POESÍA EN VENA 2015

 

 

 

 

IMG_2155Ya pasó. Celebramos la VII edición de Poesía en Vena. Ya han pasado los nervios y la tensión que produce la preparación de todo evento, en especial de aquellos que nos exigen exponernos al público, ver una marea de cabezas y rostros difusos extendiéndose hasta el fondo de ese inacabable Salón de Actos. Pero fuisteis capaces, todos,IMG_2096 de estar ahí, de dar la talla. Se coordinaron luces y sonidos, ordenadores y micros, el dibujo contrarreloj del acto en la faldilla de la mesa, el programa diseñado, distribuido, mimado. Mesas, sillas, agua, abrigos… Me siento orgulloso de todos vosotros porque en vuestra decisión y compromiso está la promesa de lo que seréis en el futuro. Hay lecciones que van más allá del aula. Quizás sean las más importantes.

IMG_2147¿Qué os pareció Manuel Gahete? Tenía mucho interés en que lo concierais, en que lo oyerais y respirarais la inspiración poética a través de sus palabras. Estamos acostumbrados a estudiar nombres, títulos, fechas… Nos olvidamos que detrás de cada palabra, de cada poema, de cada título hay una persona que vive, que respira, que siente. ¿No es mágico poner rostro y vivencias a las palabras, conocer cómo se originaron, compartir experiencias y dudas? Sé que para algunos fue un descubrimiento el conocer cómo el poeta no es más que una persona que lucha contra la soledad, la inseguridad, y las palabras en un denodado intento de expresar lo que sentimos.

IMG_2170Manuel estuvo genial. Como él es. Cercano y humano, sencillo. Nos mostró desde la propia experiencia cómo la humildad y la vergüenza lo limitó en la adolescencia, cómo un simple comentario puede cambiar la trayectoria y el estilo de un poeta. «Papá, ¿por qué no escribes cosas que la gente entienda», esta simple frase pronunciada por su hijo, lo llevó a una crisis que cambió su estilo. Hay quien diceIMG_2174 que la obra se justifica a sí misma, que el conocimiento de la vida del autor poco o nada importa. No niego que es un nivel de análisis, pero ¡cuánto más enriquecedor es conocer lo que la vivencia personal aporta al autor! Fue todo un lujo contar con el primer poeta cordobés al que aún quedan años para seguir deleitándonos con sus versos. Gracias, Manuel, por animarlos, por animarnos a combinar la inspiración con el esfuerzo y el trabajo continuado para poner en palabras las emociones que nos mueven a seguir viviendo el día a día.

IMG_2178Aquí os dejo el acto, con los poemas elegidos, los intervinientes, las fotografías. Solo me queda daros a todos las gracias por vuestra participación y por tocar con vuestra alma el sentido de los versos que nos fueron legados para «sentir la vida» a través de otros ojos.

 

 

APERTURA: ¿QUÉ CANTAN LOS POETAS ANDALUCES DE AHORA?

JESÚS Mª DE LA TORRE

He decido escoger este poema de Sta. Teresa de Jesús (Nada te IMG_2180turbe) por diversos motivos:

-En primer lugar, para hacer ver que la figura de la mujer es muy relevante en la Iglesia. Es por ello por lo que tomo a Sta Teresa como una referencia porque, es santa, ha sido proclamada Doctora de la Iglesia, rango al que pocos santos varones han podido llegar; y porque era mujer inagotable que, pese a estar enferma de cáncer, continuó dando su vida por los más pobres y necesitados.

-Y, en segundo lugar, porque este poema es simplemente un aliento para llevar los quehaceres de la vida cotidiana. Son muchos los tropiezos que tenemos y las dificultades que hemos de superar para alcanzar nuestros objetivos y, a veces, nos desalentamos pero, como dice Teresa, con fe y esperanza todo se alcanza.

 

Nada te turbe,

nada te espante,

todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.

Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;

fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.

Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.

 

ANA GARCÍA

Cada vez que lo leo se me ponen los pelos de punta.

La culpa es de uno

IMG_2184Lo he elegido por que este poema me recuerda  el dolor de la pérdida del que ama y la desesperación de ser incapaz de retener a esa persona.»El desamor vuelve al ser humano mezquino, violento y cruel»

Un derrumbe de algún modo previsto,

¡ah!, pero mi tristeza solo tuvo un sentido.

Todas mis intuiciones se asomaron

para verme sufrir,

y por cierto me vieron.

Hasta aquí había hecho y rehecho

mis trayectos contigo,

hasta aquí había apostado

a inventar la verdad;

pero vos encontraste la manera,

una manera tierna

y a la vez implacable,

de desahuciar mi amor.

