
CASO ESPECIAL QUE SUCEDIÓ EN EL RÍO GUADALQUIVIR DE CÓRDOBA:
161: Un caso se me ofreció, dice Excusado, [181] que sucedió en la ilustre ciudad de Córdoba, nuestra patria, que lo contó el Padre Ministro Fray Francisco Delgado en el púlpito, y fue que un año de muchas aguas, viniendo avenidas de otros cinco ríos que en él se juntan, día de San Andrés, vino tan crecido y fuera de sus cauces, que se temió no se llevase la puente porque faltó muy poco para cerrarse los arcos. Estaba toda la ciudad a la mira y temerosos de la braveza del río y de lo que pudiera suceder. Sucedió pues que el otro Fay Francisco Delgado, que a la sazón era Prior en el Convento de los Mártires que es de Dominicos y la casa tiene los cuerpos de los mártires Acisclo y Victoria, que cae a los molinos de Martos, y el convento cae sobre el río. Estaba con sus frailes mirando la furia y los muchos ganados, chozas de pastores, árboles y leña que traía. Estando en esto, vio venir un barco pequeño y dos hombres dentro dando voces que los favoreciesen, que venían sin remedio. Y era tanto el raudal y su furia que no se les pudo acudir por ser dificultoso lo que pedían. El miedo de estos hombres era tal que en llegando el barco a la Azuda que atraviesa todo el río, era fuerza que al caer por la ladera de ella misma a la parte honda (B) ellos y el barco la habían allí de perder si Dios no hacía un evidente milagro, pues viéndose en tan manifiesto peligro y que no había quien los pudiese favorecer, se determinaron arrojarse al agua y ver si nadando se podían salvar.
162: Hiciéronlo así y el más mozo salió primero, y puesto en la orilla, echó de ver que su padre se iba ahogando por su poca fuerza y con el amor natural de hijo, fiando en Dios, se volvió a arrojar a las furiosas aguas, yéndose adonde su padre estaba más muerto que vivo. Metiose debajo del agua y forcejeando con aquel furioso elemento le vino a sacar a la orilla con tanto espanto de los presentes que les parecía que sin particular ayuda de Dios era imposible en tan gran tormenta poder escapar. Particularmente por estar el hijo tan cansado, cuanto más, sacar a su padre a cuestas como otro Eneas a su padre Anchises de Troya. Al fin, fue tan grande el alegría que todos los presentes recibieron de ver la buena suerte de aquel mancebo, que no se puede encarecer con palabras. [182]. Mandó el padre Prior que los llevasen al convento y en su propia cama que los acostasen y con mucha presteza los envolviesen en dos sábanas, de vino muy caliente y darles bien de comer.
163: Después que hizo esto con gran consuelo de los religiosos y no menos edificación de los seglares que lo habían visto, el padre Prior que desde que lo había visto volver al río tenía deseo de saber qué le había movido a aventurar su vida en tan manifiesto peligro, díjole el mozo: Padre, pues que usted reparó en eso, yo se lo diré con verdad, lo que me movió cuando vi que mi padre se estaba ahogando y que por su vejez no podía resistir a la furia del agua, dije entre mí: Dios me ha de castigar si no socorro a mi padre, a quien después de Dios debo el ser que tengo. Y fiado de Dios y con aquel amor de hijo a padre, me arrojé a las aguas y no me engañé en esto porque como Vuestra Paternidad vio, parecía que me llevaban del brazo y con menos trabajo saqué yo a mi padre que salí yo. Por donde aquellos santos religiosos vieron (B) claramente que Dios le ayudó por el respeto que tuvo a su padre y que todos los hijos que los honran serán de Dios en esta vida y en la otra favorecidos como se vio en este mozo.

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)
Transcripción del original, publicado en edición facsímil. Los números iniciales corresponden a los párrafos, los números entre corchetes a las páginas. Hemos respetado el léxico y la sintaxis por entender que se trata de un tesoro, pero hemos actualizado la ortografía para no inducir a error
- Hasta no hace mucho, aún existían barqueros en el río. En la novela La mano de Fátima, de Ildefonso Falcone, nos relata el contrabando por el río y la vida de la Plaza del Potro en la época.
- Antes de la construcción de los pantanos, las crecidas del río no eran tan extrañas. Algunas he vivido. Y recuerdo cómo antes de la canalización a su paso por Córdoba, todo el Campo de la Verdad quedaba anegado por las crecidas. Os dejo este enlace a un artículo de ABC al respecto: https://sevilla.abc.es/andalucia/cordoba/sevi-guadalquivir-y-temibles-crecidas-paso-cordoba-201711180908_noticia.html