ANTONIO MACHADO: BREVE BIOGRAFÍA Y POEMAS.
Antonio Machado (1875-1939):
Nació en Sevilla y vivió luego en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros poemas aparecieron en 1901. Las penurias económicas familiares por la muerte de su padre, primero, y de su abuela paterna -doña Cipriana Álvarez-, después, lo llevaron a una vida bohemia y disipada de teatro, tertulias de café… no acabó el bachillerato hasta el año 1900. Viajó a París en 1899, ciudad que volvió a visitar en 1902, año en el que conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida. 
En Madrid, por esas mismas fechas conoció a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados escritores con los que mantuvo una estrecha amistad. Sacó la cátedra de Francés, para la que, por entonces no se requería titulación universitaria y fue destinado a Soria. Allí conoce y se casa con Leonor Izquiedo (fotografía de superior derecha). Leonor era hija de los dueños de la pensión donde se alojaba, tenía solo quince años y su boda fue un escándalo en la localidad; pero la amó con toda el alma hasta el final de sus propios días. Su felicidad duró apenas tres años. Una grave enfermedad pulmonar se la llevó en agosto de 1912. Tuvieron que regresar precipitadamente de París donde estaban con una beca de perfeccionamiento que Antonio Machado había obtenido y a la que tuvo que renunciar. Rubén Darío les prestó el dinero para el viaje de regreso a Soria. El éxito de la publicación de Campos de Castilla le ayudó a sobreponerse a la depresión que le causó.
Angustiado y tratando de separarse de los paisajes y rincones que tanto le recordaban a su niña, pide el traslado de Instituto y va a Baeza (foto izquierda), pero tampoco allí encuentra la paz de espíritu. La añoranza por la capital, por Castilla, lo llevan de nuevo esta vez a Soria donde lo sorprendería la guerra. Su fama ya es enorme, en 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua, nunca llegó a pronunciar el discurso de ingreso. Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel, estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puertos, de 1929, y La duquesa de Benamejí, de 1931. En 1932 recibe un homenaje en su querida Soria (foto inferior derecha).
Cuando estalló la Guerra Civil española estaba en Madrid. Posteriormente se trasladó a Valencia, y Barcelona, y en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió en febrero (fotografías inferiores).
Su poesía es precisa y sencilla en el lenguaje. Plasma un paisaje realista de Castilla deteniéndose en lo abrupto y pobre y monótono de los detalles desde una perspectiva noventaiochista para interiorizarlos y reflejar en ellos sus propias vivencias personales. Ve en esa pobreza la sencillez que fuerza a la grandeza del espíritu que formó al gran pueblo castellano capaz de las mayores proezas. Quiere que su poesía se parezca en sencillez y fuerza expresiva a ese paisaje («Campos de Soria»). Sus poemas reflejan el sentir dolido por la patria.
Entre sus obras poéticas destacaremos Soledades, galerías y otros poemas en 1903, Campos de Castilla, en 1912, Nuevas canciones en 1925 y La guerra en 1938.
Para comenzar a conocer a don Antonio Machado, nada mejor que su «Autorretrato» realizado por encargo. Únicamente destacar que aún no ha conocido a Leonor cuando lo compone, las demás claves son fáciles de interpretar. De él destacaría su “soy, en el buen sentido de la palabra, bueno”, el rechazo a sus inicios modernistas -gay trinar- y a la vida bohemia que había llevado en su primera etapa de Madrid, poetas más preocupados por su aspecto, su indumentaria y su fama que por su obra -tenores huecos, actual cosmética-; y su punto de rebeldía -gotas de sangre jacobina-. Respecto a su torpe aliño indumentario, es conocida la crítica de Juan Ramón sobre que iba siempre cubierto de ceniza –era un fumador empedernido- y con los bolsillos de la chaqueta llenos de colillas. Su concepto de la poesía también queda fijado “…Dejar quisiera / mi verso como deja el capitán su espada: / famosa por la mano viril que la blandiera”, importa más la utilidad, el mensaje, que la forma y la belleza, ahí está su filiación regenarionista bajo la influencia de don Miguel de Unamuno. Y el final del poema es casi profético. En la huida precipitada de Barcelona perdió incluso la preciada maleta donde transportaba los pocos libros que le habían acompañado en el viaje desde Valencia. Ya nada le quedaba en Colliure.
RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara (1) ni un Bradomín (2) he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—(3);
mas recibí la flecha que me asignó Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario (4).
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina (6),
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard (7);
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna (8).
A distinguir me paro las voces de los ecos (9),
y escucho solamente, entre las voces, una (10).
