La portada de este magnífico libro añade: «Dirigido a padres y madres en proceso de separación o divorciados, psicólogos y trabajadores sociales, a los profesionales que se encuentran implicados en los procesos de derecho de familia, como jueces, fiscales, abogados y forenses». El autor sabe de lo que habla, es psicólogo clínico y forense y está especializado en la evaluación y tratamiento de las patologías que se analizan en los tribunales.
El libro explica en qué consiste el denominado SAP, y que se da en los casos de separación o divorcio en el que el cónyuge que convive con el niño inyecta todo su odio hacia el otro hasta lograr que el niño asuma sus actitudes, sus premisas, su rechazo visceral identificándose con el alienador. Realmente estos comportamientos constituyen un problema en el que solo existe una víctima: el niño. Todo proceso de divorcio supone una traición afectiva a los hijos que ven como su universo se quiebra, se deshace y pierden el punto de apoyo que les permite el equilibrio afectivo tan necesario para construir su personalidad. En Inteligencia natural, dedico más de 50 páginas a la importancia de la familia en el desarrollo afectivo de los hijos. Si no creyera que son los cimientos sobre los que construimos, créanme, no hubiera dedicado esa extensión. Y es así por mucho que nos duela. Toda separación es traumática para el niño, pero cuando los padres no son conscientes del daño que pueden causar, las efectos en el desarrollo pueden ser devastadores.
En este sentido, el libro de José Manuel Aguilar es extraordinario porque, desde una perspectiva profesional pero asequible en la exposición, va desgranando las causas y las consecuencias, nos enseña cómo identificar los síntomas del proceso, cómo diferenciarlo de otros síndromes parecidos más o menos alarmantes, advierte de las lagunas legales y de las deficiencias del sistema, y pone de relieve los efectos posteriores. Por eso, pone sobre la mesa la necesidad de actualizar sistemas y adiestrar a los padres en esta situación hacia una conducta que, en la medida de lo posible, permita al niño seguir contando con los dos pilares básicos para su autoestima: el padre y la madre.
Esa dedicatoria esta bien planteada por cuanto la reflexión propuesta no afecta solo a las familias sino a todo profesional implicado en el proceso de separación.
No me sorprende que ande ya por la quinta edición. Desde aquí lo recomiendo a todos los que viven esta situación o, de alguna forma, están implicados en ella. Ojalá el conocimiento ayude a muchas familias a superar sus rencores en aras de una crianza bondadosa con sus hijos.