Las ideas que quedan aquí expresadas son de carácter orientativo. Cada comentario puede elaborarse desde distintas perspectivas igualmente válidas y certeras. Lo importante es “razonar” y, a partir de las perspectivas seleccionadas, alcanzar una conclusión personal. Planteamos claves que pueden desarrollarse atendiendo al manual
TEXTO I: CHICAS Y CINE
La máxima transformación sexual desde el brote del amor libre ha sido el amor igual. Es decir, la tendencia creciente a la igualación de los amores masculinos o femeninos a partir de hacerse equivalentes sus situaciones reales. Después de haberse cumplido diez siglos de amor cortés apareció -a finales del siglo XX- el amor sin cortes. Ni el chico se veía ya obligado a la respetuosa timidez para acercarse a la amada ni la chica sería condenada por tomar iniciativas. Más aún: la relación de tú a tú comenzó a crear parejas sin amo, socios iguales del goce o del destino, sin nexos ni diversos contratos leoninos. La nuda propiedad del otro fue desapareciendo al compás de convenir que nadie se vendía a nadie, tanto porque su individualismo había ganado altísima cotización como porque la mujer iba alcanzando autonomía económica y, sigilosamente, autonomía total. Ahora se llega elocuentemente al caso incluso de que ella no necesita siquiera de él para ser madre, si fuera esto lo que prolongara la subordinada pesquisa del varón.
De este modo, pues, se inaugura un tiempo intersexual extraordinario. Hombre y mujer se miden bajo el mismo patrón y los términos de intercambio llegan a ser parejos. El sexo vale mucho por su valor de uso, pero ha perdido casi todo su mítico valor de cambio. Las mujeres ganan en consideración y trato humano la mitificación que pierden como personajes misteriosos e histéricos. Ganan en realidad la parte de divinidad antiguamente cultivada en purpurina y, como consecuencia, ellas parecen más hombres, mientras que los hombres, más hembras. De tal contagio recíproco ha cundido una mixtura con sus propios síndromes y un código de comunicación que, recordando continuamente la igualación, rechaza los brotes de inferioridad y toda alusión a las escalas. Así, por tanto, mientras hace unos años seguía siendo una práctica varonil invitar a una chica al cine, hoy la chica se revuelve y se apresura nerviosamente a pagar en señal de rebeldía y rechazo del artificio. ¿Invitar ahora a las mujeres a ser ministras? ¿No se trata de una idea de hace medio siglo? ¿No suena más a falta de tacto, machismo disfrazado, caballerosidad trasnochada, anochecer de la imaginación?
VICENTE VERDÚ, El País
EJERCICIO DE COMENTARIO:
TÉCNICA DE DESARROLLO APLICADA AL TEXTO
1) Redactar primero al «Resumen», luego el «Esquema», después el «Comentario Crítico» y, por último, el «Tema».
RESUMEN:
1) Lectura pausada y comprensiva del texto: numera las líneas.
2) Segunda lectura: subraya las frases claves y ve separando las afirmaciones de las demostraciones (ideas principales y secundarias).
3) Redacta el resumen centrándote en las ideas principales y evitando repetir literalmente el texto (reelabora). Procura ser concreto, preciso y no usar vulgarismos ni circunloquios (REGLA DE ORO: MEJOR UNA PALABRA QUE DOS, MEJOR DOS QUE TRES).
4) La extensión total no debe exceder nunca el 30 % de la extensión del texto.
(Recuerda que en el resumen no interviene tu opinión, no debes tomar posición ni expresar ideas propias. Estamos resumiendo el texto, sólo aparecen las ideas del texto).
EJEMPLO:
La mujer ha logrado la igualdad de sexos desde finales del siglo XX, lo que supone la gran transformación de la sociedad moderna. Han desaparecido los papeles de la pareja tradicional y vamos hacia una relación en igualdad de trato y condiciones entre hombre y mujer donde prima el individualismo. Gracias a su autonomía económica, la mujer ha alcanzado la autonomía total, ni siquiera necesita ya al varón para ser madre. Hasta las relaciones sexuales han dejado de ser un aspecto social de cambio para valorarase por su uso. Y las mujeres defienden este nuevo estatus rebelándose contra usos anticuados como que el hombre las invite por la posible carga de superioridad machista implícita. Por eso, no parece razonable, ante esta realidad, invitar a las mujeres a ser ministras.
(27 líneas de texto, 10 líneas manuscritas: procura redactar en 1 solo párrafo)
ESTRUCTURA:
1) Si has hecho bien el resumen, te servirá como punto de referencia. En el punto 2, habrás señalado ideas principales y secundarias: revísalas.
