Si siempre es difícil dirigirse al público, os aseguro que el más exigente son los niños. Adaptar el mensaje a sus mentes inquietas y curiosas es como dialogar con el Principito, enfrentarse a la lógica de su curiosidad permanente y de su necesidad de información amena. Pero es que, además, estos niños son especiales, son genios en desarrollo, una llamada a la esperanza.
Muchas veces, los periodistas me preguntan qué futuro nos espera desde la desolación de una juventud cada vez más indolente. Sucede que los mensajes negativos priman en los noticiarios, pero el esfuerzo cotidiano y fructífero de estas personas ilusionadas, imaginativas, constructoras de innovaciones y de personalidad… Eso parece no ser noticia. Y ESTA ES LA NOTICIA: Otra forma de educar es posible, educar para la felicidad es necesario, también urgente, y recuperar la ilusión una obligación para todos aquellos que estamos en contacto con estos espíritus sin contaminar de nuestras limitaciones.
El equipo de B-Wit sabe hacerlo muy bien. Desde la curiosidad, los equipos de trabajo y los proyectos les permiten crecer fomentando en cada paso su ilusión desde la autonomía. Incentivan el trabajo en equipo, la gestión de las emociones, la negociación de las normas, los objetivos… Enfrentan la resiliencia mostrándoles que los fracasos no existen, que son intentos necesarios para abrir la puerta del aprendizaje, que la clave está en la actitud positiva, en la sonrisa, en el nuevo intento, en el replanteamiento, en la constancia… Desde la amistad y el respeto, todo es posible porque nunca les ponen límites a su imaginación.
Me encanta sus sonrisas y esa mente abierta a ser constructivos para buscar soluciones a los grandes problemas de la humanidad, ¿qué les parece un proyecto para ahorrar a los niños subsaharianos 50 kilómetros diarios para acarrear agua potable?, ¿qué les parece un proyecto de una planta clasificadora de reciclaje para residuos?, ¿qué les parece un artrópodo articulado con o sin marcha atrás?, ¿qué les parece la creación de un mundo virtual donde poder construir cuanto tu imaginación sugiera e interactuar con tus amigos? Aunque hay un proyecto en el que probablemente yo participe y aún tengo que proponerles a raíz de los programas que diseñaron. Más adelante os hablaré de él, pero cuando asistí a la presentación, lo vi muy claro. ¡Niños de cinco a once años ofreciendo ideas que pueden resolver problemas a un viejo profesor como yo! ¡ESTA ES LA MARAVILLA DE ESTOS MUCHACHOS!
Mi más sincera enhorabuena a Laura Aguirre y a su equipo en B-Wit, a esas familias que apoyan a sus hijos a través de estímulos que les enriquecen ayudándoles a crecer, que llenaron la sala para acompañarles pero sobre todo a ellos, a vosotros, por vuestro esfuerzo y vuestra alegría, por vuestro espíritu de equipo y vuestra fraternidad, vuestra ilusión y vuestra sonrisa.
A todos, un abrazo. Continuad, me siento orgulloso de haber formado parte de un acto tan entrañable. Gracias, Laura.