Con un solo pronóstico lo quitaste

de los suburbios de tu vida posible,

lo envolviste en nostalgias,

lo cargaste por cuadras y cuadras,

y despacito,

sin que el aire nocturno lo advirtiera,

ahí nomás lo dejaste,

a solas con su suerte

que no es mucha.

Creo que tenés razón,

la culpa es de uno cuando no enamora

y no de los pretextos

ni del tiempo.

Hace mucho muchísimo

que yo no me enfrentaba

como anoche al espejo,

y fue implacable como vos;

mas no fue tierno.

Ahora estoy solo,

francamente

solo.

Siempre cuesta un poquito

empezar a sentirse desgraciado.

Antes de regresar

a mis lóbregos cuarteles de invierno

con los ojos bien secos,

por si acaso,

miro como te vas adentrando en la niebla

y empiezo a recordarte.

 

RAFAEL IGLESIAS

Rafael publicó en la Revista del Centro varios de sus poemas. IMG_2186No me resistí a ponerlo en el compromiso de que leyera en este acto. Se resistió. Insistí. Cedió. Y aquí lo tenéis.

“Quise comerme el mundo” (Rafael Iglesias)

¡Qué ironía de la vida!

Quise comerme el mundo,

y después de no sé cuánto tiempo,

descubrí que ya se lo habían comido catorce veces.

Es gracioso. Catorce veces grité, y catorce veces callé.

Ya pagué el precio de la ilusión, y mi yo,

batiéndose cuerpo a cuerpo con la vida, encontró

la verdad de repente. ¡Qué verdad tan estúpida!

La verdad es que vine a un lugar al que no quería venir.

Entré por la puerta de atrás y alguien la cerró tras de mí.

Nadie me preguntó; y mi yo, solo,

se dio cuenta de que no había camino de regreso.

Entonces grité. Pero…  ¿para qué gritar?

Entonces lloré. Pero…  ¿para qué llorar?

No hay nada, absolutamente nada

por lo que gritar o por lo que llorar.

Mi yo, si es que existe, sólo es una sombra

que ya nada desea, y nada espera.

Mi yo se muere. ¡Qué divertido!

Me muero de aburrimiento. Y ¡qué más me da!

Apenas he vivido, descubriendo a cada instante

que la vida nos mastica en silencio,

como pobres gusanos, y luego nos escupe y nos pisotea.

¡Y qué más me da!

Quise comerme el mundo, y fue él el que me comió;

catorce veces; devorando mis ojos, mis manos, mi vientre…

Apenas he vivido, soportando los empellones

que cada día la vida me da.

Te caes y te levantas. Y vuelves a caer.

Y la historia se repite; siempre igual, siempre la misma.

¡Qué largo cansancio!

Maldigo mi vida y mi mundo.

Maldigo mi yo y los versos que escribo.

¡Y qué más me da!

El peso de la vida me agobia,

implacable, y el viento del invierno,

cruel y terrible, me arrastra hasta el fondo.

Pero, ¿aún puedo caer más bajo?

No tengo ni idea, pero ¡qué más me da!

Estoy rodeado de cadáveres asfixiados

que siguen respirando en silencio.

Pobres ilusos. Algún día descubrirán

que ellos también son gusanos masticados,

escupidos y pisoteados.

¡Qué ironía de la vida!

Ella se nos ofrece como un fruto perfecto,

como un juego maduro.

Y la respiramos, y la cantamos.

Y ella, a escondidas nos ahoga, y en silencio nos pudre.

¡Qué cruel desengaño!

La vida y el mundo no valen nada,

porque nada tienen y nada ofrecen.

Y mi yo, en su agonía, perdiendo gota a gota la vida,

sigue gritando y sigue llorando.

Porque lo único que me mantiene vivo

es el gritar y el llorar;

aunque a estas alturas, sólo miserias y podredumbre

tenga entre mis manos;

aunque sólo catorce veces pueda volver a gritar,

y sólo catorce veces pueda volver a llorar.

