
COPE 2021 04 05
Hay temas que no se tratan quizás porque no son agradables. Cada año son más las separaciones y divorcios. Siempre fijamos la atención en los cónyuges, en especial en la mujer. Pero los hijos son las víctimas invisibles de estos conflictos. El día 30 del pasado mes de marzo se celebró en Madrid el I Congreso de la Infancia y la Adolescencia. El tema bien merece una reflexión.
Las separaciones y divorcios pueden afectar a los hijos
Cada año son más las separaciones y divorcios, se estima que unas 140.000 parejas se separan. Creo importante la celebración de este Congreso que debiera tener continuidad para darle visibilidad al problema real de unas víctimas invisibles en estos casos: los hijos. Es cierto que fijamos nuestra atención en el trauma o dolor que supone para los cónyuges, pero olvidamos que la persona adulta tiene o puede disponer de madurez y recursos para afrontar este conflicto emocional de la separación. Un niño o un adolescente no los tiene, por lo que el sufrimiento, según cómo se desarrolle el proceso de la separación, puede constituir un trauma que lo marque de por vida. Y el dato arrojado en el Congreso es más que preocupante, según el Observatorio del Derecho de Familia, el 97 % de los divorcios contenciosos con hijos tienen un nivel de conflictividad alto o muy alto. Esto nos puede dar una idea de la magnitud de un problema del que no se habla.
¿Cómo les puede afectar?
Para Maria Dolores Lozano, presidente de la Asociación Española de Abogados de Familia, el cruce de críticas entre padres y madres separados, el intento de prohibir visitas o cualquier vinculación del hijo con el otro progenitor tras la separación tiene un efecto psicológico devastador. Son periodos irreflexivos en los que se ha de lidiar con el sentimiento de fracaso, el odio y la ira hacia el otro al que culpamos de todo. Situaciones en las que los hijos se convierten en armas arrojadizas o instrumentos de venganza. Esto va a provocar graves desajustes tanto en el plano cognitivo como en el emocional. Los niños pueden evolucionar hacia una actitud sumisa y latente o hacia una actitud disruptiva con comportamientos agresivos. Según la edad, afectará al desarrollo del cerebro, capacidad de razonamiento, control de los impulsos y memoria. Los efectos pueden perdurar a medio o largo. Hablamos mucho del maltrato físico y sus secuelas, pero esto es un maltrato psíquico con consecuencias aún más graves.
¿Las separaciones, por desgracia, continuarán, pero ¿qué podemos hacer para evitar estos efectos?
María Dolores Lozano, desde su experiencia en estos casos en el despacho de abogados, nos enumera los siguientes errores que las parejas deben evitar en este proceso si quieren evitar traumas innecesarios:
-Creer que la sentencia judicial pone fin al conflicto familiar.
-Implicar a los menores en el proceso judicial
-Delegar en los niños, niñas y adolescentes la toma de decisiones esenciales.
-Pelear, discutir y organizar escenas emocionales o violentas delante de ellos.
-Criticar al otro, padre o madre, o alejarlos de él/ella o dificultar su relación.
-Presionar a los niños en busca de información
-Mandarse mensajes a través de los niños y adolescentes.
-Situarlos en medio del conflicto: utilizarlos como pretexto, como arma arrojadiza, obligarles a tomar partido (aunque sea indirectamente).
Para quien quiera profundizar, recomiendo oír la entrevista a José Manuel Aguilar (18 minutos), autor del libro SAP (Síndrome de Alienación Parental), psicólogo especialista en el tema. Y, si te gusta la lectura, el libro publicado por la editorial Almuzara; también el capítulo dedicado a “Hacer familia”, en Inteligencia Natural, Toromítico. Es importante estar bien informado si alguno de nuestros oyentes se está enfrentando a esta situación.
Enlace directo a la entrevista en la COPE con Francisco Durán.https://www.cope.es/emisoras/andalucia/cordoba-provincia/cordoba/noticias/como-influyen-las-rupturas-divorcios-los-hijos-20210405_1221627