MANUAL DE REDACCIÓN PARA PROFESIONALES E INTERNAUTAS: ENTREVISTA EN ABC DE CÓRDOBA POR ALFREDO MARTÍN-GÓRRIZ, DOMINGO 17 DE JULIO DE 2011.-

MANUAL DE REDACCIÓN PARA PROFESIONALES E INTERNAUTAS: ENTREVISTA EN ABC DE CÓRDOBA POR ALFREDO MARTÍN-GÓRRIZ, DOMINGO 17 DE JULIO DE 2011.-

El viernes 15 de julio recibí la llamada de teléfono de Alfredo Martín-Górriz. «Le llamaba para concertar una entrevista». La conversación fue rápida y quedamos para el día siguiente sábado. Estuvimos más de una hora hablando, le agradezco el trato dispensado. El espacio reservado a la entrevista en el diario no era el esperado y Alfredo recompuso el texto, eso justifica esos puntos suspensivos que aparecen al final en la página del periódico. Sin embargo, tuvo a bien facilitarme por correo electrónico el texto íntegro, tal y como salió de su pluma -o su teclado- que es el que a continuación reproduzco:

«José Carlos Aranda se presenta en broma como el autor de la ortografía española más voluminosa hasta la aparición de la ortografía de la Real Academia: más de 500 páginas y 25 euros le avalan. Pero bromas aparte, este doctor en Filología Hispánica ha apostado por acercar la lengua castellana a los lectores de forma divulgativa y desde diversos puntos de vista. Tras «Cómo se hace un comentario de texto» y «El libro de la gramática vital», este autor cordobés se ha propuesto que se escriban correos electrónicos o mensajes de móvil con corrección. Su empeño se llama Manual de redacción para profesionales e internautas. Este libro cuenta con la posibilidad de realizar ejercicios en el propio blog de quien ejerce actualmente de profesor en el instituto El Tablero (josecarlosaranda.com). 

– En un mundo donde se escribe «bmos a kdar ego, toy n ksa» o donde campa a sus anchas ese «hoygan» de internet, ¿no es lo suyo predicar en el desierto?

– Confío en que no. De la misma forma que existe una mala praxis en internet, también detecto a través del blog mucha preocupación por escribir bien. 

– ¿A qué tipo de profesionales va dirigido el libro?

– A cualquiera que tenga internet como herramienta profesional. Ahí podemos incluir a abogados, asesores de todo tipo, arquitectos, periodistas…

– ¿Cómo ha influido la aparición de internet en la escritura?

– Ha influido de dos maneras. Por un lado debido a su velocidad de implantación. Por otro porque una vez se ha implantado tan rápidamente aparece el fenómeno de la interpelación en la red. Aquel que escribe un texto espera una respuesta, muchas veces inmediata, incluso un diálogo. Y todo ello con una mala escuela previa: la telefonía móvil. El número de dígitos repercutía en el coste del mensaje y eso implica una forma de maltratarla lengua para abreviar todo lo posible, un maltrato que incluye la desaparición por ejemplo de la ‘ch’, la ‘ll’ o la ‘qu’, la supresión de signos de puntuación o de muchas vocales en las palabras. Todo esto que tenía razones meramente económicas salta a la red. Y en la red lo que está escrito, escrito queda. Y encima para siempre (ríe).

– ¿Qué errores habituales se ha encontrado en los textos de profesionales a los que se les presupone formación?

– Por ejemplo la falta de algo tan sencillo como el asunto del mensaje. Muchos no ponen nada y corren el riesgo de que no lo lean o lo borren por creerlo a simple vista un correo masivo o un correo peligroso. También observo que se utilizan registros más coloquiales, propios del lenguaje oral, en los correos profesionales.

– ¿Con qué barbaridades, entre comillas, se ha topado al leer correos de determinados profesionales? 

– Por ejemplo una empresa municipal, no diré el nombre, dirigiéndome una carta tuteándome. O pedir un presupuesto y encontrarme con un texto casi incomprensible por no tener organizado el contenido. 

– O sea, que aquello que nos enseñaban de encabezar las cartas con un «Estimado sr.» o el tramiento de usted se encuentran en peligro de extinción.

