Sexting, sextorsión y grooming. ¿Qué son? ¿Tu hijo/a está a salvo?
«Según datos del Aula TIC PYMES de la USC, el 40% de las adolescentes de Europa de entre 14 y 15 años no ve ningún problema en realizarse fotos con contenido sexual. 1 de cada 6 menores se las haría completamente desnuda. Este dato, de por sí, ya resulta preocupante pero lo es más aún si tenemos en cuenta prácticas como el sexting, la sextorsión y el grooming. Si la mitad de estas palabras te han sonado a chino o no sabrías del todo bien explicar de qué se tratan sigue leyendo. En díde creemos que el conocimiento de estas prácticas ayuda a identificarlas y erradicarlas.
¿Qué es el sexting?
Si tenemos en cuenta que esta palabra inglesa deriva de “sex” que significa sexo y “texting” que quiere decir envío, ya tendremos una ligera idea sobre esta práctica. El sexting consiste en enviar mensajes, fotografías o vídeos de carácter sexual a través de Internet, siendo la mensajería instantánea y las redes sociales los canales más utilizados. Aunque esta práctica es muy común en la actualidad, las principales practicantes de sexting son adolescentes de entre 12 y 16 años aunque también está muy extendida entre los adultos, a veces constituye un problema de privacidad. El principal problema del sexting es la difusión, cuando una imagen sale de un teléfono móvil, se pierde control de ella. No se puede saber quién, cuándo o dónde se ha visto.
¿Qué es la sextorsión?
Aunque puede llegar a estar muy relacionado, cabe no confundir este término con el sexting. La sextorsión se trata de chantaje sexual. El extorsionador chantajea a la víctima con contenido privado del usuario, normalmente fotos o vídeos sexualmente explícitos. Este contenido puede ser conseguido mediante el hackeo de aparatos tecnológicos, el sexting o el grooming. A cambio de no difundir dicho contenido los delincuentes exigen algo a cambio, desde dinero, más contenido, pagos o favores de índole sexual.
¿Qué es el grooming?
Se entiende por grooming la serie de acciones y estrategias que lleva a cabo un adulto para ganarse la confianza de un menor, a través de Internet, con el objetivo de conseguir favores de índole sexual. Se trata, pues, de acoso sexual a menores en la red. A quien realiza estas acciones se le denomina ‘groomer’.
Su táctica más habitual es hacerse pasar por menores para poder contactar con sus objetivos, ganarse su confianza y, de esta manera, lograr que les envíen contenido de índole sexual que les comprometa. Una vez consiguen los archivos chantajean y extorsionan a la víctima para conseguir abusos en la vida real. Cuando esto sucede el ‘groomer’ se convierte en pederasta.
Explicados estos términos, has de saber que el código penal español en el apartado 2 del artículo 183 define estas prácticas como delito:
“El que a través de Internet, el teléfono o de cualquier otra tecnología de la información y la comunicación contacte con un menor de dieciséis años y realice actos dirigidos a embaucarle para que le facilite material pornográfico o le muestre imágenes pornográficas en las que se represente o aparezca un menor, será castigado con una pena de prisión de seis meses a dos años.”
Consejos para padres sobre el sexting, la sextorsión y el grooming
- Habla con tu hijo/a sobre la gran difusión que pueden tener los archivos en Internet.
- Hazle entender que tener permiso para sacar o recibir una foto de alguien para uso privado no quiere decir que tenga permiso para difundirla.
- Explica que aunque mande los archivos a un amigo o pareja de forma privada, terceras personas se pueden hacer con ellas con fines nocivos.
- Haz conocer a tu hijo/a los métodos que usan los delincuentes para acceder a los archivos privados.
- Rastrea el ordenador en búsqueda de software malicioso y eliminalo.
- Si crees que tu hijo/a puede estar sufriendo chantaje, usa el diálogo y la comprensión. Es un tema serio que debe ser tratado.
- Si tu hijo/a sufre sextorsión o grooming guarda todas las pruebas del chantaje y denuncia.
- Coloca el ordenador en un lugar común o al que puedas acceder fácilmente a dar un vistazo. Dale privacidad pero ten la capacidad de saber qué está haciendo.
- Restringe el uso de la webcam y tapala cuando no esté en uso. Los malwares pueden acceder a ella.
- Asegúrate de que usa un sobrenombre en la red.
- Conoce a sus amigos, y si es posible a sus contactos del teléfono.
Desde díde animamos a los padres a sumergirse en el mundo online y conocer las nuevas tecnologías, pues forman parte del día a día de nuestros hijos y debemos velar por su seguridad no sólo en el medio físico».