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada (11).
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—(12);
mi soliloquio es plática con este buen amigo (13)
que me enseñó el secreto de la filantropía (14).
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar (15).
1: Mañara es un personaje histórico nacido en Sevilla en el siglo XVII. Después de una vida de escándalos y correrías amorosas, acabó metiéndose a fraile. Se tiene en la época como arquetipo de don Juan Tenorio. Será protagonista de una pieza teatral firmada por Manuel y Antonio Machado y estrenada en 1927, Juan de Mañara.
2: Bradomín: es un personaje literario creado por Valle-Inclán en sus Sonatas, se trata de un aspirante a seductor romántico y trasnochado que no es consciente de la transformación de los tiempos.
3: Luis Montoto nos reproduce la siguiente descripción de Antonio Machado y Álvarez, padre del poeta: «Siempre extrañé el desembarazo y desaliño de su persona. Suelta la corbata, desabrochado el cuello de la camisa, subido el pantalón al extremo de dejar al descubierto toda la bota, vestido de verano en invierno y arrastrando la capa cuando se la colgaba de los hombros; despeinado siempre, pero limpio, locuaz y exaltado, el desaliño de su persona contrastaba con lo pulido de su conversación y la finura de sus maneras y su trato» (El folklore andaluz, 1882-1883, Sevilla, 1981, pág. XVIII).
4: Las flechas de Cupido podían tener punta de oro o de plomo. Si eras herido con una de oro recibías el premio del amor correspondido. Pero si lo eras con una de plomo, la condena del amor ignorado, no correspondido. Debemos insistir en que aún no ha conocido a Leonor cuando escribe el poema y que usa el singular («flecha»); la expresión «…cuanto ellas puedan tener de hospitalario» debemos entenderla en clave irónica, en la identificación del amor y el sufrimiento.
6: Los jacobinos constituían el ala dura de la Revolución Francesa: con ello se refiere a su espíritu rebelde e inconformista ante todo.
7: Ronsard es un poeta francés del siglo XVI conocido como el «Príncipe de los poetas». «El huerto de Ronsard» hemos de entenderlo como «Francia». Ya sabemos de sus inicios modernistas en la poesía y de la influencia del Parnasianismo -Theophile Gautier- y Simbolismo -Paul Verlaine- franceses que Machado leyó directamente.
8: Machado no concibe la poesía carente de mensaje y de compromiso. Por su correspondencia con Unamuno sabemos de su rechazo a la moda del «arte por el arte», de su incapacidad para concebir la poesía como una profesión. «…un hombre consagrado a la poesía paréceme que no será nunca poeta.», nos dirá en un prólogo compuesto para un amigo –Helénicas, Manuel Hilario Ayuso-.
9: Quien tiene voz propia y es original -Rubén Darío- de quienes no son sino imitadores del genio.
10: Es la voz interior como veremos inmediatamente.
11: Es una vuelta a la idea anterior. La espada que se aprecia por lo bien que el profesional ha hecho su trabajo es la poesía perfecta en composición o arte -Echegaráy o Rubén Darío-. Prefiere ser recordado porque su poesía haya sido útil, librado batallas, sea valiente. La perfección formal es un medio, nunca un fin en sí mismo para Antonio Machado.
12: Dios es una incógnita constante a cuya búsqueda se entrega sin la «agonía» de Unamuno como veremos más adelante. Es bonito el verso por cuanto afirma sus «esperanzas», no hay renuncia ni negación.
13: Se refiere a esa voz interior que todos llevamos dentro.
14: Amor al género humano, ser desprendido y generoso con los demás.
15: En la simbología machadiana se repite la clave Manriqueña de «mar = muerte», la nave puede ser el cuerpo que nos mantiene vivos, aunque en este caso se trata de un guiño a la tradición latina del barquero -Caronte- que, en ese último viaje, nos lleva hasta la isla de los muertos atravesando la laguna Estigia.
Es importante comprender cómo la intrahistoria de Unamuno nos invita a posar los ojos sobre Castilla, mirarla cara a cara, sin adornos, para descubrir en su dureza la clave que forjó el duro espíritu de una raza que fue capaz de dominar el mundo. La austeridad y la pobreza nos llevan al trabajo constante como único modo de subsistencia y no hay mejor escuela para la vida. De ahí que no haya en el próximo poema ningún halago a los sentidos. Si os fijáis, se resalta la dureza del paisaje. Pero una vez fijada, se afirma el amor del poeta identificado por la pureza que respira esa pobreza misma.
