
CASO QUE SUCEDIÓ A DON FERNANDO DE NARVÁEZ, BISNIETO DE ESTE CABALLERO DEL QUE SE HA HABLADO:
117: Yo quiero darle alma a este cuento, dice Colodro, refiriendo un caso que me contó un superior de la Compañía que se halló presente, de un bis (B) nieto de ese caballero que hoy vive y se llama don Fernando de Narváez. El cual ha sucedido a sus antepasados en el oficio de Alcaide y de la Nobleza que heredó de su padre, porque es nieto de los Señores de Guadalcázar que hoy son Marqueses. Al fin este caballero que hoy vive, que es el año de 1618 (1) y envidiado de todos por sus muchos merecimientos y es la envidia tan poderosa que vemos lo que hizo en el cielo sobre las sillas más altas. Sucedió pues que este caballero pretendió ser familiar del Santo Oficio. Para esto mandaron los señores Inquisidores se hiciesen las informaciones, hechas con grandes ventajas de abono, los enemigos de este caballero, que se llamaban Roxas, dijeron que su bisabuelo había sido quemado por hereje, y presentaron para esto ocho testigos. Diose y tomose señas volviendo a hacer nuevas pruebas y constando por ellas ser falso lo que se había jurado, castigaron los testigos y diéronle a don Fernando el título [144] de familiar con mucha honra.
118: Renovó de camino el privilegio de las ocho alabardas que pueden traer los Alcaides de Antequera. Y de camino, pretendió el hábito de Santiago, lo que sucedió en las informaciones no es posible decirse, tanto que se hicieron tres pares de informaciones, gastando en esto más de dos mil ducados, que esto era lo que pretendían los enemigos, gastarlo y consumirlo hasta ponerlo en el hospital. Salió al fin con el hábito a pesar de todos los contrarios, y en este caso se verifica que la verdad adelgaza, pero no quiebra. Puesto al fin en posesión de su hábito quiso estrenarlo junto a la cruz de familia y los ocho alabarderos el día del Corpus Cristi, y sabiéndolo sus enemigos, determinaron hacerle una de las mayores afrentas que en España y fuera de ella se han visto, todo a fin de gastarlo de suerte que no le quedara cera en el oído. La ocasión fue que teniendo este (B) caballero cuatro caballos cordobeses de la famosa casta de los Valenzuela y sin temor de Dios ni de las gentes, entraron en caballeriza y les cortaron las colas y las orejas, y se fueron a sus casas, poniéndose todos a punto para lo que don Fernando de Narváez quisiese hacer.
119: Sabido pues por don Fernando el caso y el intento de sus enemigos, que era de empobrecerlo, no hizo caso de ello, con que sus enemigos quedaron mordiéndose las manos de rabia. Y toda el Andalucía que supo el caso, admirados que no saliese a la venganza tan justamente merecida. Visto esto por sus enemigos se determinaron de hacerle otra y fue que un día muy principal y de gran concurso de gentes le llamaron cornudo infame con otras semejantes palabras salidas de aquellos pechos tan dañosos que no pretendían con esto sino incitarlo para que hiciese un disparate con que lo destruyesen. Pero nada bastó para que el valeroso caballero saliese un [146] punto de lo que su mucha prudencia y virtud merecía, dejando a Dios el castigo de tan atrevidas maldades. Su Divina Majestad le vengó muy de contado, permitiendo que a todos los malhechores sucediesen trabajos y desgracias nunca vistas, muriendo uno de ellos desastradamente, y los demás, por diversos caminos a mucha ruina y pobreza, en que echaron de ver cuán justo es Dios pues no sufre que sus siervos sean afligidos, y aunque lo fue mucho, este caballero al fin le premió Dios su mucha paciencia haciéndole señor de sus enemigos, como lo es a pesar de sus malicias y maldades.
CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)
Transcripción del original, publicado en edición facsímil. Los números iniciales corresponden a los párrafos, los números entre corchetes a las páginas. Hemos respetado el léxico y la sintaxis por entender que se trata de un tesoro, pero hemos actualizado la ortografía para no inducir a error.
- Esta fecha data el manuscrito en la primera mitad del siglo XVII, aunque la mayoría de las anécdotas históricas relatadas corresponden al reinado de Felipe II.