 

CANCIÓN 20 PABLO NERUDA

MARÍA RAMÍREZ

IMG_2190Se aprecia cómo Pablo Neruda le habla a una mujer de la cual está enamorado. Esta chica se encuentra pensativa, callada…, pero no hace falta hablar para transmitir cosas, por eso él la ama igual porque el silencio puede ser una forma de comunicación en el que el lenguaje es el amor. Él la ama, sobre todo en los silencios, porque en ellos se puede ver mejor a la otra persona: «me gustas cuando callas, porque estás como ausente». Él la ama y no le importa si calla porque se transmiten los sentimientos, el amor y se convierte el silencio en un medio de expresión. Sólo le basta saber que ella está viva y él disfruta de su presencia cada momento, ella lo llena y lo hace feliz.
Pienso que en un mundo como en el que estamos viviendo ahora deberíamos de apreciar más los silencios en el amor, a la gente le falta ilusión, comprensión como la que Neruda tiene en este poema que ama a la mujer hasta cuando sólo escucha su silencio.

 

Poema:

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma,
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

ÁNGELES BENÍTEZ

Parece que Gil de Biedma escribió este poema por cosas muy concretas de su vida, pero ya se sabe, el escritor tiene que resignarse a que el lector haga la obra suya y la vea con sus IMG_2196ojos y con su vida. Yo lo he elegido porque habla de la importancia de la amistad, de que la vida cobra más sentido cuando contamos los unos con los otros y entonces, desaparecen muchas desazones.

 

De ahora en adelante, de Jaime Gil de Biedma

Como después de un sueño,
no acertaría
a decir en qué instante sucedió.
Llamaban.
Algo, ya comenzado, no admitía espera.

Me sentí extraño al principio,
lo reconozco -tantos años
que pasaron igual que si en la luna…
Decir exactamente qué buscaba,
mi esperanza cuál fue, no me es posible
decirlo ahora,
porque en un instante
determinado todo vaciló: llamaban.
Y me sentí cercano.
Un poco de aire libre,
algo tan natural como un rumor
crece si se le escucha de repente.

Pero ya desde ahora siempre será lo mismo.
Porque de pronto el tiempo se ha colmado
y no da para más. Cada mañana
trae, como dice Auden, verbos irregulares
que es preciso aprender, o decisiones
penosas y que aguardan examen.

Todavía
hay quien cuenta conmigo. Amigos míos,
o mejor: compañeros, necesitan,
quieren lo mismo que yo quiero
y me quieren a mí también, igual
que yo me quiero.

Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

BELÉN GARCÍA:

IMG_2200“Te espero” Mario Benedetti

 

Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo….

 

ADONAIS JURADO Y MARTA GALLEGOS:

Íbamos por el pasillo cuando Rafael Iglesias nos cazó al vueloIMG_2207 para intervenir en este acto. Y henos aquí con un poema maravilloso que se prestaba a dos voces, y que refleja la sensualidad y la tragedia de la Soledad de la que toma nombre el poema. Espero que nos salga bien.

Romance de la Pena Negra. Federico García Lorca.

Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad, ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache carne y ropa.
¡Ay, mis camisas de hilo!
¡Ay, mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.

Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!

 

AUDIO: PABLO MILANÉS: AMOR A LA CUBANA

RAFAEL JURADO: Poema de Alberto Díaz Malaguilla

IMG_2210Me transmite que la esencia de disfrutar está en aprovechar el momento (carpe diem) porque si te pasas siempre preocupado por el «sauce» que te persigue al final el tiempo se te ha pasado y con el la vida.

Enredado en las ramas de este sauce,
observando el mar.
Él corre alrededor de mí,
mofándose de mi zozobra,
de mi impotencia, de mi tristeza,
del enfado, la rabia, las ganas,
fatuo, altivo, fastuoso,
irónico, sarcástico
omnipotente,
esplendoroso.

Qué imbécil. Lo admiro,
lo intento perseguir,
una y otra y otra y otra vez.
Maldito sauce que me agarra con fuerza,
que se impone a mi voluntad,
me juzga por mi humanidad
y se burla de mi nimio ser.
Sus verdes lágrimas contra
mis cárdenas carnes, desgarradas
desde dentro.

Un día lo alcancé,
tan ansioso que caí al mar.
Me miró a los ojos,
me dio la mano
y nos fundimos eternamente.
Alcancé el tiempo,
más tarde que temprano.

 

ALBA GÓMEZ

 

He elegido esta poesía porque me recuerda a mi hermana, ya que vive fuera y no la puedo tener conmigo tanto como quisiera.IMG_2213

 

Me recuerda cuando me llama por teléfono y nos contamos nuestros problemas y alegrías como si estuviéramos a un metro de distancia, porque ella es la única que me comprende y me ayuda.

 

HOY, QUE ES EL CUMPLEAÑOS DE MI HERMANA (PABLO NERUDA)

Hoy, que es el cumpleaños de mi hermana, no tengo
nada que darle, nada. No tengo nada, hermana.
Todo lo que poseo siempre lo llevo lejos.
A veces hasta mi alma me parece lejana.

