A los hijos y a las familias hay que aclararles que contar lo que está pasando no es chivarse, es utilizar los medios a tu alcance para poner soluciones que por ti mismo no puedes aplicar. También los adultos recurrimos a la denuncia en el juzgado y es la respuesta de la familia que no encuentra en la Administración ni medios ni respuestas ante estas situaciones de acoso. Debemos enseñar a nuestros hijos que el silencio ante el acoso nos hace cómplices del agresor, aislamos a la víctima y potenciamos su sufrimiento. Debemos enseñar a nuestros alumnos que hay lecciones más importantes que la Historia o la Lengua, las Matemáticas o la Física, el Arte o la Filosofía… Y una de ellas es aprender a ser humanos ayudando entre todos a un mundo mejor, aprender que todos dependemos de todos y que la felicidad se construye con el esfuerzo solidario de muchos pequeños gestos, aprender que la violencia solo engendra violencia y nunca aporta soluciones.
Y debemos exigir a la Administración soluciones reales que eviten que un niño más siga sufriendo.
Aquí os dejo este artículo para la reflexión:
http://www.elespanol.com/espana/20160426/120238016_0.html