EL PERIODISMO ESPAÑOL EN EL SIGLO XX:
Cuando hablamos de periodismo, no sólo nos referimos a la prensa escrita, sino a medios de información en general. Hacemos esta salvedad, porque el siglo XX ha supuesto la revolución de los medios informativos, la aparición de los llamados “medios de comunicación de masas”. La clave ha estado en los avances científicos que han desarrollado soportes técnicos –comunicación por ondas, vía satélite- necesarios para alcanzar el mundo de la globalización en la información que hoy vivimos.
Frente al peridismo del siglo XIX caracterizado por el diario impreso como soporte y un público reducido –burguesía, clero y aristocracia- por el altísimo índice de analfabetismo, el periodismo del siglo XX irá extendiendo su difusión e influencia de forma progresiva. La radio en la primera mitad del siglo, y la televisión en la segunda mitad, han transformado las prácticas periodísticas. Y aún es pronto para evaluar la influencia y evolución del fenómeno “internet”, sin duda la última revolución en marcha. Durante todo el siglo, se ha mantenido el soporte impreso, el periódico tradicional, que incluso ha ganado en difusión, variedad y número de lectores. Pero el peridismo se ha hecho mayoritariamente oral, con la consiguiente ampliación del espectro de receptores. La televisión añadió, además, el soporte en imágenes, lo que condicionó aún más la orientación y evolución del periodismo en los diferentes sectores.
A esto debemos añadir la evolución social a lo largo del siglo XX. Dos factores condicionarán su progresión: en primer lugar, la erradicación del analfabetismo en la segunda mitad de siglo, lo que dará lugar a un público potencial de lectores muchísimo más amplio y diverso; en segundo lugar, la desaparción de la censura informativa a partir de 1975. La censura había sido una constante en los regímenes políticos previos desde Fernando VII (sólo había un periódico, La Gaceta de Madrid, para toda España), hasta la muerte de Franco y la llegada de la Democracia. En estos dos siglos sólo hubo breves paréntesis más o menos largos y prolíficos –Isabel II, 1ª República, Alfonso XII, 2ª República-.
La radio trajo una mayor rapidez en localizar y transmitir la información, lo que multiplicó el número de noticias y su inmediatez –hoy día podemos asistir a una crónica inmediata de un suceso gracias a la telefonía móvil, conexión en directo con la emisora de un testigo ocular del suceso-. Estas ventajas hicieron evolucionar el tratamiento de las noticias en la prensa escrita que, a partir de 1950, abundará más en el comentario y el reportaje. Con la llegada de la televisión, el apoyo de imágenes en las noticias la convirtió en el medio con más difusión. La radio tuvo que evolucionar tratando de profundizar más en las noticias y abordarlas desde distintas perspectivas. El formato abierto de “tertulias” cobró entonces enorme importancia –destaca por la creación de formato y sus 25 años en antena Luis del Olmo y su programa “Protagonistas”-.
A su vez, el incremento de público provocado por el mayor nivel cultural de la población y la difusión universal de los medios, ha traído consigo una diversificación de intereses y tratamientos con amplición de géneros y temas. Estos se han ido especializando en los diferentes medios con distintos formatos. Entre ellos cabe destacar: en primer lugar, el llamado “periodismo ideológico” muy del siglo XIX y principios del siglo XX que ofrecía la noticia desde una perspectiva de pensamiento concreta –ya fuera social, política o religioso-, interesaba usar la noticia para adoctrinar en una línea ideológica. Con la llegada de la radio, fue ganando fuerza y presencia el “periodismo informativo puro”; en él centramos la atención en los hechos objetivos y en la rapidez con la que logramos hacer llegar la noticia al público. No se pretende comprender la información, sólo ponerla a disposición del receptor. Pero a partir de 1950 –entrada de la televisión- el periodismo de interpretación va extendiéndose. Ya no basta con la noticia, interesa también el por qué ha sucedido y las consecuencias que pueda traer. Interesa no sólo informar sino valorar las noticias. La amplicación de público y soportes de información también trajo la proliferacióbn de otros tipos de periodismo como el llamado “popular”, normalmente de aparición semanal –Semana, Lecturas-, pero que también y últimamente ha saltado a los soportes visuales diarios. Son los llamados “prensa del corazón” o “prensa amarilla”. En televisión se han hecho famosos por su incontestable e inexplicable éxito (Dónde estás corazón o Salsa Rosa). Los soportes impresos, mientras, han dado entrada al llamado “periodismo de investigación” (El mundo, Informe semanal, El País, etc.) a partir de 1975. En él se busca la precisión y la exhaustividad yendo al fondo de los asuntos. Su utilidad como control de los poderes y la función pública ha quedado sobradamente demostrado en casos como el GAL, la llamada “Operación Malaya” y sigue desarrollándose hoy día con casos como “Gürtel”, “Garzón” o “Bono”.
También, por las circunstancias expuestas, el “periodismo de opinión” ha cobrado una enorme pujanza desde la llegada de la Democracia. En él encontramos un tono subjetivo y argumentativo avalado por la firma de su autor. Mención especial merece el llamado “periodismo literario”. El periódico ofreció, por primera vez en la historia de la literatura, la posibilidad a los autores de vivir de sus escritos, lo que les otorgó la libertad necesaria para expresar sus opiniones. Su formato reducido dio lugar a la proliferación del ensayo como género líterario. Desde Mariano José de Larra hasta hoy, periodismo y literatura han ido de la mano. Además de entretener, el estilo, la sutileza y la vocación estética de sus escritos son buscados por todo tipo de lectores y la colaboración es asidua. Autores como Miguel Delibes, Arturo Pérez Reverte o Gabriel García Márquez se iniciaron en la literatura desde el periódico. Más recientemente, periódicos como El País vieron el interés que suponía el contar con autores de prestigio como colaboradores asiduos. De esta forma, escritores como Onetti, Octavio Paz, Juan José Millas, Manuel Vicent, Mario Vargas Llosa, Francisco Umbral, Camilo José Cela, etc. han llegado también con más facilidad al gran público.
Queda por ver la evolución de los medios y soportes informativos con la irrupción de internet. Se ha multiplicado la rapidez, la economía y el volumen de información diaria. Se está perdiendo el rigor informativo aportado por periodistas bien formados en medios de comunicación responsables de su información y con una línea editorial definida.
Estaba pensando ahora mismo en esto… Muchas gracias
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