DE CÓMO DON LUIS DE GODOY SE LIBRÓ DEL CAUTIVERIO TRAS LA DERROTA EN PORTUGAL

El rey Sebastián de Portugal. Litografía.

TRAGEDIA DE DON LUIS DE GODOY Y OTROS COMPAÑEROS SUYOS:

184: Ya que va de trances de guerra, dice Colodro, os quiero contar otro caso semejante al pasado y sucedió en esta forma. Entre los capitanes que fueon en compañía de don Alonso de Aguilar a la triste jornada del rey don Sebastián, fue don Luis de Godoy, caballero Mayorazgo de Córdoba, gran jinete y muy cortesano, no solo entre los suyos, pero entre los enemigos. No fue con menos gusto recibido en el campo don Luis que lo fue don Alonso de Aguilar y dio su consejo al rey y a sus consejeros, pero no fue recibido como los demás. Al fin diose la batalla como lo dicen los cronistas y en particular Herrera el Cordobés que escribió dieciséis años del reinado del prudente rey don Felipe 2ª, dice que los castellanos que fueron dos mil, fueron los que sustentaron la batalla contra los moros después de desbaratado el rey con sus portu-191-gueses. El cual dijo viendo el valor de los castellanos que si hubieran traído más soldados de Castilla no perdiera la victoria. Finalmente, don Luis de Godoy como gran soldado y gran caballero, acaudilló su gente de tal manera que fueron los últimos que sustentaron su parte a pesar de los moros, aunque a mucha costa suya por ser solos y tener toda la morisma sobre sí.

185: Viendo algunos religiosos a porfía y que al fin habían todos de morir, fueron con Cristo en las manos pidiéndoles por Dios y por sus entrañas divinas que se diesen a partido y no muriesen allí como bestias. Viendo esto don Luis, como discreto y cristiano, se acomodó al tiempo y así dio orden a los suyos que se rindiesen. Don Luis se dio a un moro principal que tenía cargo del campo y sabía que era capitán y tan gran caballero le hizo un trato tan honrado que no hubo que desear. Diole una casa en que viviese y un tanto cada día (B) esperando por esto y por su rescate una gran suma de dinero. Don Luis de Godoy y sus compañeros lo tuvieron por bien y dieron su palabra que pagarían como caballeros. Esto hecho, escribieron a Córdoba por el rescate y como era la suma tan grande, no se pudo llevar tan presto. En este tiempo, don Luis, como soldado viejo, le pareció para no estar ocioso poner tabla de juego. Sucedió que los ciudadanos de marruecos comenzaron a picarse de suerte que comenzó el juego de burla y acabó en jugarse gran suma de dineros. Con juegos tan gruesos sacaba don Luis gran cantidad con que levantó sus pensamientos a grandes cosas: lo primero que hizo fue que a los guardas que lo custodiaban los regalaba soberbiamente dándoles dineros sin tasa y prometiéndoles para adelante montes de oro.

186: Fue de suerte que los que al principio miraban no se les fuese el preso, las dádivas los ablandaron de suerte que le dije-[193]-ron que si se quería ir, que ellos harían con otros moros que los hurtasen y los pusiesen en salvo. A los principios no salió a ello don Luis, antes afeó el caso diciendo que por ninguna cosa tomaría su libertad negociada por el hurto, que el tenía grandes riquezas en España y que presto le traerían el rescate. Con esto engañó a los moros entendiendo que eran echados de manga. Viendo los guardas que no querían irse, avisaron a unos piratas, grandes ladrones y contáronles la ocasión que tenían de coger una gran cantidad de dinero si le hablasen a un capitán famoso que cautivaron en la batalle y que estaban con bastante libertad para poderlo hacer y que ellos darían lugar porque les daba lástima de ver fuera de su casa un tan gran caballero y que de compasión ellos se lo habían dicho y que no salía a ello, que lo tratasen ellos, quizá y atendería otro parecer.

