Ayer tuvimos la primera de las dos sesiones programadas en la Escuela de Padres sobre «Educar con Inteligencia Natural». Es muy de agradecer que se acometa esta actividad también desde las parroquias para ayudar a mejorar el bienestar de las familias y la educación de los hijos, un aspecto que deja bastante que desear en muchos centros escolares. Y también es de agradecer que hayan pensado en mí para impartir estos talleres.
Desde Inteligencia Natural defendí el concepto de «Educación Preventiva», cómo el conocimiento y desarrollo de unos buenos hábitos educacionales, especialmente en las familias, podían evitar la mayoría de los problemas que se presentan en el desarrollo infantil y juvenil. La educación no es solo responsabilidad de los centros escolares, tiene la base en la familia e importa llevar hasta ella las claves que permitan ayudarles a mejorar en todos los aspectos.
En tan poco tiempo, solo pudimos esbozar las líneas maestras del método Inteligencia Natural basado en el conocimiento de la evolución infantil y la búsqueda del equilibrio entre inteligencias teniendo como apoyo la autoestima. Nuestro objetivo como educadores: educar personas capaces de ser felices en la vida. Y esto tiene mucho que hablar.
Me encantó el ambiente y el resultado, pero es solo el inicio. Ahora viene la parte más difícil, tratar de llevar a la práctica algunos de los objetivos marcados. Y ayudarnos unos a otros a ayudar a los demás. Todos juntos sabemos más que el mayor sabio. Continuaremos el mes próximo.