2) Quédate con las principales y piensa qué relación lógica puede haber entre ellas (las relaciones lógicas las tienes en el cuadro de las oraciones compuestas).
3) Incorpora después las ideas secundarias marcando también la relación lógica.
4) Estructúralo en forma de esquema incorporando las relaciones lógicas.
5) Incorpora un párrafo explicativo a modo de conclusión.
EJEMPLO:
1) La igualdad entre el hombre y la mujer ya es un hecho
(demostración: PORQUE):
1.1: La autonomía económica de la mujer le otorga independencia del hombre: (TANTA QUE)
a) Ni siquiera lo necesita para ser madre.
1.2.: La mujer asume funciones tradicionales masculinas (aproximación de los sexos).
1.3.: Frente al matrimonio el individualismo es más valorado.
2) (PERO) La mujer se rebela contra cualquier conato de machismo.
2.1. (POR LO TANTO) No tiene sentido invitarlas a ser ministras.
El texto plantea una estructura deductiva: parte de una idea (1) para, a través de unos argumentos que la sustentan (1.1, 1.2 y 1.3), introducir una conclusión (2.1.) apoyada en un hecho (2). La idea conclusiva a la que pretende llegar el autor (No tiene sentido la ley de paridad), aparece al final.
En cuanto a la estructura externa, está compuesto de dos párrafos en relación lingüística. El segundo párrafo, introducido por el ordenador “pues”, guarda una relación semántica ilativa (consecutiva) con lo expuesto previamente.
TEMA:
Debemos procurar, sobre todo, enunciar la idea central de forma muy breve, pero precisa.
EJEMPLO:
La igualdad de sexos es ya una realidad social.
COMENTARIO CRÍTICO:
1) Empieza por poner entre interrogaciones las afirmaciones del texto (¿Es ya un hecho la igualdad? ¿La autonomía económica de la mujer la hace independiente del hombre? ¿Se están haciendo más hombres y ellos más mujeres? ¿Ha perdido valor el matrimonio por el individualismo? ¿Se rebelan las mujeres ante cualquier conato machista? ¿No tiene apoyar mediante leyes la igualdad de la mujer?). Trata de tomar tu propia posición ante esas preguntas.
2) Piensa cuál es la tesis que tú vas a defender (¿Dónde quieres llegar con tu argumentación? ¿Cuál va a ser tu conclusión?).
3) Realiza un esquema previo con los 4 puntos que vas a desarrollar ordenados por importancia (búsqueda de perspectivas).
4) Desarrolla el comentario empezando por un párrafo expositivo (centras las ideas del texto, aún no interviene tu opinión, pero seleccionas interesadamente la información para tu desarrollo), explica cada uno de los puntos seleccionados en un párrafo diferenciado, y cierra el comentario con una conclusión donde relaciones lo más brillante o destacado de tus argumentos de forma breve.
5) Procura usar la tercera persona verbal y evitar valoraciones subjetivas o peticiones de principio.
6) Recuerda que tus ideas deben aparecer como consecuencia de un proceso mental, debes argumentar, es decir, usar datos objetivos, ejemplos o ideas que sustenten y apoyen tus opiniones.
EJEMPLO:
En la sociedad moderna, parece que ya se ha alcanzado la igualdad entre hombres y mujeres: los papeles tradicionales han perdido vigencia. Gracias a los anticonceptivos y el aborto, la sexualidad ha dejado de identificarse con el embarazo y la maternidad, lo que ha liberado a la mujer actual de esta servidumbre secular. La independencia económica le ha procurado, además, la libertad necesaria para no necesitar ya al hombre ni siquiera para procrear con los bancos de esperma y la fecundación in asistida. La igualdad ya es un hecho y la mujer actual se muestra celosa de su conquista y dispuesta a defenderla.
Esta panorámica dibujada en el texto tiene su fundamento, aunque resulta muy cuestionable, dado que, de ser cierta, no sería necesario seguir luchando por la “igualdad” real entre hombres y mujeres en la sociedad moderna. Pero aún se mantiene a la mujer marginada en el mundo laboral, donde cobra un 30 % menos que los hombres; también parece que el paro afecta más a las mujeres que a los hombres; la violencia machista sigue siendo una lacra social que se cobró 69 víctimas en el 2009 a pesar de los esfuerzos por evitarla o prevenirla. Y es un hecho que la familia y el hogar siguen siendo una obligación vinculada más a la mujer que, con frecuencia, sufre esta sobrecarga de trabajo y responsabilidad.