COLINAS PLATEADAS
¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, oscuros,.encinares,
ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos blancos y álamos del río,
tardes de, Soria, mística y guerrera
hoy siento por vosotros, en el fondo
del corazón, tristeza,
tristeza que es amor! ¡Campos de Soria
donde parece, que las rocas sueñan,
conmigo vais.¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas! …
(Para el comentario de texto de este poema puedes ver http://www.vmorales.es/Comentarios/Machado/Antonio_Machado_Campos_de_soria.pdf)
Ya hemos visto cómo conoce a Leonor y su matrimonio abre la etapa más feliz de su vida, una felicidad que le duró poco. Cuando regresa de París a Soria, aún tiene la esperanza de una posible recuperación de su amada contra todo pronóstico. Como en tantos otros poemas, Antonio Machado parte de la anécdota exterior para usarla de espejo en el que proyectar sus propias vivencias personales, sus propios sentimientos. Aún confía en que “otro milagro de la primavera” permita que su joven esposa escape de las garras de la muerte ya inminente.
A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo 11A
y en su mitad podrido, 7b
con las lluvias de abril y el sol de mayo. 11 A
algunas hojas nuevas le han salido. 11B
¡El olmo centenario en la colina 11 C
que lame el Duero! Un musgo amarillento 11 D
le mancha la corteza blanquecina 11C
al tronco carcomido y polvoriento. 11 D
No será, cual los álamos cantores 11 E
que guardan el camino y la ribera. 11F
habitado de pardos ruiseñores. 11E
Ejército de hormigas en hilera 11 F
va trepando por él, y en sus entrañas 11 G
urden sus telas grises las arañas, 11 G
Antes que te derribe, olmo del Duero. 11 H
con su hacha el leñador, y el carpintero 11 H
te convierta en melena de campana. 11 I (i)
lanza de carro o yugo de carreta: 11 J
antes que rojo en el hogar, mañana. 11 I (i)
ardas de alguna mísera caseta, 11J
al borde de un camino; 7K
antes que te descuaje un torbellino. 11 K
y tronche el soplo de las sierras blancas; 11 L
antes que el río hasta la mar te empuje 11-
por valles y barrancas, 7 l (ele)
olmo quiero anotar en mi cartera 11F
la gracia de tu rama verdecida. 11M
Mi corazón espera 7f
también, hacia la luz y hacia la vida, 11 M
otro milagro de la primavera. 11 F
(Para el comentario de texto ver: http://www.comentariodetexto.com/a-un-olmo-seco-de-antonio-machado/)
Pero la muerte llega inexorable. El dolor de vacío, de rebeldía, de resignación hueca, lo encontramos en estos versos de una intensidad como pocas veces se ha logrado en la poesía española:
SEÑOR, YA ME ARRRANCASTE LO QUE YO MÁS QUERÍA
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
El misterio de la muerte lo perseguirá desde entonces y se reproducirá como tema en muchos de sus poemas. Pero el tema empieza siendo íntimo y personal, la experiencia de la muerte de un ser querido la observamos en este poema donde el poeta se pregunta por qué ha pasado. Espero que te guste:
NOCHE DE VERANO
Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cénit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
(Para comentario de texto ver: http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20090905012425AA9bLSS)
Después viene la regresión, o la ensoñación, lo que los médicos llaman el síndrome del miembro fantasma. La presencia de Leonor se deja sentir viva, vivida, cercana. Observa este poema:
SOÑÉ QUE TÚ ME LLEVABAS…
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!…
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra
El dolor de los recuerdos en espacios, paisajes, lugares comunes resulta demasiado doloroso y huye. Solicita el traslado a Baeza pero tampoco allí logrará hallarse a sí mismo,
AÑORANZA DE LA TIERRA CASTELLANA DESDE ANDALUCÍA
EN ESTOS CAMPOS DE LA TIERRA MÍA…
En estos campos de la tierra mía,
y extranjero en los campos de mi tierra
—yo tuve patria donde corre el Duero
por entre grises peñas,
y fantasmas de viejos encinares, -5
allá en Castilla, mística y guerrera,
Castilla la gentil, humilde y brava,
Castilla del desdén y de la fuerza—,
en estos campos de mi Andalucía,
¡oh tierra en que nací!, cantar quisiera. -10
Tengo recuerdos de mi infancia, tengo
imágenes de luz y de palmeras,
y en una gloria de oro,
de lueñes campanarios con cigüeñas,
de ciudades con calles sin mujeres -15
bajo un cielo de añil, plazas desiertas
donde crecen naranjos encendidos
con sus frutas redondas y bermejas;
y en un huerto sombrío, el limonero
de ramas polvorientas -20
y pálidos limones amarillos,
que el agua clara de la fuente espeja,
un aroma de nardos y claveles
y un fuerte olor de albahaca y hierbabuena,
imágenes de grises olivares -25
bajo un tórrido sol que aturde y ciega,
y azules y dispersas serranías
con arreboles de una tarde inmensa;
mas falta el hilo que el recuerdo anuda
al corazón, el ancla en su ribera, -30
o estas memorias no son alma. Tienen,
en sus abigarradas vestimentas,
señal de ser despojos del recuerdo,
la carga bruta que el recuerdo lleva.