187: Sabido por los piratas lo que pasaba determinaron que fuese uno de ellos y habló a don Luis, diciéndole que si su merced quería que le hurtasen a él y sus compañeros y los pusiesen en su casa, que lo harían y esto con tanta verdad como si se trataran con sus propios parientes, y que en (B) confirmación de ello habían llevado a Portugal muchos hidalgos de aquel reino. Don Luis dio oídos a los piratas con el seguro que les dieron de la vida, y viendo que los guardas gustaban de su libertad y que ellos lo negociaban. Al fin trataron de conciertos y esto hecho señalaron día y hasta que llegó el plazo se mostró don Luis y sus compañeros más liberales con los guardas, de suerte que quedaron satisfechos de sus salarios. Fueron en este tiempo recogiendo todo el dinero que pudieron y llegado el día vinieron los piratas y quitándoles los vestidos que tenían, los vistieron a su usanza y por un postigo falso que hicieron los sacaron y llevaron a su barca. Recibido el precio de concierto, alzaron las velas y a remo y vela se dieron tan buena maña que al amanecer estaban en Ceuta. Cuando don Luis y sus compañeros se vieron en tierra de cristianos no hay encarecimiento para decir el alegría que tuvieron por tan señaladas mercedes de Dios.

188: Sabida la llegada por el capitán de [194] Ceuta vino con notable regocijo a ver a don Luis y a sus compañeros y sabiendo el modo de su liberad se fue a los piratas y les dio las gracias y cien ducados y un gran presente por lo que habían hecho, dándoles palabra de favorecerles en todo lo que quisiesen, rogándoles que todos los cristianos que pudiesen se los trajesen que él se lo pagaría y agradecería. Fue medio eficacísimo este para que se rescataran muchos cautivos a muy poca costa. Como se dio en el rescate de don Luis y sus compañeros que no se rescatarían por treinta mil ducados y se vieron libres por mil. El capitán de Ceuta, regaló a don Luis y a sus compañeros y viendo el deseo que tenían de irse a su patria, los acomodó de todo cuanto habían menester y los envió a Málaga, donde llegaron con próspero viento y sin detenerse tomaron el camino de Córdoba, y entraron en sus casas en ocasión de que se estaba vendiendo todo lo mejor de sus haciendas para el rescate.

189: Quién podrá decir con palabras (B) el contento que recibió toda la ciudad con la venida de estos caballeros, y en particular de sus padres, mujeres e hijos, bien se deja entender. Al fin, dentro de pocos días, fue don Luis a besar las manos al católico rey Felipe 2º y le dio cuenta de su venida y del suceso de la batalla, de que gustó mucho el rey. Pidiole por otros capitanes caballeros que fueron a ella y en particular por don Alonso de Aguilar y de la muerte del desdichado Rey, su sobrino Sebastián (1). Y también del estado de las cosas del reino de Marruecos. Y de todo la dio muy cumplidamente como testigo de vista. Mandole dar el Rey un buen acostamiento para el camino y un hábito de Calatrava con su encomienda y junto con esto le hizo Corregidor de Almagro, y después le dio otros muchos cargos muy honrados, con que murió muy bien y muy honrado y se llamaba don Luis el comendador a distinción de don Luis de Godoy el Bárbaro que era su sobrino. Este buen fin tuvo el cautiverio de don Luis de Godoy. [194]

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

Transcripción del original, publicado en edición facsímil. Los números iniciales corresponden a los párrafos, los números entre corchetes a las páginas. Hemos respetado el léxico y la sintaxis por entender que se trata de un tesoro, pero hemos actualizado la ortografía para no inducir a error.

  1. Por esta referencia, sabemos que se refiere a la batalla de Alcazarquivir, empresa del rey Sebastián para la expansión por África: https://thereaderwiki.com/es/Sebasti%C3%A1n_de_Portugal

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
Esta entrada fue publicada en ACTOS. Guarda el enlace permanente.