Es una alegría ser entrevistado por periodistas de la talla de Carlota, cercana, precisa, lúcida, con esa capacidad de síntesis tan necesaria. Todo un descubrimiento. Gracias por tu proximidad y buenhacer. Un abrazo siempre.
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«Unos buenos resultados académicos no garantizan el éxito en la vida adulta»
Jose Carlos Aranda, Profesor, académico y ensayista Este docente hace una defensa acérrima de lo que llama «educación preventiva» en casa
«Inteligencia moral» Esta antigua y, a la vez, actual teoría no es otra cosa que educar al niño para que sepa elegir las razones correctas que lo mueven a actuar bien en la vida
No todo son críticas feroces a la LOMCE. Algunas medidas, incluso, estarían «muy bien encaminadas, aunque lo que de verdad se requiere es un programa de «educación preventiva» que proporcione a los padres pautas educativas adecuadas que les hagan recuperar la ilusión y la esperanza » . Así lo afirma José Carlos Aranda, ensayista, miembro de la Real Academia de la Lengua de Córdoba y profesor de instituto con más de treinta años de clase a sus espaldas.
VALERIO MERINO Aranda tiene 30 años de clase a sus espaldas
Para Aranda, también autor del libro Inteligencia Natural, la «auténtica revolución educativa vendrá de las familias, que deberán rebelarse contra el relativismo y la mediocridad » . «Vivimos instalados en una cultura de los derechos: «Tengo derecho a». Pero si como padres esperamos a que cambie el sistema para poder ofrecer a nuestros hijos un futuro mejor, lo llevamos claro. Las familias tienen que ponerse las pilas y cambiar el «tengo derecho a» por el «me gustaría que mi hijo lograra tal o cual objetivo». Es decir, deberían ser proactivos en la búsqueda de soluciones » . « Hay mucho que podemos hacer los padres por nuestros hijos, y no somos conscientes. Por eso hablo de la «educación preventiva»: si la familia supiera o tuviera algunas pautas de cómo se desarrolla el cerebro infantil, se ahorraría muchos problemas. Y no me refiero a ningún método estrafalario con nombre extraño. Me refiero a simples costumbres instaladas en la vida familiar, como leer a los niños, algo que puede llegar a ser incluso un predictor de los resultados escolares futuros».
Frente a las dudas de cómo vamos a educar en una sociedad cambiante en constante evolución, José Carlos Aranda separa los conceptos de educar e instruir. «Podemos tener nuestras disquisiciones sobre cuál será la instrucción adecuada en esta sociedad cambiante para el futuro, es decir, qué conocimientos conviene poseer, desarrollar o acumular a lo largo del periodo de escolarización; pero las líneas maestras de la educación para lograr ser personas con talento están claras y son más necesarias y útiles que nunca: un niño que tenga autoestima, y haya cultivado la cultura del esfuerzo, siempre tendrá posibilidades de éxito», afirma este docente.
Aranda plantea la necesidad de atender al crecimiento y desarrollo de la asertividad, las emociones, la empatía, la constancia, la resiliencia, la capacidad de «aplazamiento de la recompensa» o la automotivación, «porque de nada nos sirve el mejor motor si no le ponemos ruedas a un coche, ni resulta de utilidad el mejor vehículo si no sabemos dónde queremos ir», comenta este profesor. Por eso, a su juicio, la clave está en que los padres ayuden a desarrollar de una forma equilibrada las distintas inteligencias de sus hijos pero, sobre todo, «en que les permitan soñar un destino, sentirse dignos de tener un proyecto, y les proporcionen los medios necesarios para alcanzarlo».
En Inteligencia Natural este ensayista ofrece lo que él considera las distintas claves y técnicas para lograr este aprendizaje en el hogar a través de un recorrido sobre la evolución del niño, y vuelve a poner sobre la mesa una antigua y, a la vez, actual teoría: la de la «inteligencia moral», «que no es otra que la de educar al niño para que sepa elegir las razones correctas que lo mueven a actuar bien en la vida».