Un día tornarán, con luz del fondo ungidos, -35
los cuerpos virginales a la orilla vieja.
(Para comentario tipo selectividad ver: https://josecarlosaranda.com/2010/11/08/comentario-de-texto-literario-antonio-machado-%E2%80%9Cen-estos-campos-de-la-tierra-mia%E2%80%A6%E2%80%9D/)
El regeracionismo, su formación en la Institución Libre de Enseñanza cuando llega a Madrid, el krausismo, lo llevan a un análisis de los males que aquejan a nuestro país. Dos son los que más rebelan a nuestro poeta: el anquilosamiento y el inmovilismo social que identifica con una clase dominante y cacique, y la ignorancia que nos condena como una maldición bíblica. Sobre eso, el vició nacional por excelencia (ya lo señaló Ángel Ganivet, otro noventaiochista): la envidia. Observa los siguientes poemas:
CRITICA A UNA CASTA CADUCA Y UNA SOCIEDAD IGNORANTE (REVISIONISMO)
LLANTO DE LAS VIRTUDES Y COPLAS POR LA MUERTE DE DON GUIDO
Al fin, una pulmonía mató a don Guido, y están las campanas todo el día doblando por él: ¡din-dan! |
Murió don Guido, un señor
de mozo muy jaranero,
muy galán y algo torero;
de viejo, gran rezador.
Dicen que tuvo un serrallo
este señor de Sevilla;
que era diestro
en manejar el caballo
y un maestro
en refrescar manzanilla.
Cuando mermó su riqueza,
era su monomanía
pensar que pensar debía
en asentar la cabeza.
Y asentóla
de una manera española,
que fue casarse con una
doncella de gran fortuna;
y repintar sus blasones,
hablar de las tradiciones
de su casa,
escándalos y amoríos
poner tasa,
sordina a sus desvaríos.
Gran pagano,
se hizo hermano
de una santa cofradía;
el Jueves Santo salía,
llevando un cirio en la mano
—¡aquel trueno!—,
vestido de nazareno.
Hoy nos dice la campana
que han de llevarse mañana
al buen don Guido, muy serio,
camino del cementerio.
Buen don Guido, ya eres ido
y para siempre jamás…
Alguien dirá: ¿Qué dejaste?
Yo pregunto: ¿Qué llevaste
al mundo donde hoy estás?
¿Tu amor a los alamares (1)
y a las sedas y a los oros,
y a la sangre de los toros
y al humo de los altares?
Buen don Guido y equipaje,
¡buen viaje!…
El acá
y el allá,
caballero,
se ve en tu rostro marchito,
lo infinito:
cero, cero.
¡Oh las enjutas (2) mejillas,
amarillas,
y los párpados de cera,
y la fina calavera
en la almohada del lecho!
¡Oh fin de una aristocracia!
La barba canosa y lacia
sobre el pecho;
metido en tosco sayal (3),
las yertas manos en cruz,
¡tan formal!
el caballero andaluz
1) Alamar: Presilla y botón, u ojal sobrepuesto, que se cose, por lo común, a la orilla del vestido o capa, y sirve para abotonarse, o meramente para gala y adorno o para ambos fines.
2) Enjuto: Delgado, seco o de pocas carnes.
3) Sayal: Tela muy basta labrada de lana burda. Prenda de vestir hecha con este tejido.
(Encontrarás algunas reflexiones sobre el poema en esta página: http://gabog.lacoctelera.net/post/2009/11/04/don-guido)
EL MAÑANA EFÍMERO
La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras; florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea
Zaragatera: Bullicioso, aficionado a zaragatas.
Tarambana: Persona alocada, de poco juicio.
Vacuo: Vacío, falto de contenido.
Huero: Vano, vacío y sin sustancia.
Ahíto: Que padece alguna indigestión o empacho.
Heces: pl. de «hez», excrementos.
