A JOAQUÍN CRIADO, «MEDALLA DE HONOR DEL INSTITUTO DE ACADEMIAS DE ANDALUCÍA», MI MAESTRO

Como ves Joaquín, he dejado atrás la toga y el birrete, el tuyo y el mío, para hablarte desde el corazón. ¡Qué alegría! A veces, la vida nos regala la ocasión del reconocimiento, y es algo tan inusual que siempre nos pilla de sorpresa. Pero si alguien se lo merece, Joaquín, eres tú.

HOMENAJE A JOAQUÍN CRIADO

Puede que para quien no te conozca, las palabras suenen huecas, pero para quienes hemos tenido la suerte de conocerte y tratarte a lo largo de los años -treinta y cinco ya de aquel curso de Literatura Medieval en la Facultad de Filosofía, entre panfletos de transición y huelgas idealistas, ¿recuerdas?- las palabras son símbolos cargados de emoción.

En labios del Secretario, don Aniceto López, sonaron  «…los servicios prestados, méritos académicos y humanos». Don Gonzalo Piédrola se refirió a los más de treinta años de dedicación desinteresada a este Instituto de Academias, a tus distintos cargos en los que, a lo largo del tiempo, has ido dejando tu impronta y tu vida. Es un poner blanco sobre negro… tres décadas, querido Joaquín, son muchos años.

Ahora quiero revelar a quien nos oiga tu gran secreto que no es otro que tu enorme humanidad desde la humildad que solo posee quien es capaz de reconocer en los demás lo mejor de cada uno. Eres el maestro que alienta el esfuerzo desde el optimismo y la sonrisa. Que estima y ama la ciencia y el trabajo, pero que se sienta tranquilo y sonríe y escucha cuando un alumno se acerca a él con la timidez de los años y le transmite lo apasionante que puede ser vivir en la cultura, que la cultura y la vida no están reñidos, que también se cantó en alejandrinos la bondad de compartir y celebrar la rima con un buen vaso de vino.

Y te salió tu humanidad cuando en tu agradecimiento mencionaste a tu familia. Yo, que te conozco, sé que el corazón, en ese momento taponó tu garganta. «Es posible que haya hecho algo bien para recibirla -la medalla-, aunque no acabo de verlo claro. Pero siempre lo he intentado». Joaquín, pero ¿qué más se le puede pedir a una persona que levantarse cada día tratando de dar lo mejor de si mismo? Y treinta años son muchos años en ese cometido. Hoy el mundo se nos ha ido achicando, y para muchos de nosotros estas nuevas tecnologías son alquimia, y seguimos prefiriendo la pluma estilográfica y un buen folio en blanco. Lo que no pueden imaginar hoy muchos de quienes nos leen es lo que supone el crear de la nada una institución como el Instituto de Academias sin teléfonos móviles, sin fax y sin internet, a golpe de viaje en coche, a golpe de tiempo y de familia, ahorrando en gasolina y quedando en los pueblos a mitad de camino porque no había dietas que paliasen al menos el esfuerzo, solo alentado con la fe y  la ilusión en un proyecto, a golpe de latido, de corazón. ¿Te parece poco, Joaquín?

Cualquiera hace algo bien, pocos logran hacer mucho, pero mantenerse en la coherencia durante toda una vida solo lo logran los maestros. Y tú, Joaquín, siempre has estado al otro lado del teléfono cuando te he llamado, a mi lado cuando te he necesitado, demostrando que estás por encima de los cargos en la cercanía del alma de un amigo. ¿Qué interés sino tu humanidad puede mover este privilegio hacia quien no era sino un muchacho y luego un aprendiz? Puede que hoy ya haya quien me llame escritor, que se reediten mis libros, que mantenga la ilusión de que aún hay cosas que transmitir y merece la pena hacerlo. Hoy quiero decir, desde aquí, que si algún día llego a ser algo bueno, te lo deberé a ti y a ese extraño club de personas que supieron perdonar mis muchos errores y alentar mis virtudes desde la paciencia y el cariño: mis maestros.

 Siempre que me presentas a alguien, lo haces con orgullo diciendo «José Carlos Aranda fue alumno mío». No, Joaquín, no hables en pasado, porque quien te conoce bien, Joaquín, te quiere, y siempre te reconocerá como maestro de quien aprender de la ciencia y de la vida.

HOMENAJE A JOAQUÍN CRIADO 2

A mi maestro, Joaquín Criado.

José Carlos Aranda

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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