Ante esta situación, hay quien piensa que la mujer es la gran maltratada de la sociedad moderna. Frente a un modelo en el que la familia aparecía estructurada en funciones bien definidas, la incorporación masiva de la mujer al mercado laboral ha traído dos consecuencias asociadas: por un lado, la desaparición de los papeles tradicionales, la mujer que trabaja ya no puede ni debe encargarse sola de las labores domésticas de limpieza, intendencia, atención, cuidado y educación de los hijos; y, por otro, para desarrollarse profesionalmente, la mujer debe estar a la altura en preparación, dedicación y tiempo a su trabajo para competir en igualdad con sus compañeros varones. Esto es un hecho, como lo es que el cambio es irreversible. Pero el problema lo planteaba muy bien Camilo José Cela, en un artículo publicado en ABC, en los años 90 “Nos han hecho renunciar a un modelo social sin saber cuál es su alternativa, si es que la hay”. La conclusión era que no sabemos hacia donde vamos.
La mujer está obligada a competir con el varón en el ámbito laboral. Para ello, debe desarrollar cualidades como la agresividad o la ambición tradicionalmente asociadas al varón. Por su parte, el hombre, sin la intendencia doméstica, tampoco encuentra su lugar. De ahí que los hijos supongan un problema, una incomodidad por cuanto resultan un obstáculo para la lucha hacia las metas profesionales de sus progenitores. De ahí, el marcado descenso de la natalidad. No es que no se quiera tener hijos, es que no hay tiempo para atenderlos.
Por otro lado, el cambio de mentalidad social no ha afectado por igual a los dos sexos. La mujer puede optar entre ocuparse de la casa y la familia o desarrollarse profesionalmente; sin embargo, el hombre no tiene la elección a su alcance. Ante el avance de la mujer, cabría pensar que se acepta la posibilidad de que sea el varón quien permanezca en casa para hacerse cargo de su limpieza, atención a los niños o la intendencia del hogar, pero no es así. La mujer que desempeña esta función es un ama de casa –hoy respetable, aunque visto como un mal menor-, el hombre que lo hace es un “chulo” o un “vago” que vive del trabajo de su mujer. Eso en el mejor de los casos.
Es cierto que la libertad sexual es ahora para la mujer mayor de lo que nunca fue. Pero, como dice el autor, la libertad ha traído de la mano el sexo sin amor ni compromiso, lo cual, lejos de ser una conquista, puede transformarse en una condena. El ejercicio de la libertad lleva emparejado el ejercicio de la responsabilidad: puede que una mujer sepa gestionar su sexualidad de forma responsable, una adolescente lo tiene más complicado. Los embarazos no deseados se han multiplicado y con ellos los abortos, la píldora postcoital, o el parto como decisión y responsabilidad exclusiva de la mujer. El varón, relegado, solo disfruta. La mujer que decide asume las consecuencias de su decisión el resto de su vida ¿Es esto igualdad?
Una última reflexión: el autor realiza en el texto una serie de afirmaciones con las que podemos estar más o menos de acuerdo. Pero resultan aplicables sólo y exclusivamente a las sociedades industrializadas del primer mundo. En ellas, la mecanización, la prolongación de la vida, el descenso de la natalidad, y el liberalismo han posibilitado la igualdad de sexos. No todo el mundo vive en estos modelos sociales. Basta con ver un programa de “Perdidos en la tribu” para comprender que la distribución de funciones en la pareja, en otras culturas, sigue estando vigente como modelo, un modelo que ha preservado a la especie durante cincuenta mil años, un modelo en el que la libertad individual queda supeditada al interés de la colectividad por la supervivencia.
En tanto que la mujer sea la única transmisora de vida y el número de miembros de la «tribu» sea el potencial a preservar, el hombre seguirá siendo el elemento prescindible, quien deba asumir riesgos y proteger a las mujeres y los niños porque en ellos está el futuro. Un solo hombre y ochenta mujeres pueden repoblar una tribu en quince años; una sola mujer con ochenta hombres es una condena a la desaparición que la especie no puede permitirse. Por eso es el hombre quien sale, caza, afronta los peligros y muere sacrificado cuando es necesario.
La igualdad es una conquista deseable en las sociedades modernas, pero no podemos entender extrapolable nuestro modelo a todo el mundo, ni creernos los mejores cuando aún no hemos resuelto un modelo social apto para la convivencia con estas nuevas reglas: el número de suicidios en nuestro modelo es único en el mundo, los viejos son un problema porque requieren tiempo y dedicación, el aborto es implanteable en sociedades más primitivas… Algo, pues, nos está fallando en nuestro perfecto organigrama que debe hacernos reflexionar y ser más humildes.
(Recuerda que no hay un comentario único, sino tantos como reflexiones podamos realizar. Lo importante es que no te limites a repetir lo que dice el texto, que amplíes algo las perspectivas y, sobre todo, que “argumentes” o “razones” tus ideas en el desarrollo del comentario).
José Carlos Aranda Aguilar