es que es mentira y cuando la mentira se generaliza nos inmuniza contra la verdad.
4) Por último, podemos hablar de nuestra «doble moral». Defendemos unas ideas, pero a la hora de comprar, nos vamos al «chino» del barrio. Se nos llena la boca de palabras grandilocuentes, cuando lo único que nos importa es que no nos molesten demasiado y seguir nuestro tren de vida. Nos escandalizamos por las condiciones de vida de 2/3 de la humanidad, pero no estamos dispuestos a realizar ningún sacrificio por solucionarlo.
Aquí tienes algunas ideas. Trata de encontrar tu sitio entre ellas y defender una idea coherente. Buena suerte.
José Carlos Aranda Aguilar
Gracias por expresar tu opinión. Hasta pronto.
José Carlos Aranda.
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Buenas tardes.
A mí me gustaría hacer un comentario sobre el consumo responsable. En mi opinión, los consumidores deberíamos documentarnos sobre las marcas que consumimos habitualmente y sobre las políticas que tienen algunas empresas sobre estos temas. Muchas compañías disponen en su página web sus políticas de derechos humanos, con lo cual, nos podemos enterar de cómo trabajan.
Por otro lado, pienso que el gobierno puede hacer alguna campaña sobre este tema, ya que provocaría que los consumidores se concienciaran de este tema.
Un saludo.
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