VENGANZA DE DON LUIS. VIDA DE DON JUAN FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, DEÁN Y SEÑOR DE RUTE (3 CONT). Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba.

73: Este caballero vivía en frente de un postigo del señor don Juan, y estaba una calle en medio que se llama ca calle del Filete: Este don Luis tenía unas hijas y desde los miradores del señor don Juan se sojuzgaban toda su casa de suerte que las pobres señoras estaban todo el año arrinconadas que no se atrevían a salir de sus aposentos por los criados del señor don Juan que estaban siempre registrándolos. viéndose estas señoras tan oprimidas, le rogaron a su padre que pusiera remedia en aquello o que las metiese monjas porque no lo podían sufrir. Viendo don Luis ser justa la demanda de sus hijas, se fue a don Juan y le significó el agravio que recibía su casa de sus criados, y que estaban sus hijas por irse a un convento, que le suplicaba mandase cerrar unas ventanas que caían a una azotea, con que se [B] evitaría toda esta pesadumbre y él recibiría mucha merced. Pesole mucho al deán de la molestia que sus criados daban y prometiole hacer todo lo que se le pedía con mucho gusto. Despidiose de él don Luis contento con el buen despacho entendiendo que otro día como dicen se acudiría al remedio. Pero fue al revés, no haciéndose y pasando muy adelante la desvergüenza de los criados.

74: Tomo don Luis esto por caso de afrenta viendo el poco caso que se había hecho de él y de su petición y trató del remedio y de la venganza, con un hecho que ha de quebrantar el corazón oírlo y yo no lo tengo de saber contar con el sentimiento que a mí me lo dijo quien lo vio por sus ojos. Tenía el señor don Juan su casa abierta de día y de noche… Sucedió que le vinieron a ver cuatro sobrinos suyos hijos de duques, condes y [129] marqueses, que tiene hartos. Ricibiolos como tío y aquella noche primera les hizo un estupendo banquete con mil géneros de entretenimientos que duraron hasta la una de la noche. Viendo don Luis de las Infantas tan buena ocasión, se metió dentro de la casa del señor deán con otros muchos de su linaje y como los criados estaban cansados con la fatiga del trabajo y huéspedes, pudieron a su salvo pegar fuego a la casa por parte de la chimenea que este descargo dieron ellos después del gran fuego que todo el día y la noche duró. Al fin pegado fuego, como he dicho…

75: Se salieron sin ser sentidos ni al entrar ni al salir. Soplaba a la sazón un aire poniente algo reforzado: el alquitrán que echaron fue mucho y con la ayuda del aire bramaba tanto que en poco tiempo se abrasaba toda la [B] casa. Llenose toda de humo y fuego y los primeros criados que lo sintieron salieron a la calle dando voces con que acudió toda la vecindad. Tocaron juntamente las campanas y como era en el silencio de la noche fue tanto el alboroto que entendiendo que se habían levantado los moros, salían todos armados levantándose toda la justicia, y al fin sabiendo la ocasión acudieron a ella y viendo levantarse las llamas hasta el cielo y siendo el fuego tan pujante nadie se atrevió a entrar dentro.

76: Llegó el incendio hasta la sala del señor don Juan, daba voces que le favoreciesen, nadie se atrevió por la puerta por ser el peligro manifiesto. Salía un reja de la sala a la casa enfrente de las casas del Marqués de la Guardia, dieron orden de quitarla [130] y por allí se arrojó el deán en camisa. A este tiempo salieron los capellanes, mayordomos y los demás criados, unos chamuscados y otros medio quemados y al fin se quemó el paje que tenía el señor don Juan en su recámara. Quemáronse los caballos, acémilas, perros y gatos con los riquísimos tapicerías. La plata de su recámara que era mucha y buena, se derritió y salió por los patios corriéndose con la fuerza del fuego. Finalmente, sin poder ser sofocado, se quemó toda la casa sin quedar más que los paredones enhiestos.

La imagen es ilustrativa, pero no corresponde al edificio en cuestión.

77: Toda la ciudad estaba asombrada, cada uno echaba juicio que era castigo de Dios, aunque se engañaba que no fue, aunque después pareció si no dispone su majestad las cosas de suerte que el deán abriese los ojos y atendiese a su salvación, como en efecto lo hizo con gran satisfacción de los que se habían escandalizado de su pasada vida. Dio esta desgracia tran gran campanada que se supo [b] en toda España. Y así, se venía a ver como cosa prodigiosa y todos los grandes y señores le enviaron el pésame de esta desgracia porque se decía con más encarecimiento de lo que había sido.

CASOS RAROS OCURRIDOS EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA. CAJASUR, 2003 (2 TOMOS, EDICIÓN FACSÍMIL)

Transcripción del original, publicado en edición facsímil. Los números iniciales corresponden a los párrafos, los números entre corchetes a las páginas. Hemos respetado el léxico y la sintaxis por entender que se trata de un tesoro, pero hemos actualizado la ortografía para no inducir a error

Acerca de #JoseCarlosAranda

Doctor en Ciencias de la Educación y Doctor en Filosofía y Letras; Creador del Método Educativo INTELIGENCIA NATURAL (Toromítico 2013, 2016). Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba (España). Profesor universitario y de EEMM, educador, escritor, conferenciante, colaborador en TV, Prensa y Radio. PREMIO CENTINELA DEL LENGUAJE 2015 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
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