– Hace poco en el blog me escribió una mujer boliviana que se dirigió a mí con un «estimado doctor Aranda», con tratamiento académico, el primer apellido y luego dos puntos y aparte. Y terminaba con su nombre, dirección… pues chapó. La impresión es seria y responsable, la que me gustaría que tuviesen de mí al dirigirme a alguien. Porque el texto escrito da una imagen de nosotros. Pero cuidado. A veces excesivos formalismos pueden echar para atrás. Se puede recurrir por ejemplo a un estilo algo menos serio pero recurriendo a la tercera persona, «si lo cree conveniente»…

– El manual está dirigido a profesionales. Muchas veces el desarrollo de algunas profesiones o su jerga por ejemplo pueden producir malos hábitos, ¿cuáles son los profesionales donde se observan los peores?

– Los abogados. Sobre todo por el uso del gerundio que hacen, además de toda esa jerga legal a veces incomprensible. Y también los médicos.

– Que ya tienen el sambenito de su mala letra.

– (Ríe). Sí, y además tienen malos hábitos porque leen mucho del inglés, que es la lengua científica por excelencia. Y luego lo trasladan mal al español.

– ¿Se notan diferencias por tramos de edades?

– Desde luego. Con los más jóvenes me topo con faltas de ortografía que jamás había visto antes. La ‘x’ por la ‘ch’. La supresión de elles. Y mi preferida: «hazin» por «así». Pero ojo, «hazin» sin tilde. Y además un montón de palabras inventadas. 

– Supongo que las propias características de la tecnología en cuestión puede producir incluso aberraciones. Pienso ahora en algunas traducciones utilizando el google.

– Algo tan sencillo como copiar y pegar ya puede provocar que el texto se convierta en un rompecabezas incomprensible porque el remitente no ha repasado lo que ha copiado y pegado o cómo encaja con el texto propio. A veces algunos teléfonos no tienen algunas letras o signos de puntuación, o encontrarlos para mandar mensajes es muy trabajoso. Hay un invento absolutamente diabólico. Que es la transcripción al lenguaje escrito del mensaje de voz.  Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. A veces al utilizar estos programas y ver el resultado después de enviarlo he tenido que llamar para señalar a mi interlocutor que lo que ha recibido… no era culpa mía. El corrector de los procesadores de texto: por una parte es muy útil, ya que evita la memorización de reglas ortográficas, que se pueden aprender de otras maneras con distintos métodos más eficaces. Pero siempre hay que tener en cuenta que no organiza el texto, ni corrige las mayúsculas o signos de puntuación. O no dice nada sobre elementos semánticos de combinación de palabras, es decir, cuándo hay que poner «ojear» u «hojear». Si se tiene esto en cuenta es una herramienta excelente. Si no lo convertimos nosotros mismos en otra fuente de errores.

– ¿Qué ocurre con la moda de los emoticones?

– Los emoticones no pueden utilizarse en el lenguaje formal. Es algo que siempre hemos utilizado. Al comunicarnos se echa de menos la posibilidad de transmitir algunas emociones. Por eso de pequeños llenamos los cuadernos, por ejemplo, de corazoncitos pintados, o terminábamos una carta romántica dibujando una flor. El problema es que hay que distinguir el lenguaje coloquial y personal del lenguaje formal.

– Algo novedoso del libro es su conexión con el blog. El libro plantea ejercicios y luego el lector y también alumno para la ocasión puede acudir al blog.

– El libro contiene una serie de ejercicios. Y su solución está en el blog. Ahí el lector puede mirar si lo ha hecho bien, además de tener la oportunidad de realizar consultas por correo electrónico o mediante los propios comentarios del blog.

– ¿Puede ofrecer a modo de receta una guía a modo de “esto se puede hacer y esto de ningún modo”?

– Imagínese que acude al médico porque tiene un problema de obesidad mórbida. Le diría que de ninguna manera puede solucionar ese problema en una semana. Sucede lo mismo con lo que me pregunta. Lo que es bueno es tener una serie de hábitos y esos hábitos mantenerlos en el tiempo. Tenemos que recuperar los rasgos de una lengua formal que garantice la comunicación con su registro correspondiente. Lleva tiempo pero tampoco debemos agobiarnos.
ENLACES VINCULADOS:
ENTREVISTA EN COPE: http://www.ivoox.com/nuevas-tecnologias-nos-perjudican-al-escribir-manual-audios-mp3_rf_746298_1.html

Un manual pensado para quienes usamos Internet y procesadores de texto. Para personas, profesionales y empresarios conscientes de la necesidad e importancia de ofrecer una imagen correcta en las comunicaciones. Útil y práctico, incorpora más de setenta ejercicios de mejora con corrector “on line”.

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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