LIII
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
SOBRE LA NATURALEZA HUMANA:
X:
La envidia de la virtud
hizo a Caín criminal.
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio
es lo que se envidia más.
XXIV:
De diez cabezas, nueve
embisten y una piensa.
Nunca extrañéis que un bruto
se descuerne luchando por la idea.
L:
—Nuestro español bosteza.
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
—El vacío es más bien en la cabeza.
XXVI
Poned sobre los campos
un carbonero, un sabio y un poeta.
Veréis cómo el poeta admira y calla,
el sabio mira y piensa…
Seguramente, el carbonero busca
las moras o las setas.
LlevadIos al teatro
y sólo el carbonero no bosteza.
Quien prefiere lo vivo a lo pintado
es el hombre que piensa, canta o sueña.
El carbonero tiene
llena de fantasías la cabeza.
LII
Discutiendo están dos mozos
si a la fiesta del lugar
irán por la carretera
o campo atraviesa irán.
Discutiendo y disputando
empiezan a pelear.
Ya con las trancas de pino
furiosos golpes se dan;
ya se tiran de las barbas,
que se las quieren pelar.
Ha pasado un carretero,
que va cantando un cantar:
«Romero, para ir a Roma,
lo que importa es caminar;
a Roma por todas partes,
por todas partes se va.»
En Campos de Castilla también encontramos al filósofo. Si su titulación académica fue tardía, recordemos que cursó después Filosofía. Su evolución lo lleva a ser cada vez más filósofo y menos poeta, de ahí que cultive más la prosa que la poesía. Como filósofo, admirador de los alemanes, centrará sus reflexiones sobre el concepto de realidad y verdad. Algo de esto podemos encotrar ya en esta obra, observa los siguientes poemas:
SOBRE EL SENTIDO DE LA VIDA:
XIII
Es el mejor de los buenos
quien sabe que en esta vida
todo es cuestión de medida:
un poco más, algo menos…
SOBRE EL CONOCIMIENTO Y LA REALIDAD
IV
Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.
VIII
En preguntar lo que sabes
el tiempo no has de perder..
Y a preguntas sin respuesta
¿quién te podrá responder?
XXX
El que espera desespera,
dice la voz popular.
¡Qué verdad tan verdadera!
La verdad es lo que es,
y sigue siendo verdad
aunque se piense al revés.
Comparte con Unamuno su búsqueda permanente de Dios, sin llegar a la “agonía” de don Miguel. En este primer poema observamos cómo fija su atención en el “que anduvo sobre la mar”. Jesús caminando sobre el mar, la muerte, el que resucitó de entre los muertos, es el que nos muestra el camino hacia la eternidad. Pero su duda no es agónica, sino de aceptación. En los siguientes poemas encontrarás este tipo de reflexiones:
SU BÚSQUEDA DE DIOS
LA SAETA
¿Quién me presta una escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
Saeta Popular
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
XXI
Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía…
Después soñé que soñaba.
XXVIII
Todo hombre tiene dos
batallas que pelear:
en sueños lucha con Dios;
y despierto, con el mar.
XXIV
Yo amo a Jesús, que nos dijo
Cielo y tierra pasarán.
Cuando cielo y tierra pasen
mi palabra quedará.
¿Cuál fue, Jesús, tu palabra?
¿Amor? ¿Perdón? ¿Caridad?
Todas tus palabras fueron
una palabra: Velad.
XLVI
Anoche soné que oía
a Dios, gritándome: ¡Alerta!
Luego era Dios quien dormía,
y yo gritaba: ¡Despierta!
La aceptación de la muerte como algo inevitable, como parte de la vida, la encontramos en estos poemas. Ya no es el dolor ante la pérdida de un ser querido o el sentido más o menos trascendente del hombre hacia la eternidad, sino el hecho en sí que abrocha y da sentido a la vida. Observa:
EL HOMBRE ANTE LA MUERTE
XXIX
Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
XLIV
Todo pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
XLV
Morir. ¿Caer como gota
de mar en el mar inmenso?
¿O ser lo que nunca ha sido:
uno, sin sombra y sin sueño,
un solitano que avanza
sin camino y sin espejo?
Confío en que después de esta selección te apetezca acercarte al libro a pasear por sus páginas. Desde luego es uno de mis poetas favoritos, sobre él vuelvo una y otra vez. Siempre encuentro un mensaje nuevo con el que serenarme o animarme, rebelarme o idententificarme. Es una poesía que perdura en el tiempo porque trata de la esencia del propio ser humano.
Si además te gusta la música te recomiendo esta página donde encontrarás algunos de sus poemas musicados por Serrat: