SOCORRE COMPASIVO UN CABALLERO A UNA FAMILIA QUE SE LE OFRECIÓ PARA MAL USO Y LO QUE PASÓ EN LA CASA DE ESTE CABALLERO:
99: Yo contaré, dice Colodro, otro caso que (B) le sucedió a un caballero deudo de este Santo Obispo que alude a lo que ese Prelado hizo de dejarse morir por no ofender a Dios. Y lo supe de un cura de San Martín, deudo mío y de esta suerte. Por los pecados de los hombres y por sus justos juicios nos ha enviado Dios en estos tiempos unos años correspondientes a la vida que los hombres viven; fue esto el año de 1584 en el cual valía cada fanega de trigo seis ducados, sesenta y seis maravedís y lo peor era que no se hallaba; padecía la gente pobre notable necesidad y en particular las mujeres. Estaba en Córdoba una señora viuda con una hija muy hermosa fueron pasando el tiempo de el hambre con mucha necesidad, aunque para remediarla se valieron de todas las mejores halajas que tenían empeñando unas y vendiendo otras. [143] Viendo pues que ya no les quedaban otras que empeñar y que los parientes que tenían no las podían remediar, se resolvieron en que la hija se entrase por las puertas de este caballero rico que he dicho, aunque estaba casado y tenía una hermosa mujer.
100: El caballero era mozo y se entretenía en liviandades y les pareció que hallarían en él buena acogida. Al fin, llenas de angustia y dolor, y viendo el punto y desventura a que las había traído su necesidad se fueron a casa del caballero. Halláronlo solo a su puerta paseándose y la mujer detrás de una celosía atisbando y llena de celos por saber sus travesuras, lo cual era causa de muchos disgustos para entrambos. Llegaron las pobres señoras representando su necesidad, pidiéndole (B) por las entrañas de Dios las favoreciese, y entendiese que el haber venido a su casa había sido ya el último remedio: pues hacía dos días que no se habían desayunado. Fue tanto lo que se enterneció este buen caballero considerando al punto que la necesidad había traído a aquellas pobres señoras y aunque el caballero era tan sensual y arrojado, se compadeció de manera que sin intereses de lo que se le ofrecía se determinó de socorrer y amparar aquella doncella y así, saltándosele las lágrimas de pena y dolor les rogó que esperasen que luego venía.
101: La mujer que había estado en la ventana viendo que habían entrado mujeres, bajó echa una leona y comenzó a decir mil libertades al marido. El buen caballero la apacigua-[144]-ba y rogaba; y que entendiese que no era lo que ella pensaba; no quiero escuchar, respondió ella, bien me lo dicen y lo veo por mis ojos: yo me descasaré de vos que esto no se puede sufrir, no falta ya otra cosa sino traerlas a mi casa, yo me iré a la de mis padres. El pobre caballero no hacía sino apaciguarla con palabras mansas y amorosas pidiéndole que le escuchase dos palabras y que luego hiciese lo que quisiese. Al fin, reportada la mujer le comenzó a contar el estado de aquellas tan principales señoras y que iba a decirle lo que pasaba y a rogarle que ambos acudiesen a aquella obra de misericordia. Con estas razones se sosegó y le dijo a su marido que para ver si era verdad que las entrase a su (B) estrado.
102: Entraron las pobres señoras y cuando las vio y conoció quienes eran se lastimó de su necesidad, consololas con sus palabras y ayudolas con todo cuanto hubieron menester prefiriéndose de no faltarles jamás como lo hicieron con mucha largueza, las pobres señoras hincadas de rodillas y puestas las manos les dieron infinitas gracias pidiendo a Dios con muchas lágrimas les aumentase los bienes y los días de la vida quitándoselos a ellas y poniéndolos en sus personas. Con esto se fueron a sus casas arrepentidas y con propósito de morir mil muertes antes que ofender a Dios. Contaban este caso a muchas personas para ejemplo que se animasen otros a que acudan a Dios en sus trabajos. Este fin tuvo la mala determinación de estas señoras.[145]
CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)
Transcripción del original, publicado en edición facsímil. Los números iniciales corresponden a los párrafos, los números entre corchetes a las páginas. Hemos respetado el léxico y la sintaxis por entender que se trata de un tesoro, pero hemos actualizado la ortografía para no inducir a error