Pobre corrió una hoja amarilla de otoño
y cantor como un hilo de agua sobre una huerta:
los dolores, tú sabes cómo me caen todos
como al camino caen todas las hojas muertas.

Mis alegrías nunca las sabrás, hermanita,
y mi dolor es ése, no te las puedo dar:
vinieron como pájaros a posarse en mi vida,
una palabra dura las haría volar.

Pienso que también ellas me dejarán un día,
que me quedaré solo, como nunca lo estuve.
Tú lo sabes, hermana, la soledad me lleva
hacia el fin de la tierra como el viento a las nubes!

Pero para qué es esto de pensamientos tristes!
A ti menos que a nadie debe afligir mi voz!
Después de todo nada de esto que digo existe…
No vayas a contárselo a mi madre, por Dios!

Uno no sabe cómo va hilvanando mentiras,
y uno dice por ellas, y ellas hablan por uno.
Piensa que tengo el alma toda llena de risas,
y no te engañarás, hermana, te lo juro.

 

JAVIER CAÑIZARES: “Elegía por las palabras” (José Carlos Aranda)

IMG_2217Me lo propuso José Carlos en un momento de hastío por la contaminación a que nos continuamente desde la política, los medios de comunicación, que todo lo alteran, lo deforman hasta hacer irreconocible la idea y la emoción.

Devolvedme las palabras, dejad que mi mente

vea y sienta y oiga y huela las palabras

sin el vómito repugnante de vuestra avaricia opaca.

Devolvedme las palabras,

que la libertad huela otra vez a campo y cielo,

que la democracia suene otra vez a pueblo y mar,

que la paz dibuje para siempre silencios y sonrisas en el aire,

que el amor sepa como antaño a sangre, a sudor, a niño,

a pecado trascendente de entrega…

y de vida.

Devolvedme las palabras,

que la poesía vuelva a ser acuarela para el alma,

que podamos entregar algún tributo

de futuro y de esperanza.

Devolvednos las palabras,

cerdos, cínicos ávidos de miserias,

que inoculáis vuestros miedos

desde la pobre ignorancia,

vaciando mis palabras.

AUDIO: José Agustín Goytisolo, “Canción para Julia”

ALBERTO JURADO: Luis de Góngora 

 

«A Córdoba»Lo he elegido, no solo porque sea cordobés (que IMG_2222también), sino porque realiza un exquisito retrato de la ciudad que permite a alguien que no conozca Córdoba recrear las imágenes que la definen en su mente.

¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
de honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
de arenas nobles, ya que no doradas!

¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas,
que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre glorïosa patria mía,
tanto por plumas cuanto por espadas!

Si entre aquellas rüinas y despojos
que enriquece Genil y Dauro baña
tu memoria no fue alimento mío,

Nunca merezcan mis ausentes ojos
ver tu muro, tus torres y tu río,
tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España

ALBERTO DÍAZ-MALAGUILLA (poema propio)

Introducción 1

Érase una vez un chico que contemplaba su alrededor. Sumido en un gobierno de ignorantes, estatal o social, en los pequeños y los grandes ámbitos, este chico curioso y vivaz se sentía angustiado. ¿Cómo podía la ignorancia gobernar sobre la razón? Este chico huía sin parar, de toda sinrazón, de la sinrazón de la que se habla con orgullo, de las personas ignorantes que alardeaban de gobernar sobre la razón. Huía sin parar, pero era el que menos corría. Corría sumido en sí mismo.

IMG_2228Introducción 2

Este poema va dirigido a los ignorantes que nos gobiernan dondequiera, tanto en la política como en la sociedad. Sobre todo, a los ignorantes que lo son con orgullo, de los que alardean frente a los seres que razonan del poder de su sinrazón, y de los que inculcan en los observadores impasibles que es mejor ser tonto y triunfar, que trabajar o usar la razón y no ver tu éxito valorado a gran o pequeña escala. A ellos va este poema, de alguien que usa la razón sin esperar nada a cambio, frustrado en su intento de luchar contra la ignorancia.

Poema

Se le cae el cielo, de lejos pesado,

y no le aplasta sino le socorre

de la mala suerte que sobre él corre

de discernir en sí taras, osado.

De aventurarse a descubrirse, osado,

y para huir de su ignorancia corre

que más altas han caído que esta torre,

si a veces nada, otras todo, ahogado.

Si se desahoga hace mal, no puede

sino enmendar lo que mal en sí cabe,

pues lo que mal en sí cabe hiere, imperfecto

y si de por sí ya lo es, imperfecto,

el voluntario errar hace que acabe

mal, sumido. Que el silencio se quede.

Si por culpa del no saber se sabe

y si, aún del no querer, se puede,

no hay tema que por resolver quede

sin que a mi la lengua se me trabe;

Si aún sin razonamiento cabe

un mundo, echado a perder adrede,

que por el desconocimiento ruede

y con el desconocimiento acabe;

arrastradme, que sin vivir no vivo,

y no vivo sin pensar sino muero,

y como ser mimético, imito

el no pensar de la gente, altivo,

el inteligente, fatuo, teatrero,

la voz llana de la virtud, un mito.

ANA DEL MORAL

IMG_2232«Se equivocó la paloma»

 

Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.Que las estrellas, rocío;
que la calor; la nevada.
Se equivocaba.Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)

 

 

ESTELA DELGADO PIÑA

 

El poema que quiero leer es de Luis Cernuda, se titula «Te quiero».

He elegido este poema, ya que es un poema que habla del amor, me transmite dulzura, y pienso que el amor de verdad dura por y para siempre.

Te quiero.

Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;

Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;

Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;

Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido

 

JOSÉ CARLOS ARANDA «ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL» Federico García Lorca.

Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena.
Pasan, si quieren pasar,
y ocultan en la cabeza
una vaga astronomía
de pistolas inconcretas.

¡Oh ciudad de los gitanos!
En las esquinas, banderas.
La luna y la calabaza
con las guindas en conserva.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Ciudad de dolor y almizcle,
con las torres de canela.

Cuando llegaba la noche,
noche que noche nochera,
los gitanos en sus fraguas
forjaban soles y flechas.
Un caballo malherido
llamaba a todas las puertas.
Gallos de vidrio cantaban
por Jerez de la Frontera.
El viento vuelve desnudo
la esquina de la sorpresa,
en la noche platinoche,
noche que noche nochera.

La virgen y San José
perdieron sus castañuelas,
y buscan a los gitanos
para ver si las encuentran.
La virgen viene vestida
con un traje de alcaldesa,
de papel de chocolate
con los collares de almendras.
San José mueve los brazos
bajo una capa de seda.
Detrás va Pedro Domecq
con tes sultanes de Persia.
La media luna soñaba
un éxtasis de cigüeña.
Estandartes y faroles
invaden las azoteas.
Por los espejos sollozan
bailarinas sin caderas.
Agua y sombra, sombra y agua
por Jerez de la Frontera.

¡Oh, ciudad de los gitanos!
En las esquinas, banderas.
Apaga tus verdes luces
que viene la benemérita.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Dejadla lejos del mar,
sin peines para sus crenchas.

Avanzan de dos en fondo
a la ciudad de la fiesta.
Un rumor de siemprevivas
invade las cartucheras.
Avanzan de dos on fondo.
Doble nocturno de tela.
El cielo se les antoja
una vitrina de espuelas.

La ciudad, libre de miedo,
multiplicaba sus puertas.
Cuarenta guardias civiles
entran a saco por ellas.
Los relojes se pararon,
y el coñac de las botellas
se disfrazó de noviembre
para no infundir sospechas.

Un vuelo de gritos largos
se levantó en las veletas.
Los sables cortan las brisas
que los cascos atropellan.
Por las calles de penumbra
buyen las gitanas viejas
con los caballos dormidos
y las orzas de monedas.
Por las calles empinadas
suben las capas siniestras,
dejando detrás fugaces
remolinos de tijeras.

En el portal de Belén
los gitanos se congregan.
San José, lleno de heridas,
amortaja a una doncella.
Tercos fusiles agudos
por toda la noche suenan.
La Virgen cura a los niños
con salivilla de estrella.
Pero la Guardia Civil
avanza sembrando hogueras,
donde joven y desnuda
la imaginación se quema.
Rosa la de los Camborois
gime sentada en su puerta
con sus dos pechos cortados
puestos en una bandeja.
Y otras muchachas corrían
perseguidas por sus trenzas,
en, un aire donde estallan
rosas de pólvora negra.
Cuando todos los tejados
eran surcos en la tierra.
el alba meció sus hombros
en largo perfil de piedra.

¡Oh, ciudad de los gitanos!
La Guardia Civil se aleja
por un túnel de silencio
mientras las llamas te cercan.

¡Oh, ciudad de los gitanos!
¿Quien te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente.
Juego de luna y arena.

 

CIERRE DEL ACTO: K. 487 de W. A. MOZART POR FERNANDO ESPINO Y JOSÉ CASTRO

 

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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