SAN JUAN DE ÁVILA EN CÓRDOBA (3). CONVERSIÓN DE LA CONDESA DE FERIA

Yo os contaré otro caso, dijo Colodro, que le pasó al maestro con la Condesa de Feria y Marquesa de Priego, y es que el Conde de Feria se casó con la Marquesa de Priego y, como señores tan principales, hicieron muchos gastos. [Entre ellos] fue una carroza llena de plata que no se veía la madera. Llevando pues el Conde a la Marquesa a cacería, pasó por Córdoba en su carroza, de suerte que unos se maravillaban y otros se escandalizaban viendo tanto fausto y aparato. Finalmente pasó a Zafra y dentro de dos meses que estuvo allí, envió a llamar al maestro Ávila que se quería confesar con él antes de parir. Vino a Córdoba el Padre Ávila y uno de sus discípulos preguntole que adonde iba tan apriesa. Llámame, dijo, la Condesa de Feria, y a lo que entiendo por su carta, está en pecado de pasión y quiere confesar conmigo. ¿Aquella mujer profana -dijo el discípulo- que pasó por aquí con una carroza de plata escandalizando la ciudad? Rogad, vos, a Dios, dijo el Padre Ávila, que ella se hinque de rodillas delante de mí, que yo le quitaré la carroza más adelante.

Partiose de Córdoba y llegado a Zafra fue recibido de la Condesa con grande alegría y consuelo de su alma. Dispusose la Condesa para hacer su confesión general y abriole Dios los ojos por las oraciones del Santo para aborrecer todo cuanto el mundo tenía y dio de manos tan de veras a todo que jamás volvió atrás de lo (A) que una vez comenzó.

Deshizose de la carroza con todas las demás cosas de adorno de su persona, usó de una camisa blanca y zapatos abrochados de los que se ponían sus criados, dormía en un zarzo (1) no estando el conde en casa y, a ejemplo de su señora, las doncellas que tenía hicieron lo mismo que la condesa. Hizo en Extremadura infinidad de conversiones y adquirió muchos discípulos. Finalmente (B) fue forzoso dejar esto por acudir a Andalucía.

Partiose de la Condesa dándole palabra de enviarle un hijo suyo con quien no sentiría su falta. Llegó, pues, a Córdoba y envió a llamar a aquel sacerdote que se había escandalizado de la Condesa. Diole cuenta de todo lo que había hecho y que se apresatase luego porque había de ir a confesar a la Condesa y sus criados y que de él solo hacía confianza en un negocio tangrave y que aprendiese a no menospreciar a nadie porque la gracia de Dios es más poderosa que todos los pecados del mundo.

Partiose con la bendición de su maestro y fue recibido como ángel. Quedó fuera de sí de ver a la Condesa y sus criadas que más parecía religiosa que señora. Toda su casa parecía de religiosos en vestido, comida y bebeda y en todo se echaba de ver cuán de veras servían a Dios. La Condesa, para acertar en todo, en todo pedía consejo a este siervo de Dios. A las señoras de Zafra (A) trataba como si fueran sus iguales y así era amada no como señora sino como hermana.

Las 30 doncellas que la servían no estaban menos aprovechadas por el dechado de virtud que tenían en su señora. Daba permisos la condesa a quien más se mortificaba. De las 30 raciones que daban, se mantenían con las 10 y daban las 20 de limosna. Cuando eran invitadas de gente principal, quedaban estos espantados de ver cuán de veras servían a Dios. Y en esto no solo era con la señora, sino también con los pajes, mayordomos y criados de casa, porque los amos son agujas de marcar que llevan detrás de sí a los que le sirven.

Viendo, pues, el Padre Ávila el buen estado en que estaban las cosas y que ya se valían por sí, y que los negocios de Andalucía pedían mucha asistencia, envió a llamar al siervo de Dios mandándole que se partiese luego. Avisó de ello a la Condesa y toda su casa sintió mucho el nuevo mandato, pero como hijos y verdaderos siervos de Dios, obedecían (B) todos, aunque no ignoraban lo que perdían en dejar ir al que era su consuelo.

Diole a la partida, la santa Condesa, a ese siervo de Dios dos piezas de oro que le habían quedado; y no para él, que jamás recibió nada por misa ni sermón, mas para que lo diera al Padre Ávila para que lo repartiera por Andalucía con la condición que las fundieran porque tenían las armas de la casa de Córdoba. (A, 13) Una era una galera con todos sus remos y jarcias, y la otra una esfera de extremada hechura. Porque llegando al platero que las fundiese, daba quinientos ducados que no se admitieron porque se cumpliese la voluntad de su dueña. Y así se echaron en el crisol con gran sentimiento del platero. Fue, pues, recibido este sacerdote por el maestro Ávila con gran consuelo de su alma viendo que le había Dios tomado por instrumento para obrar tantas maravillas como le contaba este santo discípulo. Y así se animaba para no desmayar ni esconder la luz que Dios le había comunicado para la conversión de las almas, que de estas cosas salía alentado para emprender otras tantas misiones como lo hizo en el resto de su santa vida.

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No sé cómo decir, dice Colodro, la alegría que mi alma ha recibido viendo los principios de la conversión de la Condesa y cuán hondos cimientos echó en la virtud y menosprecio del mundo, los cuales resplandecieron con grandes ventajas en su vida y muerte: todo lo cual os he dicho como me lo contó a mí un discípulo del Padre Ávila, y pues yo os he servido en contaros todo lo que yo he sabido, cúmplase lo que me prometisteis, que entiendo no ha de servir de menos gusto que el pasado. A mí me place, dijo Colodro.

  1. Zarzo: Tejido de varas, cañas, mimbres o juncos, que forma una superficie plana.

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

Transcripción del original, publicado en edición facsímil. Los números iniciales corresponden a los párrafos, los números entre corchetes a las páginas. Hemos respetado el léxico y la sintaxis por entender que se trata de un tesoro, pero hemos actualizado la ortografía para no inducir a error.

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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